Sentido Común, particular sentido.
Caía la tarde, los gorriones cantaban en los árboles, el sol adormecía en el ocaso y lejanos ladridos de perro envolvían el surround del atardecer. Risas y juegos de niños descalzos que deambulaban por el pueblo, envolvían el entorno. Chabolas de techo de zinc se extendían a lo largo del camino. Montones de chatarra se acumulaban entre las infraviviendas.
De pronto, se hizo la calma. Cesó el trinar de gorriones y golondrinas y callaron los perros. La paz parecía absoluta. Un fuerte ruido cortó de repente el silencio. La tubería había explosionado dejando un enorme Géiser de agua.
Había que cortar el gua, pero en el pueblo no había llave de paso. La llave estaba diez kilómetros arriba, en Poderoso. Hasta allí se dirigieron los vecinos de Renuncio. Su pueblo, encallado entre dos valles y cerrado por la autopista, se estaba inundando. Al verlos pasar, los vecinos de Valverde preguntaron por lo sucedido. Y entonces, ellos también se dirigieron a Poderoso, pero con el fin de que no cortaran el agua. Si Renuncio se inundaba, era su problema. Ellos no iban a padecer sed porque valle abajo no tuvieran agua. El alcalde de Poderoso, que no quería incomodar a Valverde porque ellos podían dejar de apoyarle en la Diputación, envió fontaneros a Renuncio con el fin de taponar el agujero de la gran tubería. Mientras, daba más presión al suministro para que en Valverde todo pareciera igual que antes. Los vecinos de Renuncio, no entendían nada. Algunos, dejaron sus casas y se fueron a vivir a Poderoso. Pero allí no les querían porque eran pobres. Como no paraban de llegar, levantaron un muro en la entrada del valle de Renuncio. Así no podrían salir. Los vecinos de Renuncio morían ahogados. Las tierras se estaban inundando, no podían salir a trabajar, ni a buscar chatarra y empezaban a tener hambre. Ahora además de pobres estaban estigmatizados. Nadie parecía quererles y lo peor, a nadie importaba si morían o seguían allí. Algunos hartos de sufrir la injusticia hicieron un boquete en el muro y provocaron agujeros en la tubería de Valverde. Entonces, los valverianos se echaron las manos a la cabeza. No entendían la razón de tanto resentimiento, la causa de esa actitud. El alcalde de Poderoso mandó retirar a los fontaneros. Los de Valverde, volaron con dinamita parte de la montaña con el fin de taponar la tubería. Pero sólo lograron matar a personas de Renuncio.
De pronto, una niña dijo, ¿porqué no ponemos llaves de paso que corte el agua en cada pueblo? Pero ni los poderosos, ni los valverianos estaban dispuestos a quedarse sin agua unos días mientras se colocaban exclusas en ambos municipios. Para ellos, el problema era de Renuncio, nada más.
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Cuando era niño, recuerdo vagamente un funeral en el que mujeres, todas con la cabeza cubierta por un pañuelo negro y todas vestidas de riguroso luto, lloraban y proferían gritos como “no somos nadie”, “que desgracia la nuestra” o “¿porqué señor, porqué?” todo ello entre grandes aspavientos y lloros. Como digo, yo era muy pequeño y el miedo se me metió en el cuerpo porque pensaba que mi mundo se acababa y se venía abajo. No recuerdo quién era el muerto. Pero el mundo siguió.
Desde el viernes noche, circulan por la red lazos con los colores de la bandera francesa, ojos, con los mismos colores o el símbolo de la paz hecho con la Torre Eiffel. (Y es curioso que alguna televisión casposa adoptara ese símbolo durante el sábado, cuando siempre ha sido un símbolo de los que ellos llaman antisistema). El caso es que si, es horrible lo sucedido en París. Pero el jueves murieron 41 personas y más de 200 resultaron heridas en Beirut, por los mismos psicópatas y ni he visto ninguna bandera libanesa, ni ningún hashtag de #TodossomosLíbano. No he visto que en Telecinco, Antena3, TVE, La Sexta, Canal24horas, o la SER, dedicaran ni un sólo segundo a ese suceso, ni mucho menos desplazaran sus plantillas hasta el Líbano para remover y remeter el miedo en las conciencias de los ciudadanos.
Líbano está muy lejos y son pobres. Por eso no somos todos Líbano pero si pretenden que todos seamos París o Francia. Porque cuando nuestros vecinos, amigos, cuñados, hermanos, etc, reaccionan como lo han hecho tras los tremendos y horribles crímenes de París, en realidad están reaccionando ante el miedo de que eso, pudiera haber pasado o pueda pasar en Madrid, o Barcelona o Bilbao. Están reaccionando al miedo a que los muertos fueran nuestros hermanos, cuñados, familiares o amigos. Beirut queda tan lejos que allá ellos con su problema. Nosotros no somos Líbano, porque son pobres, porque está muy lejos y porque allí no conocemos a nadie.
Cada día aguanto menos la hipocresía y el cinismo de la gente. Pero hay algo aun peor que el egoísmo de nuestros vecinos y amigos. El oportunismo, la indecencia y el aprovechamiento que los caraduras que venden armas, que viven del terror que ellos alimentan y otros provocan, tienen para hacerse los mártires, para ganar votos y para seguir viviendo del miedo de la ciudadanía. Durante la explosión en el estadio de Francia, donde jugaba la selección francesa de Fútbol, Hollande fue evacuado a las primeras de cambio. A éstos nunca les toca las bombas, ni los tiroteos ni de cerca porque para eso están los policías y escoltas. Este mismo tipo, Hollande, ha reconocido que vende armas a los terroristas de ISIS en Siria. Según él una cosa no tiene nada que ver con la otra.
Están haciéndonos creer que esto es una guerra de unos fanáticos religiosos contra todos los demás. Y no. No es cierto. Es una guerra de ricos contra ricos en la que, los pobres son elegidos como peones ejecutores. Es una guerra de vendedores de armas y petróleo, contra quienes han logrado globalizar el comercio mundial a cambio de extender la pobreza y el liberalismo económico por el planeta tierra.
Luego hacen pactos, como en España, para salir en la prensa y engañar a los estúpidos que pasan el día viendo la tele y que se creen estar a salvo porque tienen trabajo. No se dan cuenta que ya nada es como antes. Que un despido lleva al paro y a la miseria porque aunque vuelvas a encontrar trabajo no será con el salario actual, ni de lejos. ¿Pactos para qué? ¿Para poner fontaneros, mientras el agua inunda nuestras casas?
Todos sabemos que a ISIS lo financian quienes son señores y dueños de Arabia, de Qatar, de Yemen, de EAU o de Kuwait. Tiranos que viven del petróleo, que pasan vacaciones en occidente pero a los que nadie se atreve a tocar por miedo a que corten el grifo petrolero y por razones estratégicas. Tiranos que encarcelan a mujeres por conducir, que tienen esclavos indios y pakistaníes trabajando en sus países sin que nadie diga nada. Estos son uno de los contendientes de esta guerra de ricos. Éstos se nutren de ignorantes europeos, cuyas padres emigraron buscando pan y libertad, y que esta vuelta al medievo económico, les ha dejado en la miseria humana: sin trabajo, sin pan y sin futuro. Así, no es difícil que igual que los jóvenes de los 80 se echaran a los brazos de la heroína, éstos busquen cobijo espiritual y humano en las mezquitas, controladas mediante enormes cantidades de dinero por estos tiranos de la Península Arábiga.
¿Quiénes salen ganando con este tipo de masacres en Europa? En primer lugar los fascistas que acogen el voto de ignorantes que creen que la culpa de todo la tienen los que precisamente huyen de este tipo de sucesos que en un país como Siria suceden TODOS los días. Ahí está Le Pen, y el Partido Popular frotándose las manos. Y en segundo lugar los del discurso grandilocuente y vacío que abogan por lo de siempre: más guerra, más armas, más muertos porque eso es lo que les hace amasar más y mas dinero, más y más poder.
Necesitamos, estos países necesitan educación, pero no en conocimientos. Necesitan educación en la tolerancia, educación en los valores de la declaración de los derechos humanos, educación en el respeto y en la convivencia.
Claro que esos valores son contrarios a la explotación de las personas, a la venta de armas, a la guerra, a la desigualdad social, a cinismo de nuestros políticos y a los intereses de los verdaderos culpables de los sucedido en Líbano y en Francia y a lo que día a día sucede en Siria, el Chad o Palestina.
Ahora, todos como borregos a volver a votar a los que se están frotando las manos, para que, a cambio de una supuesta protección, tengamos la boca cerrada, los pies y las manos atadas y el cerebro compungido para que no piense.
De eso se trata.
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