Cuando yo era pequeño todavía no se había extendido el uso del papel higiénico, y era usual, encontrar, en determinados establecimientos, un gancho en la pared, donde se habían insertado páginas de papel de periódico. Lo malo que tenía aquello era que el papel era áspero. Lo bueno que uno podía elegir la noticia con la que limpiarse el culo, la foto de un Consejo de Ministros de Franco, o una entrega de condecoraciones del dictador
Si hoy fuese ayer, yo me limpiaría el culo con la noticia sobre las medidas que propone el Fondo Monetario Internacional, que insta a España a continuar con la barbarie de los recortes de todo tipo, económicos y sociales. ¡El FMI, que ha estado capitaneado por corruptos y sinvergüenzas, diciéndole al resto del mundo lo que tiene que hacer!
El FMI está dirigido predominantemente por los países más desarrollados del mundo, y, férreamente gestionado por individuos que defienden posturas capitalistas, defendiendo los intereses de los grandes lobbies empresariales y financieros.
El FMI es un organismo que, no sólo no ayuda, sino que molesta. ¿Por qué existe, entonces? Esa es la pregunta que me suelo hacer insistentemente – tengo la manía de hacerme preguntas, mis lectores lo saben – cada vez que algún iluminado del FMI sale a la palestra, voceando sus recetas.
Evidentemente a alguien debe beneficiar, ya que si no, no existiría. Y si los que dirigen el asunto son los países más desarrollados del planeta… pues, a buen entendedor, pocas palabras bastan.
El FMI nació con el siguiente propósito (cito el Convenio Constitutivo del FMI) “fomentar la cooperación monetaria internacional; facilitar la expansión y el crecimiento equilibrado del comercio internacional; fomentar la estabilidad cambiaria; contribuir a establecer un sistema multilateral de pagos para las transacciones corrientes entre los países miembros y eliminar las restricciones cambiarias que dificulten la expansión del comercio mundial; infundir confianza a los países miembros poniendo a su disposición temporalmente y con las garantías adecuadas los recursos del Fondo, dándoles así oportunidad de que corrijan los desequilibrios de sus balanzas de pagos sin recurrir a medidas perniciosas para la prosperidad nacional o internacional, para acortar la duración y aminorar el desequilibrio de sus balanzas de pagos”.
Si existe alguien que cree que el FMI cumple con esas funciones, es probable que crea también que existen los Reyes magos, o la abeja Maya.
Como ya prácticamente no existe la prensa de papel, y no voy a utilizar mi móvil para ello, pues haré, simbólicamente, lo que hacía antiguamente con las páginas de los periódicos.
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