Lucha de poder…

UNITED STATES - AUGUST 26: Women's liberation movement in Washington, United States on August 26, 1970. (Photo by Don Carl STEFFEN/Gamma-Rapho via Getty Images)

¿Lucha de poder o por la igualdad y contra toda opresión?

En la actualidad hay distintos movimientos feministas. Son poco o nada homogéneos entre sí por la pertenencia a las diferentes clases sociales. Hay que sumar las corrientes que buscan visibilizar las distintas identidades sexuales. ¿Todos tratan de plasmar la violencia que ejerce el machismo sobre la mujer y la desigualdad que provoca? Algunos grupos llegan a eclipsar la verdadera lucha: la que va contra toda discriminación, desigualdad, opresión, que ejerce una clase social dominante sobre la otra clase social dominada como lo explicó Clara Zetkin

¿Qué es el feminismo?

Es un movimiento social y político heterogéneo en el que se engloba multitud de matices. Su objetivo más primario es la “toma de conciencia de las mujeres como colectivo humano con derechos”. Las distintas corrientes teorizan sobre cómo puede resultar más eficaz la emancipación y liberación de las mujeres. Entre ellas, el “feminismo de la diferencia” plantea que la igualdad de género se ha de lograr a través de la diferencia sexual y acentúa la importancia en lo simbólico por creer que «las cosas no son lo que son, son lo que significan». Por otro lado, el feminismo radical va contra los roles de género por ser los que se han utilizado para justificar la discriminación y refuerzan la exclusión, opresión, violencia hacia la mujer. Afirman que para alcanzar la igualdad se ha de establecer un nuevo Contrato Social. Se apoyan en el consenso de científicos que, desde las ciencias biológicas y psicológicas, rechazan el determinismo biológico por no haber pruebas que lo sustenten. Hay más corrientes feministas y todas coinciden en que se ha de lograr combatir el machismo en todos los espacios sociales.

Origen y efectos del patriarcado

Destacadas feministas investigan y muestran que el mayor problema para la emancipación de la mujer está en el sistema de dominación patriarcal y que el machismo es una consecuencia. Un estudio muy completo sobre el patriarcado se encuentra en el libro «El Origen de la Familia la Propiedad Privada y el Estado” de Friedrich Engels. En él se explica que es “una forma de organización social donde el varón es el jefe”. En arreglo de la división de trabajo en la familia, impuesta por el patriarcado, se estableció que correspondía al hombre ocuparse de la alimentación y a la mujer del trabajo doméstico. El varón pasó a ser el propietario de la fuente de alimentación, el ganado, la agricultura y de los nuevos instrumentos de trabajo. A medida que iba en aumento la riqueza daban al hombre una posición en la familia más importante que la de la mujer, haciendo que naciera en él la idea de valerse de esa ventaja para modificar en provecho de los hijos del varón el orden de herencia establecido. Se bastó con decir que el fruto y los hijos pertenecían a la gens de su padre. Nace la herencia de la masculinidad que pasa a empuñar las riendas de la casa, despojando a la mujer de la propiedad de la casa y de todo lo del hogar. La mujer se vio degradada, convertida en la propiedad del varón, en su servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en su simple instrumento de reproducción.

El patriarcado también afecta al hombre obligándole a cumplir con unas reglas, como verse más fuerte físicamente que la mujer, saber reprimir sentimientos y emociones para «poder» afrontar la vida, actuar de forma «correcta» según se espera por su género.

Cómo incide el patriarcado en la vida de la mujer.

Diferentes sectores ven cómo el patriarcado favoreciendo al varón, se organizan y se apropian de la palabra feminismo. Con discursos enmascarados, quieren convencer a la mujer de “lo que el machismo quiere que ella crea, admita”. Idean juegos, películas, concursos, trabajos, series, anuncios, en los que se persuade a la mujer para que crea que «libremente» decide, elije enseñar su cuerpo de manera sensual o sexual y es una forma de empoderarse, pero, mientras, se la aboca a un fatal destino. Vuelve el discurso para legalizar la prostitución y no plantea que el propósito es legalizar la libertad de explotar y abusar legalmente de la mujer. Buscan normalizar la mercantilización, monetización, del cuerpo de la mujer y así sea sumisa y complaciente para poder satisfacer los deseos más turbios, oscuros y retorcidos del consumidor, el patriarcado y su derivado: el machismo, quiere tener libertad de vejar, violar, maltratar, explotar, a la mujer sin que por ello se sienta ningún tipo de remordimientos por ser el pagador del servicio solicitado. ¿Se plantea hasta qué edad, la mujer que se dedique a la prostitución, puede ejercer sin que se la vea demasiado mayor para ello?

Se lleva a debate la Gestación Subrogada: Vientres de alquiler, Gestación por sustitución. La letanía para seducir a la opinión pública va en la línea de apelar al altruismo de la gestante. Eluden aclarar que es chantaje emocional camuflado detrás de todo un mercado ya establecido. No se valora el riesgo físico ni se mide los problemas psicológicos de la gestante. Susana Morales jurista especialista en infancia, afirma que la Administración Pública no visibiliza, no facilita, ni promueve las adopciones, sobretodo, la de los niños mayores de seis años. Explica que los huérfanos son menores que crecen en orfanatos, sin familias, y cuando cumplen los 18 años los echan a la calle con una pensión de orfandad de 300 euros sin ningún tipo de apoyo familiar. Si se quiere ser padres ¿quién ha de ser el altruista?

La prostitución y ahora también la Gestación por sustitución, que no deja de ser un eufemismo de vientres de alquiler, surgen de la desigualdad económica y las mafias se aprovechan de la situación. Son dos mercados que mueven mucho dinero, negocios con ganancias millonarias que deja a la mujer en un estado de vulnerabilidad absoluta.

Desde el patriarcado, machistas, surgen los oportunistas que sólo buscan la lucha de poder, provocan enfrentamientos entre géneros e infravaloran la normalización de las distintas identidades sexuales. Pretenden evitar que lo prioritario sea la verdadera lucha para rehuir, impedir, el cambio en las relaciones sociales que conduzcan a la liberación de la mujer –y a su vez del varón–

Hay un feminismo impulsor que ha visibilizado y denunciado, muchos casos de violencia machista contra la mujer, para que se trate como un serio problema social y no como un falso problema individual. Por entender que este fenómeno está provocado por unas relaciones sociales basadas en el patriarcado. Éste genera una supremacía, un poder que ejerce un género dominante: el “masculino” sobre el otro dominado el “femenino”.

El feminismo es un movimiento que procura crear conciencia de la opresión, desigualdad, discriminación, y también intenta enfrentar el problema global del sistema capitalista. Mientras no se erradique el mercantilismo del cuerpo, toda agresión machista, la conquista por la igualdad, la emancipación de la mujer, la libertad, tanto para para la mujer, pero también para el varón, será imposible. La clase dominante aprovechará esa opresión, esa desigualdad, para imponer, controlar, dominar, y arrebatar toda posibilidad de igualdad de oportunidades para hombres y mujeres.

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