Han pasado las elecciones catalanas y, de nuevo, se quieren sacar conclusiones de donde no se puede, ya que ha habido unas elecciones que no se pueden extrapolar como muchos quieren hacer y otros muchos desean.
Antes de empezar la campaña, ya se sabía que el carácter de las elecciones no era el adecuado para tomarlas en cuenta en el formato en que se presentaba. Mientras unos han dedicado todo el tiempo que han podido a pedir el voto para un tema, la secesión, otros lo han dedicado para luchar contra los recortes que los sucesivos gobiernos de CIU han puesto en marcha. Es decir mientras unos aportaban a la suma vasos otros aportaban platos, como diría el Sr. Rajoy.
Se presentaba una lista de «unidad» en la que iban juntos desde la izquierda de ERC con otras fuerzas más moderadas hasta llegar a la alta burguesía catalana que ha quedado en Convergencia tras su ruptura con Unió. Así ahora es muy difícil tener en cuenta estos resultados para fijar una posición válida a la hora de tener en cuenta esos votos en unas elecciones generales.
Lejos de si queremos o no un referéndum o vemos más o menos necesario oír al pueblo sobre lo que quiere. Se le ha preguntado eso, si quieren decidir, pero hay quien no se ha dado cuenta.
La situación actual es que la lista que ha ganado no tiene una mayoría absoluta para gobernar, lo que le va a hacer casi imposible aprobar unos presupuestos, cosa que también sería harto complicada dada la diferencia ideológica de los distintos partidos que iban juntos. Desde la oposición no se tiene tampoco una mayoría como para gobernar y mucho menos para aprobar unos presupuestos, el lío es bastante importante.
Mientras desde el Sr. Mas se pedía el voto para la independencia, desde otros partidos de la izquierda se ponía el acento en los recortes y la falta de derechos que se está produciendo por parte de los gobiernos de convergencia, así es imposible tener unos datos concretos.
Para hacer una valoración de los resultados habría que ver si, realmente, los que han votado al bipartidismo sabían a que votaban. La mayoría de los votantes del PP votaban por la unidad de España y no por quitar a Mas de presidente. Igual ocurre con los demás partidos y así es muy difícil hacer una valoración.
Para lo único que ha servido estas elecciones es para liar un poco más a los demoscópicos que ya estaban locos con las encuestas. Ya que ninguna valoración sirve en un caso como este, tan claro, de que la mayoría no sabía a qué o quién votaban.
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