Imagina a una persona que se dedique al deporte de alta competición recibiendo su merecida medalla en lo alto de un podio siendo aplaudido por una muchedumbre entusiasmada…
La mayoría os habéis imaginado a un hombre alto, blanco, con los abdominales marcados y los brazos sin un gramo de grasa, no teniendo nada que envidiar a los modelos de Calvin Klein.
Pero… ¿Es esa la realidad? Nos han educado para que creamos que los estándares son buenos mientras nos marcan metas muy altas, inalcanzables que nunca se ajustan a la realidad ni por un casual.
Estos Juegos Olímpicos se están convirtiendo en una pasarela más propia de un concurso de belleza que de una competición deportiva… El mundo está cambiando pero parece que sigue vendiendo más “Las diez atletas más guapas”, “La mujer que nadaba como un hombre”… Que no los logros de quienes llevan años preparándose para darlo todo en la cumbre de su carrera: esa victoria.
Las más bellas de los #JuegosOlimpicos ¿Están de acuerdo con la lista? [FOTOS]https://t.co/IUc4vshPby
— Ana María Alvarado (@anamaalvarado) August 12, 2016
Me avergüenzan esos artículos más propios de otra época que de la nuestra criticando la libertad individual como la de la deportista egipcia de Volley playa que salió al terreno de juego con un hijab y menospreciando el físico del nadador etíope, de la gimnasta mexicana o de la portera angoleña de balonmano.
#JuegosOlimpicos: Robel Habte, el nadador etíope al que criticaron por estar "gordo" https://t.co/OkRTCM1kb8 pic.twitter.com/oDy6Sa2kqW
— Revista Semana (@RevistaSemana) August 12, 2016
Artículos y más artículos diseñados para sembrar complejos entre aquellos que cogen los periódicos, miran la televisión o simplemente repasan su página de inicio de Facebook: todos.
Nos venden que nos queramos a nosotros mismos y nos enseñan a odiarnos, que por mucho que seamos los mejores en lo que queremos nos intentarán hundir por nuestro físico. Es más difícil saber quiénes se han alzado con el oro en las distintas disciplinas que saber cuánto pesa una jugadora de cualquier deporte hasta de aquellos en los que no es vinculante para pertenecer a una u otra categoría.
Ojalá llegue el momento en que nuestros días sean los de juzgar por la labor y no por el aspecto, pero eso no se logra sólo diciendo “ojalá”, si no que debemos trabajar cada día para que ningún periodista más pueda llamar Pikachu al equipo japonés de gimnasia con gente riéndole el comentario racista ni nunca más puedan minusvalorar un deporte porque sea “cosa de chicas”.
Artículo de @ledov_ para Alcantarilla Social
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