Lo queremos todo, y lo queremos YA.
Hace unos días, un cliente me comunicaba vía whatsapp que gestionase una reparación que llevaba 2 semanas rota. Tardó dos semanas en apercibirse de que había de comunicármelo si pretendía que se solucionase.
No tendría mayor relevancia si no fuera porque al día siguiente, por la misma vía, me indicaba que seguía rota y que no se había arreglado, y que eso no podía continuar así.
Parece ser que dos semanas para pensarse en comunicármelo, no fuera relevante. Lo peor de todo, es que conforme me notificó la incidencia, dí curso a su reparación, y como muchas cosas de esta vida, precisan de tiempo, algo tan relativo que hace que las personas exasperen o relajen en función de la necesidad o simplemente de su estado de mala leche.
No me ofuscaría ni me molestaría tanto, si no fuera por el detalle implícito de reproche de mala gestión, cuando las piezas para su reparación tardan varios días en recibirse.
Es el precio de la globalización.
No reniego de las ventajas de un mundo globalizado, de hecho la tecnología lo ha permitido así, y ha traído muchas ventajas, pero también una cultura de exigencia y de prisa innecesaria que genera ansiedades deshumanizadas.
Cuando formulo mi queja de Amazon, no lo hago gratuitamente. No es que esta empresa sea culpable de idear un sistema de servicio de productos de forma inmediata. En realidad es un acierto, pero el modelo es a costa de algo. Y ese algo es lo que no me gusta.
Existe una explotación implícita para que todos tengamos el producto que queremos en tiempo récord. Lo pagan las empresas que fabrican dichos productos si quieren tener un mercado, de lo contrario han de igualar el servicio de inmediatez de Amazon y llegar al mismo numero de potenciales compradores que Amazon, es decir, imposible.
Por otra, la explotación del reparto, es la clave por la que Amazon llega a todos y a cualquier sitio en tiempo inigualable, y como los consumidores somos tan inconscientes y necesitamos las cosas para hoy y ya, pues nos importa un pepino si lo vende Amazon, Whish o Hijos de Fernandez Martinez…, la cuestión es que nos llegue mañana y a primera hora.
Por otra parte, la facilidad de reparto de Amazon se compagina con el de devolución. Cuando algo no te apaña lo puedes devolver fácilmente, a costa del mismo servicio de reparto, en este caso correos. No les importa asumir parte de los gastos de devolución (que nadie se confunda, no son gratis), porque saben que ante el volumen de ventas y las comisiones que cobran, pueden asumir tantas devoluciones como sean necesarias, y con ellas negocian con empresas como correos para reducir sus costes. Es decir, margen de ganancias aseguradas por volumen de ventas.
Y todo ello genera una vorágine de consumo sin precedentes en la historia de la humanidad, y que se ha generado en un espacio de tiempo muy corto en comparación con la implantación de otros modelos o canales de compraventa anteriores.
Ello, ha hecho que una infinidad de personas compren a diario en Amazon aunque sea una mierda de 5€. Y no dudan en devolverlo si no es lo que esperaban, aunque no tuvieran necesidad de dicha compra, pero….la cuestión es comprar y cubrir esa ansiedad de consumo. Hay otras plataformas iguales que Amazon, …Aliexpress, Whish, Asos, etc…. Todas bajo el mismo modelo.
La cuestión es precios baratos, envíos gratis o casi gratis, devoluciones fáciles. Y a consumir.
Porque se trata de consumir. La necesariedad de aquello que se compra responde mas al deseo de satisfacer la ansiedad por poseer, que por una falta de algo preciso para vivir.
Este modelo que ha sido el de siempre del modelo de consumo capitalista, se ve ahora multiplicado por el efecto “Amazon”.
Mientras sigamos así, veremos desaparecer el comercio de proximidad. Nos veremos mas dependientes de estas plataformas hasta niveles insospechados en un futuro próximo.
El día de mañana (por no decir ya), echaremos en falta esos productos artesanos de comercios tradicionales , esa atención y asesoramiento personal de alguien entendido, esa exposición de productos donde comparar in situ, etc. Mataremos el pequeño comercio por nuestra ansiedad de consumo.
Pero tranquilos….cuanto mas aceleréis este consumo desenfrenado, antes caerá el sistema de capital.
Asi que seguid, …seguid comprando….no paréis Reventad de poseer bienes fútiles.
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