“El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca.
Golpear al enemigo cuando está desordenado.
Prepararse contra él cuando está seguro en todas partes. Evitarle durante un tiempo cuando es más fuerte. Si tu oponente tiene un temperamento colérico, intenta irritarle. Si es arrogante, trata de fomentar su egoísmo.
Si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una reorganización, intenta desordenarlas. Si están unidas, siembra la disensión entre sus filas. Ataca al enemigo cuando no está preparado, y aparece cuando no te espera. Estas son las claves de la victoria para el estratega”
Sun Tzu (El arte de la guerra)
Tras la última consulta realizada por Podemos a sus bases para la elección de las nuevas direcciones, he podido leer en algunos foros y publicaciones que Podemos le ha ganado la partida al grupo PRISA. En mi opinión el que diga esto tiene una falta de conocimiento total de lo que ha sucedido, y lo peor, un desconocimiento mayúsculo de quien es el enemigo.
Los párrafos que aparecen al inicio de este artículo fueron escritos hace más de dos mil quinientos años y han sido el referente de muchos estrategas en sus luchas contra sus enemigos, desde Napoleón hasta Mao Tse Tung, y en la actualidad son utilizados como referente en las estrategias tanto en el mundo de los negocios como en el mundo de la política. Una lectura detallada de “El arte de la guerra” nos dice que una de las principales fortalezas para enfrentarse al enemigo es conocerlo, el desconocimiento de los puntos fuertes de nuestro contrincante, inevitablemente nos llevará a la derrota.
La técnica del “divide y vencerás” es tan antigua como el hombre y el que tenga la capacidad de dividir al enemigo mermará sus fuerzas para facilitar la derrota en el campo de batalla.
Eso y no otra cosa es lo que están haciendo nuestros enemigos, dividirnos, lo han hecho durante toda la vida. Las luchas intestinas dentro de la izquierda en España han sido el arma de la que se ha servido la derecha para ganarnos todas las batallas, no tenemos más que repasar la historia de los últimos años para darnos cuenta de que hemos sido nosotros mismos los que les hemos servido las victorias en bandeja de plata.
Y eso mismo es lo que están intentando hacer con Podemos, y lo que han conseguido en esta última campaña, ahora en nuestras manos está evitarlo, aún estamos a tiempo.
Han logrado que la sociedad española vea cómo el movimiento que llegó a juntar a cinco millones de personas en contra del poder establecido, ha quedado dividido entre buenos y malos, ese es el primer paso de la división, de la debilidad.
Nunca debemos despreciar el poder del enemigo, ese es el primer error que deberemos evitar si queremos, al menos, tener la ocasión de luchar, y mucho menos si tenemos la intención de ganar.
Por eso lo primero que tenemos que hacer es conocer bien a quien nos estamos enfrentando, conocer sus puntos fuertes y por ende sus debilidades, solo de esta forma podremos saber cuál es el alcance de su poder.
Si a estas alturas de nuestra historia no somos capaces de conocer bien a la bestia que tenemos enfrente, quizás debiéramos retrasar más nuestras posiciones e intentar reorganizarnos. La bestia no es solo el Partido Popular y sus millones de fieles votantes, la bestia tiene muchos brazos, el poder judicial, las fuerzas del orden, el poder económico, los medios de comunicación y últimamente un nuevo apéndice que le ha nacido como fruto de su estrategia, la izquierda traidora del PSOE y sus acomodados monigotes.
Sus ataques serán puntuales, usarán cada uno de sus brazos para golpear con el objetivo de debilitarnos en espera de que llegue el momento de atacar con todos los brazos a la vez.
Lo que ha sucedido estas últimas semanas no ha sido otra cosa que el golpe de uno de sus brazos más poderosos, los medios de comunicación, hacia una de nuestras fortalezas, la unidad. Desde los medios de comunicación, desde el primer momento en que se dio a conocer que existían dos candidaturas para la dirección de Podemos Madrid, les hemos dejado que colocasen dos etiquetas bien diferenciadas, una para cada una de las opciones. Por un lado “los buenos” representados por la candidatura de Rita Maestre, a la que los medios han insistido hasta la saciedad en colocarla del lado de Iñigo Errejón y que suponía el camino del cambio a través de las instituciones, y la otra “los malos” representados por la candidatura de Ramón Espinar, al que sitúan al lado de Pablo Iglesias y que teóricamente defienden el cambio utilizando para ello la calle y la protesta. Primer objetivo cumplido.
A la vez se genera un debate interno dentro de Podemos Madrid que no hace sino facilitar aún más si cabe el ataque de los medios. Mientras los partidarios de la lista de Rita Maestre defienden hasta la saciedad que esa lista no cuestiona a la dirección del partido, que es solo para arreglar Madrid, se pierde el debate frente a la lista de Ramón Espinar y los Anticapitalistas quienes extrapolan el debate a nivel nacional, los medios entran a saco y muestra a los españoles la división entre los buenos y los malos, los de las instituciones y los de la calle. Nadie habla de los documentos que se discuten, de los objetivos de arreglar la organización en Madrid, todo pasa a un segundo plano. Segundo objetivo cumplido.
De pronto aparece en los papeles el famoso piso de Ramón Espinar, y somos tan lerdos que se alzan voces dentro de la opción llamada dura, pregonando a los cuatro vientos que PRISA se postula al lado de Rita Maestre porque son más domesticables y que el último objetivo era atacar directamente al secretario general Pablo Iglesias. El Podemos domesticado frente al Podemos radical. La rotura está hecha, los votantes huyen de lo que puede suponer una domesticación del partido y la votación la gana claramente Ramón Espinar y los Anticapitalistas. El cocido está servido. Tercer objetivo cumplido.
¿Consecuencias? muchas y muy malas:
Ya no tienen tanto miedo a esa piña de los cinco millones.
Han fomentado la división dentro de Podemos, han ahondado en las falsas diferencias y han debilitado al partido ante las duras tareas que se presentan.
Han conseguido dar la imagen de que Podemos se radicaliza y se va a la guerrilla, separándonos de sectores de la sociedad que jamás se van a identificar con la radicalidad.
Han creado un ambiente incómodo que no favorece los debates y que no es propicio para recibir a la gente desencantada del PSOE, que lo último que se van a plantear es irse a una organización dividida, para eso ya tienen la suya.
En definitiva, nos han dado un revolcón, hay que ser claros, y en nuestras manos está el evitar que el revolcón se convierta en una caída por un precipicio.
Por eso creo que nos tenemos que dejar de falsos éxitos, de intentar convencernos a nosotros mismos de que hemos ganado esta batalla, entre otras cosas porque esto no era una batalla contra el enemigo, esto ha pasado de ser un proceso interno de organización a ser un circo mediático de donde han sacado tajada los medios y la derecha.
Dice Sun Tzu “El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar”. Eso es lo que han hecho ellos, no han luchado, no se han desgastado, solo han necesitado unos días de titulares en los medios para que nosotros hagamos el resto, dividirnos y desgastarnos.
Analizar y estudiar, discutir y crear, debatir y encontrar la argamasa que nos une y rechazar el veneno que nos separa. En definitiva conocer al enemigo para hacernos más fuertes, ya lo decía Sun Tzu hace dos mil quinientos años, puede tener razón.
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