En la definición de la palabra estafa se incluyen términos como: mentira, trampa, abuso y obtención de riquezas. Sinceramente, desconozco otra palabra que resuma mejor lo que es la Unión Europea tal y como la conocemos, y lo explico.
La Unión Europea es una estafa desde su concepción, cuando nos la vendieron como una unión de pueblos que
cooperarían por un bien común. Aquí tenemos el primer término que define una estafa: la mentira. Nos engañaron, ocultando su verdadera finalidad, que no era otra que ensamblar un organismo dedicado al mercadeo financiero de los grandes bancos, corporaciones y multinacionales. Sí, aquellas a las que van a parar nuestros políticos cuando se ‘jubilan’.
La Unión Europea es una estafa porque nos tendieron una trampa, y dicha argucia vino de manos de la incansable Alemania, quien en su afán por expandirse encontró el modo de ejercer su dominio sin necesidad de ejércitos ni tanques. Su nueva arma mejorada era la deuda. Le debemos reconocer a Alemania su enorme capacidad de progreso, de expansión, a tal escala que no cabe dentro de sus propias fronteras y necesita más y más. Lleva intentándolo siglos y por fin lo está consiguiendo. Usa su dominio sobre los principales organismos europeos para someter a los pueblos del sur de Europa, aquellos que por tradición tenemos economías débiles y deficitarias. La trampa es simple: uso la Unión Europea para chantajear a los pobres países del sur y sus frágiles economías, amenazando con cortarles el grifo del euro, y de este modo adecuar las decisiones políticas de estos míseros gobiernos a mis intereses económicos. ¿Soberanía? Hace mucho que dejamos de ser soberanos.
Además de esto, nuestra querida Unión Europea es una estafa porque abusa de la buena fe de sus pueblos. Abusa de nuestra confianza y lo estamos viendo en las últimas semanas con imágenes terribles y muy dolorosas a las que nuestra institución más representativa ha dado la espalda. El drama humano vivido por los refugiados sirios nos deja sin palabras, llenos de rabia por la inacción de nuestros gobernantes. Los mismos que apoyaron guerras para desestabilizar la región de la que proceden estas familias, con el único interés de obtener acceso a recursos naturales y posiciones estratégicas en la zona, ahora miran para otro lado sin ninguna vergüenza. Y sin embargo, las gentes de Europa dan lecciones de moral y responsabilidad ofreciéndoles el apoyo que otros deberían dar.
Por último, también podemos considerar a esta Unión Europea una estafa porque busca por encima de todo la obtención de riqueza. La idea de solidaridad y cooperación entre los pueblos no existe. Sin ir más lejos tenemos el ejemplo despreciable de lo ocurrido con Grecia, y por contraposición, con Ucrania. Tenemos una Unión Europea que asfixia a Grecia por una deuda impagable que además no tiene el más mínimo interés en perdonar o reestructurar ya que el gobierno griego de Syriza no responde a sus intereses económicos del neoliberalismo más despiadado. Sin embargo, tenemos el caso de Ucrania, un país que no hace mucho ha vivido un golpe de estado por parte de grupos neonazis, a cuyo nuevo gobierno han dado su bendición sin rechistar tanto EEUU como la UE, y qué casualidad, le han perdonado parte de su inmensa deuda ofreciéndoles además un nuevo pago, como compensación por sus ‘servicios’ inestimables (véase, políticas adecuadas a las exigencias de la Troika).
Por todas estas razones, la Unión Europea puede considerarse una de las más grandes estafas del siglo XX y comienzos del XXI. Es una gran mentira, una trampa siniestra, un abuso de sus gentes y un mero pretexto para hacer negocios. Necesitamos con urgencia una nueva idea de Europa, de esa Europa de los pueblos que día a día demuestran tener mayor decencia y honestidad que sus miserables gobernantes.
Así es. Este artículo mete el dedo en la llaga en algo que llevo sospechando desde hace bastantes años.