Rivera e Iglesias Los agentes Smith del bipartidismo

Uno observa el comportamiento de PODEMOS, nuestro PODEMOS en general y el de Pablo Iglesias en particular y tiene que tragar saliva.

Todos los que hemos puesto todas nuestras energías día tras día para generar un soporte de ilusión firme en los medios y redes sociales hemos vivido con ese temor inconfeso a terminar pareciendo unos ingenuos burlados.

Ahí estoy yo ahora; he perdido la cuenta de los comentarios, tweets y retweets condenando la servidumbre demostrada por los «cuñaos» de CIUDADANOS hacia el corrupto PP y me doy cuenta de que me dejé arrastrar por el vértigo del momento.
La premura de lo urgente impidió que viese lo importante, hizo que cosas obvias pasaran por delante de mis entendederas sin que yo nunca me haya parado un segundo a pensar en quien es quien en el circo de la corrupción y en el pujante mercado de los derechos sociales.

Muy bien, es tarde ahora pero aún así hagámoslo. Pablo, nuestro Pablo, dice que hay que negociar con el PSOE para que los corruptos peperos no puedan seguir gobernando.

Seguro que tiene razón, para que los fachas corruptos no gobiernen, para que los corruptos genocidas desaparezcan de nuestras vidas, hay que cuadrar los números y dice que matemáticamente la mejor opción es negociar con los socialistas.

Lo malo es que no terminaremos nunca de entender que ganamos quitando a unos corruptos para colocar en su lugar a otros más corruptos aún.

Quizá Pablo, nuestro Pablo, esta olvidando que de un total de 730 causas abiertas, si señores habéis leído bien 730; contra políticos en España, nuestra España, a día de hoy; el PSOE encabeza el ranking de los mangantes con 264 procesos ellos solitos y sin ayuda de nadie.

Es decir, Pablo Iglesias vive en un mundo en el que lo mejor que se puede hacer por este país para que los ladrones de la derecha no nos roben, es taparnos la nariz, retener la arcada y dejar que nos roben otros aún más ladrones.
Bien señores, bien, eso recoge maravillosamente el espíritu del 15M, nuestro espíritu.

Aún recuerdo los gritos en Sol pidiendo que vuelvan a sus cargos aquellos más de 1000 socialistas investigados por los muchos y variados casos de corrupción que azotan a la formación a la que Pablo Iglesias quiere dar servidumbre con más de 5 milones de votos, nuestros votos.

Tampoco quiero dejar de recordar los exquisitos modales con los que se conducían las fuerzas del orden durante los mandatos socialistas.

Fuerzas del orden que protegían a los mismos golpeando a los de siempre. Disculpad la ironía, solo estoy viviendo uno de los muchos accesos de vergüenza y cara de gilipollas que se me ponen cuando escucho últimamente a Pablo Iglesias mendigando las atenciones de Pedro Sánchez.

Puede ser un ignorante bienintencionado, pero a día de hoy y con más de cien mil dependientes muertos al año, uno no está para ingenuidades, porque en lo más profundo sabemos que nos están exterminando y que un día nos va a alcanzar a nosotros o a nuestros seres queridos.

Sigamos recordando ese grupo que hace beber los vientos a nuestros chicos preparadísimos de PODEMOS.
Caso de los ERE; fraude de los cursos de formación; caso Mercasevilla; caso Invercaria; fraude del Plan Bahía Competitiva; el caso Matsa; caso Marismas, entre otros muchos asuntillos que tienen al PSOE de Pedro Sánchez haciendo las delicias regenerativas de Pablo Iglesias.

Un partido «muy de izquierdas» que tiene causas abiertas en prácticamente todas las Comunidades Autónomas de España, de nuestra España.

Al principio pensé que estos chicos son teóricos políticos que no han entendido nada; ingenuo de mi, el que no se estaba coscando de la misa la media era aquí el firmante..

Pensé que cuando la gente se echó a la calle aquel 15M clamaba por disponer de una opción a la masacre que el bipartidismo estaba, está y todo apunta a que va a seguir estando, perpetrando contra las capas más débiles y sensibles de la población.

Al principio la consigna era «vota a otros», luego llegó PODEMOS, nuestro PODEMOS y acudimos como moscas a la miel a depositar nuestros votos, nuestra rabia, nuestra frustración y toneladas de ilusión.

Y con esa fuerza me negué en redondo a ver nada más allá de la salvación de la humanidad, de nuestra humanidad encarnada en las soflamas tibias de nuestros muchachos.

Hoy con enorme tristeza de mi corazón y con el amargo sabor a hiel en mi boca he de reconocer que Pablo Iglesias y PODEMOS me engañaron bien, me los creí a pies juntillas y creo que me equivoqué.

Me cuesta mucho asumir la posibilidad de que a un equipo de politólogos, expertos en política, estudiosos del noble arte del engaño institucional se les haya escapado ese detalle ni ningún otro detalle.

Imposible pensar que no son conscientes de que pretenden poner nuestros votos agotados en manos de unos asesinos que inventaban cursos de formación para parados, repito para parados, que luego no se impartían y trincaban el dinero.

Esa es la sensibilidad y la intención social del PSOE de Pedro Sánchez con los obreros desfavorecidos.

Eso es lo que Pablo quiere reforzar con nuestros votos.

No puedo dejar de pensar en la visión que yo mismo tenía de CIUDADANOS, visión que no solo no ha cambiado, sino que cada día tengo más clara y que ahora engloba también a PODEMOS, con esto cobra aún más vigencia si cabe.

Cuando me preguntaban sobre la opinión que me merecía la agrupación naranja, yo siempre respondía lo mismo.
Es un desdoblamiento del PP que sabía que iba a perder toneladas de votos y que para evitar la masacre se inventó un «PP cool&pretty» para recoger las voluntades en escapada desvergonzada de aquella feligresía asustada y de paso evitar que esos votos que huían despendolados cayeran en manos enemigas.

CIUDADANOS cumplió su cometido y entre patetismos y ridiculeces, ahora se limita a dar fin a su misión que no es otra que devolver esos votos en huída al redil pepero.

Hoy pienso que PODEMOS ha hecho para el PSOE exactamente lo mismo, la misma misión clavada.

Pablo Iglesias es tan patético y servil con el PSOE como es Albert Rivera con el PP.

Ambos son criaturas de partido, de su partido y ambos son agentes especiales al rescate de un bien común a todos ellos y en contra nuestra.

Rivera e Iglesias no son sino los «agentes Smith» del bipartidismo; virus que infectan e inutilizan cualquier otro sistema posible fuera del bipartidismo.

Hoy, tras tantos minutos, horas, días, años…

Iglesias y Rivera se disponen a devolver nuestros votos a los tiranos corruptos de siempre.

Seguimos muriendo, seguimos perdiendo.
Votad a otros, yo lo haré.