Recuerdo que, cuando era niña y veía a alguien rebuscando en un contenedor, mi reacción era de sorpresa. Cuando me fui haciendo mayor, asumí que la gente que lo hacía, era porque vivían de ello. Buscar y vender chatarra era su forma de vida. Tampoco era algo frecuente, por lo que siempre te chocaba verlos.
Por desgracia ahora, siendo adulta, la imagen se vuelve a producir. Pero esta vez por motivos y circunstancias muy distintas. Ya no sólo buscan en ellos quienes quieren. Por desgracia, se ha convertido en una dolorosa condena para muchos.
Para todos aquellos que se han quedado sin futuro y buscan como salir adelante en el fondo de un contenedor, quiero dedicar este sentido homenaje.
Y es que por mucho que se empeñe el gobierno en decir, que la crisis es historia. Que somos la envidia de Europa, un espejo en el que se quieren mirar los demás países . Que la economía española es una locomotora a toda máquina. Os diré una cosa que muchos de vosotros sabéis ya …. MIENTEN DESCARADAMENTE.
Porque mucho me temo que esa locomotora de la que hablan, no lleva un buen maquinista que la dirija y con ella nos han arrollado a todos los españoles. Nos han condenado a un futuro negro, donde las cifras de miseria, hambre, pobreza y exclusión han alcanzado cifras que no dejan de aumentar.
Y reflejo aquí algunas de esas cifras, para aquellos que desde las alturas se dedican a decir, que no hay hambre en España, que nuestros niños están obesos. Que somos unos victimistas que nos quejamos por puro vicio, con el único propósito de hundir a un gobierno que está haciendo unas cosas tan magníficas desde que está en el poder. Es que nos quejamos por nada.
Y es que un 21,6 % de los españoles vive por debajo del umbral de la pobreza, y esta cifra no me la saco yo de la manga, lo dice el último estudio del INE (Instituto Nacional de Estadística).
Así, el 16,9% de los hogares tiene «mucha dificultad» para llegar a fin de mes, un porcentaje 3,4 puntos superior al de 2012, debido al descenso brutal de ingresos, mientras que el 40,9% de los hogares no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos (41,4 % en 2012). Y con gastos imprevistos se refieren por ejemplo a una visita al dentista de tu hijo (nos espera un futuro de adultos desdentados).
Explicar que existe un nuevo indicador de riesgo de pobreza denominado Arope (por sus siglas en inglés) que forma parte de los indicadores de la estrategia Europa 2020 de la Unión Europea y que combina tres conceptos: el riesgo de pobreza, la carencia material y la baja intensidad en el empleo.Según este nuevo baremo el riesgo de pobreza o exclusión social se sitúa en España en el 28% de la población. En definitiva, casi 13 millones de personas en España, no cubre sus necesidades básicas, ni teniendo trabajo. Ya que dicho empleo no es de calidad.
Y entremos ahora en el tema de la pobreza infantil, donde la situación aun es más preocupante y desgarradora.
La situación varía en función de los perfiles. Al cierre de 2013 el colectivo más afectado era el de jóvenes entre 16 y 30, con un 33% en riesgo de pobreza y exclusión, seguido de los niños, con un 31,9 por ciento. En total, la tasa de pobreza infantil para menores de 16 años es del 26,7%, seis puntos por encima del conjunto de la población.
Por lo que se puede deducir que están dejando sin expectativas a las generaciones futuras. Niños que no podrán tener unos estudios. Jóvenes que, aunque los tengan, no podrán ejercer su profesión, ni encontrar un empleo digno.
No puedo imaginar nada más doloroso, que la imagen de un padre mirando a los ojos a su hijo, sin nada que ofrecerle, sin nada que darle, sin nada que prometerle. Menos mal que el amor y el cariño es gratuito (hasta que se entere el gobierno y haga un impuesto especial que cobre por abrazo recibido). Y no hablo de no poder comprarle a tus hijos la videoconsola más moderna. Hablo directamente de no poder ofrecerle a tus descendientes ni las 3 comidas básicas (o ni siquiera 1 ).
Esas imágenes de niños desnutridos que, todos creíamos, sólo se producían en el tercer mundo, han llegado a nuestro país. Todos guardamos en nuestras retinas, el impactante anuncio de la madre que le ofrece a su hijo un bocadillo «mágico». Retirábamos nuestras miradas cada vez que lo emitían, por que era demasiado doloroso admitir, que lo terrible de ese anuncio es su cruda realidad.
Y aunque no queramos verlo, ni admitirlo, ni soportarlo, los niveles de mendicidad son reales. Sólo debes salir a la calle y no retirar la mirada. Son mendigos, gente que se ha visto en la calle de un día para otro. y no seáis estúpidos y penséis que eso no os puede ocurrir a vosotros. Es mentirse a uno mismo pensar que, sólo los alcohólicos, drogadictos o «ilegales» se ven abocados a esta situación. Son miles las personas que teniendo una profesión, una buena vida e incluso unos estudios universitarios, se ven obligados a recurrir a la caridad de sus semejantes.
No voy a entrar en cifras de comedores sociales, ONG , u otros estamentos. Ya que dichas cifras nos golpean a diario y por que sería extenderme demasiado. Pero creo que las conocemos bien, sobre todo los que, como yo, piensan que todos los seres humanos somos iguales y que nada ni nadie es superior a su semejante. Que la solidaridad debe regir nuestros actos y siempre tener claro que al que hoy ayudas, puede ser el que deba ayudarte a ti el día de mañana.
Y a todos aquellos que les dedican una mirada de desprecio, que cruzan de acera o que hacen como si no les vieran les diré … no es despreciable aquel que pide, despreciable es aquel que, pudiendo ayudarles, no lo hace.
«Porque quien busca entre restos de basura algo que les pueda servir, son héroes. Deberían estar rebuscando entre desperdicios, los culpables de su situación. Definitivamente su humanidad y dignidad, debe estar enterrada muy al fondo de un contenedor»
No me tocas el corazón, PORQUE LO TENGO TOCADO YA POR ESTE TEMA DESDE HACE MUCHO TIEMPO (años).
Cada frase que he leído me ha hecho revivir lo que mis oídos han escuchado, lo que mis manos han sentido y lo que mis ojos han visto y siguen viendo, cada día, desde la ventana de la jaula en la que habito… ¡Qué tristeza, y cuánta indignación y desprecio por esos que «tienen su humanidad y dignidad enterrados en el fondo» del contenedor más grande del mundo.
Me alargaría demasiado en mi comentario si te contara experiencias de mi larga vida (tanto de personas «en pro», pero también de personas «en contra» (éstas últimas también eligen «mirar para otro lado» como hacen los que nos han arrastrado a esta situación (los conductores de la locomotora destructiva!)
Gracias y un abrazo.
Extraordinario por lo cierto, este articulo lleno de dura crueldad. Triste, la gente q tiene q pasar por esto sin tener culpa d nada y los q la tienen gozando s buena mesa q sus sueldos les permite.
Más sin embargo los dirigentes espaÑoles «gozan una bola» dándole clases a Venezuela acerca de cómo dirigir el gobierno…
Está claro que no lo hacen porque tienen buenas intenciones, sino que son mandados por «alguien» desde la «oscuridad…