De memorias y respetos

«Hay que dejar formar gobierno incluso si Rajoy no se lo merece»

Estas son las palabras con las que nos hemos desayunado esta mañana los españolitos ya acostumbrados a lindezas de este calibre.

El que alguien diga este tipo de improperios se ha convertido en costumbre en esta España y a estas alturas de «no legislatura» que nos ha tocado vivir; puestas en boca del vulgo no es de extrañar escuchar este tipo de cosas entre el círculo de abuelos que pacientemente se protegen de los rigores veraniegos a la sombra de cualquier arbolito, ó bien a algún conciudadano apoyado en la barra de algún bar mientras se dirige a sus contertulios con una caña de cerveza en la mano.

Lo que realmente nos puede dejar atónitos es descubrir que esta frase ha sido pronunciada por el insigne don Felipe1294654030773
Gonzalez
Márquez, ex-presidente del gobierno y ex-secretario general del Partido Socialista Obrero Español; y lo peor de todo es que cuando ha pronunciado estas palabras lo ha hecho sin sonrojarse ni una pizca y sin que se le cayese el labio inferior, lo que nos haría suponer que a estas alturas el susodicho ex- personaje ha perdido al menos algo de su estabilidad psíquica.

Pero no, al parecer está en plena facultades mentales, lo que nos puede conducir, a los que aún conservamos un poco de dignidad de clase, a pensar que lo que a este señor, mejor «señorito» le sucede, es que tiene muy poca vergüenza, ha perdido la memoria y lo peor, no tiene el más mínimo respeto a todos aquellos que se quedaron en el tortuoso camino hacia la Democracia.

Porque el camino hacia la Democracia, es decir la Transición, esa palabra con la que se les llena la boca a los que se creen los dueños del destino de los españoles por derecho, no fue ningún camino de rosas y mucho menos «un ejemplo de madurez del pueblo español que evitó el enfrentamiento», como nos lo han querido vender.

Permitir que la derecha más reaccionaria, heredera del fascismo en España; que ha conseguido en cuatro años hacer desaparecer de un plumazo todos lo derechos de los trabajadores, que ha relegado a la pobreza a una gran parte de la población de nuestro país, que ha modificado el código penal para anular cualquier capacidad de defensa del pueblo, que ha robado a manos llenas, que han gobernado España como si de su cortijo se tratase; vuelva a gobernar, es la traición más grande que se le puede hacer al pueblo y a la memoria de aquellos a los que les fue arrebatada la vida por defender sus derechos; y les fue arrebatada por los mismos que ahora intentan volver a gobernarnos y a los que este «visionario personaje» aboga por que les faciliten el gobierno.

Mariano Sánchez, en su obra «La Transición sangrienta», no dice que entre 1975 y 1983 fueron asesinadas 188 personas por lo que el autor llama «violencia política de origen institucional» . Solo en 1980, ya aprobada la constitución 30 personas fueron asesinadas por la misma «violencia política de origen institucional».

La tónica dominante durante aquel tiempo fue la indulgencia de la justicia para con los asesinos «los mismos que investigaban los crímenes antes eran integrantes de la Brigada Político Social«; una clara consecuencia de no haber realizado una limpieza de las instituciones.

Faltar a la memoria de nombres como: Luís Javier Benavides, Enrique Valdevira, Javier Sauquillo, Serafín Holgado, Ángel Rodriguez (Abogados de Atocha); Arturo Ruiz, Mariluz Nájera, Yolanda Gonzalez… y una larga lista de gente que luchaban por un país en libertad, por la dignidad y la vida, es haber perdido la nobleza que una vez se le reconoció como político de izquierdas.

El desprecio hacia la nueva izquierda emergente que se ha institucionalizado dentro del PSOE, y como consecuencia, el apoyo directo o indirecto a un nuevo gobierno del Partido Popular en España, solo puede tener una consecuencia a largo plazo, la desaparición del Partido Socialista del escenario político.

Si el Sr. Gonzalez y el resto de popes del PSOE, en vez de favorecer las políticas más retrógradas de la derecha neoliberal ayudando a extender la alfombra roja del PP hacia el gobierno, se dedicase a denunciar que en España no puede gobernar un partido político que está imputado en causas de corrupción, de obstrucción a la justicia, de destrucción de pruebas, de financiación ilegal y cuyos dirigentes de distintos gobiernos han sido cómplices favorecedores de todo tipo de delitos de corrupción; quizás el camino de la izquierda en España tomaría otros derroteros. Si dejasen a un lado la comodidad de los sillones y pisaran la calle, si fuesen capaces de acercarse de nuevo al pueblo y abanderar la lucha por recuperar el terreno perdido, si quisiesen acercarse al terreno que abandonaron hace mucho tiempo y que hoy ocupa la nueva izquierda haciendo frente común contra la derecha reaccionaria, quizá pudieran recuperar la dignidad y la confianza que han perdido.

 

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Insolentemente rojo y peleón. Odio la hipocresía y me gustan las motos. Colaboro en Alcantarilla Social.

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