Marchamos

El próximo día 11 de mayo se va a celebrar en Barcelona la primera Marcha Abolicionista a favor de la abolición de la prostitución. El abolicionismo de la prostitución como símbolo de la explotación femenina es una de las reclamaciones más importantes del movimiento feminista ya que la eliminación de esa práctica y la persecución del consumidor, demostraría que vivimos en una sociedad que se encamina hacia la igualdad real.

La prostitución mantiene actos que serían impensables en otros ámbitos sociales. Da por hecho que el dinero (que la mayoría de las veces cae en manos de personas que no se prostituyen) compra cualquier cosa. Incluso un cuerpo. Durante el tiempo que dura la relación comercial, el cliente, o sea el putero, es dueño de un ser humano y puede o podría practicar cualquier tipo de relación sexual con la persona a la que ha comprado su tiempo. Cuando hablamos de seres humanos, con un valor intrínseco y personal, la posibilidad de la transacción comercial deja de tener sentido. Los seres humanos no somos bienes de consumo. Tenemos derechos y dignidades que están muy por encima de cualquier valor de mercado. Sin embargo, mientras exista una forma de poner a una mujer en manos de un hombre para ser violada, perpetuaremos una práctica denigrante, esclavista y abusadora.

Los partidos políticos se muestran ambiguos con respecto a un negocio altamente lucrativo con es el de la prostitución. Solamente el PSOE ha incluido en su programa una posición abolicionista. Sin embargo otros partidos con una proyección más progresista, se resisten a demostrar cuál es su postura ante el hecho simple y básico de la esclavitud femenina. La sociedad también se encuentra dividida. Por un lado el movimiento feminista que lucha incansable para la desaparición de la prostitución y todo lo que conlleva. Todos sabemos que el porcentaje de prostitutas voluntarias es mínimo, la gran mayoría de mujeres y niñas que se ven obligadas a ejercerla son víctimas de trata. Convertidas en carne expuesta donde sus voluntades y deseos desaparecen en favor de aquel que tiene el dinero para comprar. Por otro lado está el inmenso número de ciudadanos de este país que son, han sido o serán consumidores de prostitución. Incluso aquellos que no han sentido la necesidad de consumir, son muchas veces protectores de una práctica que consideran necesaria.

Los algunos partidos liberales apoyados en dinero, callan ante el problema viendo en el horizonte un negocio que reporta millones de euros y que de alguna forma puede ayudar a mantener su posición en el poder.

¿Por qué Barcelona? Pues imagino que mis compañeras han elegido esa ciudad como primer destino por la actitud permisiva y tolerante que el ayuntamiento de la ciudad Condal tiene con esa denigrante practica que pone en manos de miles de hombres los cuerpos de las mujeres prostituidas, que pasean por sus calles o se hacinan en clubes y hoteles. Obvian los sentimientos de las propias mujeres apoyándose en unos proxenetas que presentan una falsa versión idílica de la prostitución. Nadie está satisfecho con tener sexo con 10, 15 o 20 personas distintas en un solo día. La sensación de ser “usadas” va en aumento y cada día es más difícil mirarse al espejo y no ver la paulatina descomposición del ser humano que vive en un cuerpo con precio.

Ada Colau y su equipo se han hecho uno con un lobby de explotadores y proxenetas que venden la ilógica idea de las “trabajadoras sexuales”. Se permiten cursos de cómo ser la prostituta del año y como realizar prácticas para satisfacer a sus clientes. Satisfacer a otro como un producto comercial de primer orden y que haga que la clientela aumente. Es decir, que Barcelona siga siendo la capital europea de la prostitución porque sus mujeres prostituidas son las más preparadas de Europa, que además cuentan con el apoyo de las instituciones municipales. Las palizas, los golpes, las violaciones, el delito y la muerte (no podemos olvidar a Lily) no cuentan. Solo el falso progresismo que llevó a su compañera de Madrid a llamarnos puritanas por no tener la mente tan abierta como para aceptar la esclavitud de las mujeres.

Los defensores de esta abusiva práctica utilizan unos argumentos que no solo el feminismo sino la lógica pueden acallar.

La prostitución impide que haya violaciones: FALSO. Está más que aclarado que la violación no es un acto sexual. Es un acto de poder y dominación. Las estadísticas de los delitos de abuso y violación no bajan aunque seamos uno de los países con mayor consumo de prostitución del mundo y además ¿quién dice que la relación sexual con las prostitutas no es un acto violento? Cuando un ser humano utiliza a otro para su placer sexual, sin tener en cuenta las expectativas y deseos de su compañera, está cometiendo una violación, ya que solo busca su propia satisfacción. Las prostitutas son violadas cada día, por cada cliente y durante toda su vida. La situación vulnerable donde están inmersas, permite todo tipo de abusos (no solo sexuales) y de actitudes donde los derechos fundamentales dejan de tener valor. Policías, agentes judiciales o jueces, minusvaloran los delitos a los que se somete a una prostituta al considerarla un ser con menos valor que el resto de ciudadanos.

Los feos también tienen derecho a tener sexo: FALSO. La belleza personal es algo completamente subjetivo que no debería ajustarse a ningún canon (al menos en mentes con dos dedos de frente). Es algo que varía en las diferentes culturas, sociedades y momentos históricos. Una persona es bella según los ojos que la mire. Eso no implica que personas con poco éxito en las relaciones personales tenga algún derecho a comprarse un trozo de carne con el que compartir una cama. Básicamente porque la otra persona no está en esa situación con el mismo talante que el que paga. Ninguna mujer prostituta siente atracción por el cliente. La relación es injusta e insatisfactoria para una de las partes. No hay sexo sano sin satisfacción, sin complicidad mutua y sin deseo.

La prostitución es el oficio más antiguo del mundo: FALSO. Es la esclavitud más antigua. Desde que el hombre se dio cuenta, allá por la época de los neandertales, que la mujer tenía una fisionomía diferente y que su fortaleza física era menor, los hombres han abusado sexualmente de ella ejerciendo un poder sobre sus cuerpos al dominarlos y tomarlos sin ningún pudor ni respeto. Eso implicaba que en todas las culturas las mujeres violadas fueran apartadas del resto de la comunidad y condenadas a una vida de continuo abuso no dando lugar a que cambiase su rol en la sociedad. A día de hoy, se sigue juzgando a la prostituta y la mujer violada como la culpable de su situación. Y además utilizar la palabra “oficio” o “trabajo” conlleva unas connotaciones sociales de aceptación como una actividad remunerada lícita y no esclavizante, cuando todos sabemos que es todo lo contrario.

Algunas ganan mucho dinero: FALSO. La prostitución es un negocio altamente lucrativo para los proxenetas y explotadores pero no para la persona que lo ejerce. Más del 80% de las mujeres y niñas son víctimas de trata, son obligadas a sufrir esa vida por deudas contraídas con malditos seres humanos que las extorsionan y las presionan. Engañadas con falsos empleos, chantajeadas con maltratos físicos y emocionales (como el que sufren a diario), vendidas para cubrir necesidades económicas de las familias, dejan a las mujeres en una situación altamente vulnerable de la que escapar supone un reto muy difícil de alcanzar.

Las feministas nos tomamos el derecho a decidir por todas las mujeres: FALSO. Las feministas no decidimos qué tiene que hacer cada persona con su propia existencia. Pero esconder la cabeza como los avestruces, cuando miles de mujeres y niñas están siendo tratadas como ganado que se compra y se vende, expuestas en un escaparate de libertad sexual como si sus sentimientos, anhelos y aspiraciones profesionales y personales no tuvieran valor,  cuando sus cuerpos, su sometimiento y la aceptación sumisa y obediente a las “necesidades sexuales” de un macho, que ni tan siquiera las mira a la cara, fuese lo único que se valora, no nos permite conciliar el sueño. No podemos quedarnos impasibles ante una sociedad que sigue permitiendo esas prácticas humillantes y degradantes. Cada mujer y cada niña, son seres humanos que tienen derechos. Y esos derechos deben ser salvados, protegidos y respetados por todas las que tenemos la oportunidad de ayudarlas. Como mujeres libres debemos, tenemos la obligación moral de conseguir con nuestras acciones y actitudes, que ellas sean dueñas de su propio destino. También nos tachan de tratar a las prostitutas como seres infantiles a las que debemos enseñar y adoctrinar. Las feministas solo escuchamos a las prostitutas y llevamos su discurso de terror a todos los rincones, para que sea el grito que ellas no pueden exclamar.

Ser trabajadoras reconocidas les permite tener derechos laborales: FALSO. En un país con leyes y justicia, la esclavitud no es trabajo. A la esclavitud no se la reconoce, se la combate. Con el poder de la democracia y del reconocimiento de la igualdad de todos los seres humanos a una vida digna, libre y auto gestionada. Los proxenetas no pueden ser empresarios, puesto que llevan a cabo una actividad ilícita. Ningún esclavista es un jefe.  Si se reconociera la prostitución, dándole rango de actividad económica legal, seríamos cómplices de dar derechos a los consumidores para la utilización del cuerpo femenino, como si de un bien consumible se tratase. No se compran cuerpos, no se alquila el deseo sexual, no se puede pagar por lo que alguien en libertad debería realizar con un compañero en igualdad de condiciones. La prostitución implica una imposición y una aceptación de los gustos del otro mientras los de la mujer, se diluyen en un billete puesto encima de una mesilla. Nadie duda que cuando tenemos un negocio o vendemos un producto, podemos deshacernos de un cliente incómodo o que no trata nuestra actividad con la suficiente integridad. Las prostitutas no pueden elegir qué prácticas, qué clientes, ni que nada. Solo un dinero manchado por las manos del explotador o sufrir las consecuencias de su negativa a permanecer activas el tiempo de trabajo. El trabajo es una forma de realizacion para el ser humano y una manera de sentirse integrado en la sociedad donde vive. El desarrollo autónomo de nuestra vida pasa por tener un trabajo que ayude a mejorar nuestra autoestima. La prostitución no puede jamás ayudar a nada de lo aquí expuesto. Más bien todo lo contrario. Un convenio laboral no puede incluir la venta de cuerpos como una forma de trabajo digno. Vender al empresario nuestra fuerza de trabajo no incluye en ningún caso, vendernos a nosotros mismos.

Las secuelas físicas y psicológicas de las mujeres que ejercen la prostitución duran toda una vida. Ansiedad, miedos y traumas marcan la existencia de unos seres humanos que durante su “trabajo” han perdido los pilares más básicos de la vida. Sentir que has sido literalmente utilizada como un producto cualquiera, que se abandona cuando deja de realizar su función, crea la sensación de ser objetos, sin cualidades humanas. Enfermedades y golpes pasan factura a cuerpos que envejecen prematuramente por unas condiciones existenciales llevadas al límite.

Los países donde se ha regulado la prostitución no han demostrado que la práctica legal haya cambiado para bien la seguridad y el concepto de las prostitutas, todo lo contrario. Ofertas de prostíbulos, dos por uno en mujeres, abusos continuados y aumento de la precariedad y de la explotación, son los síntomas de que regular ciertas actividades no las mejora sino que las convierte en algo monstruoso donde las únicas que sufren son las propias prostitutas.

La Marcha Abolicionista debería ser multitudinaria para demostrar a esta sociedad española y al ayuntamiento de Barcelona, que las feministas, las mujeres en general, no vamos a seguir tolerando más tiempo que nuestros cuerpos sean carne con agujeros donde meter aquello que convenga a cada uno. No somos muñecas expuestas para ser manoseadas, baboseadas y obviadas ante el deseo de otro. La sexualidad es una función humana pero no es vital. Se puede vivir sin sexo. Pero hacerlo con dinero de por medio, humilla al que lo recibe y convierte al que paga en un ser despreciable que merece ser sancionado. La esclavitud es ilegal.

Espero que mis compañeras organicen más Marchas como la del día 11 y que este país se tiña del morado del feminismo y deje de mirar hacia otro lado con la salud física y mental, con la dignidad y los derechos de las mujeres y niñas prostituidas.

Sobre belentejuelas 74 artículos
Me gusta ser diferente. Feminista, atea, de izquierdas. Baloncesto. Autora de El Espejo.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*