Mucho nos avisan los sicarios del sistema corrupto de las maldades del sistema de gobierno venezolano.
Señalan una y otra vez con el dedo con la insana intención de distraer la mirada de la sociedad bien lejos de los manejos corruptos de los liberales.
Bien, ellos lo han querido, les vamos a obedecer y vamos a mirar a Venezuela y también vamos a mirar a España.
Debemos hacerlo, no por lo que ellos quieren que veamos, sino por encontrar en la comparación la verdadera dimensión de las intenciones, de los actos; el modus operandi de lo que son los liberales de hoy en día.
Ellos dicen que nuestro país puede caer e un pozo sin fondo bolivariano si por desgracia ganase las elecciones un partido de los pocos que aún subsisten insumisos al liberalismo feroz.
Lo que de verdad se ve en la comparación calmada de las situaciones es algo mucho más amplio, mucho más simple al mismo tiempo; una realidad terrible que nos aboca, sin esperanza a la tragedia de masas.
Miremos España y observemos lo que hace el sistema liberal cuando tiene el poder.
Demolición de servicios públicos y transformación de los mismos en bienes de consumo.
Transforman la vida, el alimento. el calor de nuestros hogares y el agua que calma la sed y da la vida en simples lujos.
En un país como España, si tienes dinero te curas, si puedes pagar comes; si tienes liquidez bebes.
Ese es su sistema bueno, ese es el que los liberales consideran el sistema de gobierno óptimo.
Poco o nada les importan los miles, los cientos de miles de destinos de los seres humanos destrozados por ese sistema. Desahuciados, dependientes, parados… millones de personas quedan fuera de sus baremos y son sencilla y llanamente desechados de la sociedad.
Eso es lo que quiere para España y lo que quieren para Venezuela.
Eso es lo que hacen cuando mandan; matan por dinero.
Ahora veamos lo que hacen en Venezuela esos mismos liberales.
Destruyen y ocultan alimentos o directamente contrabandean con ellos para que cunda el hambre; la necesidad extrema y generar descontento.
Poco les importan las penurias a las que someten a su pueblo, a los afines y a los contrarios, a todos.
Todo es admisible por volver al trono.
Envían sicarios a las manifestaciones, encienden los ánimos; las antorchas y las mechas.
Lo llaman guarimbas y sus resultados son docenas de muertos, sangre y fuego mientras los candidatos a la sombra arengan a sus leales a seguir matando.
Mienten, tergiversan, manipulan medios y justicia y derrocan gobiernos lícitamente electos.
Lanzan a ciudadanos contra ciudadanos, generan violencia y sí, generan muerte.
Es el sistema liberal un sistema genocida por naturaleza, matan por dinero cuando mandan y matan por poder cuando no mandan.
Y eso es lo que hay en España ahora; Venezuela es lo que nos espera si pierden.
No es que las soluciones políticas de un gobierno de izquierdas, transversal, socialdemócrata o comunista vayan a ser un desastre.
El tiempo nos ha enseñado que no es cuestión de sistemas, es cuestión de las personas que los gestionan.
Es que ellos tienen la firme intención de revolver, provocar, violentar a la sociedad hasta que enloquecidos, los ciudadanos acepten matarse entre ellos para aparecer como salvadores y volver a imponer sus criterios asesinos.
Eso es el PSOE, eso es el PP, eso es C´s y eso son todos los sucedáneos falsamente nacionalistas que han estado engañando a sus votantes durante más de un siglo.
Lo que nos queda por discernir es…
¿Qué hacemos con ellos?
Matan y matarán, mientras quede uno de ellos va a ser así.
Siempre encontrarán un aliado, una gran corporación dispuesta a hacer negocio, un estado afín a sus ideales asesinos dispuesto a financiar sus fechorías.
¿Qué hacemos con ellos cuando logremos llegar al poder?
Podemos juzgarlos por sus fechorías y meterlos en la cárcel, podemos apresarlos cuando generen violencia en las calles hasta su total expulsión del país.
Pero aún así, encontrarán el modo de engañar, mentir y generar violencia desde la acogedora y segura distancia mientras otros imbéciles se lanzan a las calles gritando su nombre a morir y a matar.
Esa es la pregunta del millón, la que debemos hacernos con calma, con frialdad aunque eso nos obligue a llegar a conclusiones feas, duras, incómodas.
¿Qué haremos con los asesinos, con los ladrones, con los corruptos, con todos y cada uno de los indeseables que sembraron nuestra patria de dolor, de miseria y de tristeza para enriquecerse dejando millares de cadáveres a su paso?
¿Qué haremos con esos medios y con sus empleados y representantes que mienten, que saben que mienten, que saben para qué y por qué mienten?
¿Seremos capaces de cambiar nuestros destinos, de cambiar la mentalidad de los idiotas y de asegurar paz para el sistema?
¿Seremos valientes o seguiremos presos del «qué dirán»?
Querían que miremos a Venezuela, muy bien, lo han conseguido, gracias.
Ahora ya sabemos lo que tenemos que hacer con vosotros porque ahora ya sabemos lo que queréis hacer con nosotros.
Como se atreve usted , a pensar por si mismo? Y más tarde comparar.
No oyó usted el mantra de todos los males que nos acechan?
Que sepa usted que es un radicalantisistema !!!!!!
Saludos. Muy bueno el articulo
Radicalsistema, librepensante… algo estamos haciendo bien.
Abrazos y gracias miles.