En estos días ha salido a la luz una noticia, que aunque parece más del corazón, no lo es tanto, y, dicho sea de paso, donde más eco ha tenido ha sido en la prensa rosa.
Por mucha jocosidad que haya producido la mencionada noticia, que no es otra sino que a la señora Bárbara Rey se le compró su silencio por su affaire con el rey Juan Carlos – el campechano – por la insignificante suma de quinientos millones de pesetas, o sea unos tres millones de euros (cuando interesa, las cifras se dan en pesetas, para liar más a la gente, y que no se enteren de las cifras reales, ahora que ya estamos acostumbrados al euro). Por mucha jocosidad que parece que tiene la noticia, venía yo diciendo, y los memes y chistes fáciles que se han ido propagando por las redes y los bares y los grupitos de amigos, resulta que, a mí, personalmente, me parece que la cosa tiene más enjundia. La tiene porque ese dinero ha salido de los Fondos Reservados del Estado, que es lo mismo que decir de todos los españoles que tributamos a la Hacienda Pública.
Si el señor Juan Carlos hubiese comprado ese silencio con su dinero, a mí, particularmente, me importaría un rábano, esta y todas las historias de faldas e infidelidades que pueda haber mantenido. No soy yo el indicado para pedirle explicaciones, sino otros, como su esposa o, quizás, sus hijos.
Pero si me parecen intolerables ciertas ausencias, o determinadas posturas:
Me parece intolerable que nadie haya pedido explicaciones todavía.
Me resulta intolerable que la Casa Real se calle y no diga esta boca es mía, sobre el asunto.
Me parece intolerable que el ciudadano Felipe de Borbón no diga nada (los discursos para Nochebuena y vale, ¿no?)
Me parece intolerable que no sea repuesto de inmediato ese dinero, por parte del rey Juan Carlos, de sus haberes personales.
Me parece intolerable que, desde las instituciones que representan a la ciudadanía, no se haya hecho ningún movimiento con objeto de pedir explicaciones a los, en su día, responsables de estos mangoneos.
Me resulta intolerable que la judicatura no actúe de oficio ante un escándalo de este tipo.
Y me parece intolerable que los ciudadanos nos dediquemos a bromear con este asunto, cuando nos han robado nuestro dinero (esto no es sino un añadido al caso Nóos, Gürtel, Púnica, Taula, etc…)
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