Desde hace algunos meses en España se habla muy a menudo de la gestación subrogada. Una forma de tener hijos que para much@s de nosotros, es una forma de explotación femenina y una sutil manera de comprar seres humanos.
Ciudadanos es el partido con más interés en hacer de esta práctica prohibida en nuestro país un trámite legal. Se les ve siempre muy predispuestos a alabar el altruismo de las mujeres gestantes que ponen al servicio de parejas con problemas de fertilidad o gays, sus facultades biológicas y hacer con ellas un deseo realidad. A mi me da, que lo que más les interesa es la cantidad de dinero que esta práctica mueve en el mundo y quizá sus amigos empresarios tengan interés en llevarse una tajadilla. Al fin y al cabo el motivo de casi todas las cosas que hace C´s, es el dinero.
Las feministas estamos en contra de esa fórmula de explotación de un rasgo puramente femenino como es la maternidad, pero nos encontramos todos los días con la frase recurrente de quiénes somos nosotras para decirle a nadie qué hacer con su cuerpo. Tienen razón, no somos quiénes, pero si analizamos la realidad, la gestación subrogada solo puede hacerse si hay dinero por medio. Y cuando hay dinero que dar es porque alguien necesita recibirlo. Ese alguien son mujeres desfavorecidas, sin recursos, que ante la necesidad vital, toman el camino de gestar bebés para otros. ¿Altruismo? no, ninguno.
Podemos leer; es accesible perfectamente en la red; las consecuencias de tamaña atrocidad. Mujeres gestantes que se tienen que quedar con el bebé porque los padres se echan atrás, indemnizaciones por abortos, granjas de mujeres, vulneración de derechos, tráfico de seres humanos, problemas psicológicos en las gestantes por el desprendimiento precipitado y violento de un ser que ha vivido en su interior, transferencias genéticas no contempladas, etc. Pero quieren pintarnos la técnica de color rosa con nubes flotantes y unicornios de colores. Nada más lejos de la realidad.
Hoy os traigo un relato sobre el tema. Como todos los relatos que escribo y publico aquí, es ficción. Pero espero que al menos os haga pensar un poco, que os mueva una fibra y aceptemos todos que ninguna mujer debe ser explotada por tener capacidad de gestar vida. Que un niño no es un bien de consumo y que un deseo es un deseo y no un derecho que nos de alas para hacer todo aquello que nuestro dinero nos permita comprar.
Espero que os guste
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