En la actualidad, en países más desarrollados, la idea de familia no está limitada a la configuración de «familia nuclear» –dos adultos con sus hijos –o la gran familia en la que los abuelos siguen dentro del núcleo familiar. Estas transformaciones evidencian que la descendencia no siempre es viable de forma natural para todas las familias. Por eso, algunas manifiestan necesario ser padres de manera biológica, ¿cómo lograrlo a pesar de limitaciones fisiológicas?
Con una precisión casi quirúrgica, por ver claro un nicho de mercado, surge un entramado empresarial que aporta la solución: «Vientres de Alquiler» «Gestación Subrogada».
¿Qué buscan estas empresas?
Estas empresas por sí solas no son suficiente para lograr que la práctica sea “garantista”. Esas compañías recurren a aliados influyentes, políticos, personajes relevantes, a los que se da voz desde los medios de comunicación y redes sociales. Así difundan mensajes ilusionantes, dogmáticos, contundentes, discursos propagandísticos que eviten cuestiones morales para la aceptación de este “producto”. Son diatribas que pretenden ocultar la realidad. Una ley que no refleje el riesgo psicológico, físico, mental, de la persona a utilizar. Busca regular y favorecer los contratos a nivel internacional; eludir cualquier protocolo de idoneidad paternal; evitar poner en riesgo la transacción económica.
¿Qué intereses reales hay tras los promotores de esta práctica? Estas empresas ofrecen la elección del sexo, características, cualidades y hasta mejorar la genética mediante un contrato mercantil. De igual forma operan con el modelo altruista, sostenido por el chantaje emocional, en el que también hay una compensación económica. “El mercado mundial de “Vientres de Alquiler” logra obtener unos beneficios de cinco mil millones de dólares al año”.
Dibujo hecho por la compañera @verayinyang, Gracias
¿Cómo son ese tipo de clientes?
Un ser humano se convierte en instrumento para perpetuar la progenie de otro ser humano. ¿Dónde quedan los derechos fundamentales de la persona utilizada? ¿Cómo justificarlo? El sentimiento de «creer en» es muy fuerte, unido al «derecho a» se convierte en una poderosa arma: «Se ha de creer en el derecho a formar una familia, derecho a la paternidad». Más tácticas: «Los padres de intención, quienes “compran el bebé”, se presentan como víctimas de la propia vida. Se convence de que son las mismas mujeres las que, desde la premisa de «su derecho a decidir», determinan cómo utilizar sus cuerpos y a quiénes beneficiar con esa decisión. De ese modo, acuerdan convertirse en “portadoras gestantes” y se evita que reclamen la filiación. El interés superior del menor, que se lora gracias al procedimiento de idoneidad parental, se sustituye por el antojo del adulto. Dejar claro que los hijos pertenecen a los padres de intención.»
Para poder ser padres de intención se busca provocar en la sociedad sentimientos de solidaridad y altruismo. ¿En qué posición se colocan todas las personas que deciden mirar para otro lado mientras huérfanos y menores en desamparo siguen sin un hogar y sin posibilidades? Para estos menores el altruismo y la solidaridad son apremiantes.
En la adopción, es el interés superior del mentor lo único válido. Es el adulto, que quiere ser padre o madre, el que de forma desinteresada, altruista y solidaria desea dar un hogar y una familia al menor que la requiere.
La madre, ¿no importa, se limita a gestar?
Una «portadora gestante», ¿no es el eufemismo de incubadora humana? Es imposible ser sólo portadora gestante ya que todo el cuerpo y mente son los que trabajan para que el bebé se pueda formar a la vez que la madre transmite su información genética a la nueva vida. ¿Qué tipo de lazos familiares, y amor, se crean cuando uno de los miembros fundamentales, la persona que crea la nueva vida, la dejan fuera de la ecuación familiar?
¿A cuántos papás de intención les gustaría ver a sus hijas cómo un día procrearan para terceros? Ellos no llegarían a ser los abuelos, pero sí podrán poner la mano en el vientre de su pequeña, ya mujer, y notar cómo crece una vida en su interior que jamás formará parte de su familia. Para ser realistas, socialmente estos padres disfrutan de una notable ventaja económica, ¿por qué iban a plantearse el verse en una situación de necesidad?
¿Hasta cuándo las mujeres y los menores van a seguir siendo utilizadas?
Parte de la sociedad valora la felicidad que supone ver cumplido un sueño particular. Evitan pensar en lo tiránico y déspota que puede suponer un deseo. Se cree en la libertad de elección y obvian las carencias esenciales y la falta de recursos que acorrala a tantas personas, principalmente a mujeres. No sopesan el alto coste humano que provoca esta práctica. ¿Quién lo paga? En su inmensa mayoría mujeres empobrecidas. Sumado al de bebés, seres humanos, que llegan a este mundo y por contrato son despojados de sus madres en el mismo momento de su nacimiento. No se cuestionan qué supone el servilismo, ¿por qué?
Mujeres y menores privados de derechos fundamentales, nacidos olvidados, bebés a la carta, vuelta al sometimiento y servilismo de mujeres, ¿éste es el precio para garantizar la descendencia de ciertas familias?
La familia es una institución y está protegida por la ley «Derecho a Familia»: «Son las normas que regulan las relaciones interpersonales en la familia.» No existe ley en la que formar familias con descendencia biológica sea considerado un derecho. ¿Las leyes no han de servir para beneficio y protección de los DDHH de la sociedad en general?
¿Hijos sí? ¿Qué ética es aquella que convierte al hijo en “producto” a adquirir?
¿Hasta dónde un proceso de socialización condicionado por intereses bastardos puede condicionar las mentes débiles?
Bien es cierto que ciertos aspectos de la condición humana han llegado al extremo de considerar la “descendencia PROPIA” como la culminación de todos sus anhelos y la forma, existencial, de que para la humanidad quede un reflejo (vaya usted a saber cual) de su paso por la biosfera.
¿Hasta qué extremos de deshumanización seremos capaces de llegar para satisfacer un afán de perpetuidad absolutamente ilusorio?
Ni el nacido es hijo del “adquirente” ni la “gestante subrogada”, es ajena, bajo ningún aspecto, a la criatura.
Son múltiples los factores que determinan la relación paterno/filial desde el punto de vista genético.
Cualquier “YA NACIDO” cuyas expectativas de vida sean tan precarias que la hagan inviable, merece más apoyo que un gestado “por encargo”, que ni exigía venir al mundo ni, por supuesto, lo precisaba.
Cuando seamos incapaces de “TRAER HIJOS AL MUNDO”, para tener o sufrir un destino incierto, hagamos un análisis consciente, dejando atrás los prejuicios, y pensemos (sí, de “pensar”) en los miles, millones de criaturas previamente nacidos, pero condenadas, desde el primer momento de su gestación, a una muerte cierta.
Pero, “es@s”, no son de aquí ni son “nuestra familia” ¡Válgame Dios!
Y así van las cosas en este mundo…
¡Y ¡QUÉ VIVA EL CAPITAL!
Sí, ciertamente aquellas personas que poseen capital, para vivir sin preocupaciones a la hora de subsistir, son los que marcan las pautas.
Gracias por la lectura y por sus palabras.
Un saludo