Si. Soy un superviviente. Sobreviví al desahucio.
Sobreviví a 6 años de infierno, de incertidumbres, de insomnios y desesperos.
He tenido “suerte”. La suerte de perseverar. La suerte de hacer de tripas corazón. La suerte de que la angustia y la desesperanza me pillaran o durmiendo, o rodeado de personas que me recordaban lo mucho que me necesitaban.
Pasé el proceso en desesperación. A veces solo, a veces acompañado.
Hace dos meses, a punto del desahucio, conseguimos el alquiler social. Después de casi 4 años de espera en la resolución judicial, y un año después de la sentencia.
No voy a detallar lo que es que te corten la luz en invierno, que te levantes de buena mañana y tu capital sea un “mísero” euro para comprar el pan e inventarte el relleno para el almuerzo de tus hijos. Para la comida,…luego pensaré.
En aquella época, un grupo de rock de mi tierra compuso este tema que lo resume todo Futuro – Los de Marras , cada vez que la oigo, aún me estremezco.
Que el teléfono no pare de sonar con llamadas de la gestoría del banco, o del agua, o del teléfono, o… “Debe pagar Vd. esto, si me da su tarjeta se lo cargamos ahora mismo por teléfono…”…, y no te queda otra que reírte para no morir de frustración, porque explicaciones y razones, ni se te ocurran darlas, porque te juzgaran, te harán sentirte mal, porque ni te escuchan, y porque incluso algunos hasta se enfadaran contigo como si de algo suyo se tratara, siendo incapaces de escuchar de que estas sin trabajo, sin dinero, sin ni siquiera paro. Pero no escuchan. No quieren escuchar. Nadie quiere escuchar el drama de ello.
No puedo quejarme. Sigo vivo. Sigo creyendo en el futuro, no como expectativa, sino como presente. Vivo al día. Los últimos 8-9 años de mi vida, han sido un aprendizaje de vivir el presente.
Cada día es un regalo. Cada día es un impulso más para perseguir un anhelo. Ser feliz. Y lo soy. No siempre, pero doy gracias para renovarme y rectificar. Para abandonar lo innecesario, para vivir el momento, para sentir el aire, el azahar en primavera, la tierra húmeda del otoño, el trinar de un pájaro o saborear una buena cerveza. Reír, emocionarme, sentir, llorar, enrabiarme, enojarme, saltar, volar…., doy gracias por poder seguir haciendo eso, y ver a mis hijos crecer.
En el mismo disco del grupo que mencionaba antes, hay otro tema que resume como ha de revolverse uno así mismo para tomar la fuerza necesaria para salir adelante. Es impresionante como dos canciones concatenadas, resumen y explican lo que fué y lo que es. Revolviendo – Los de Marras
Yo he tenido suerte.Otros/as, no.
A otros/as, la desesperación, la soledad y el abandono les pillaron en mal momento, y les atraparon los miedos, la pena, el drama, la vergüenza y el olvido. Y ahí ante tal insufrible sufrimiento, el ser humano, acorralado, huye y busca escapatoria. Hay quienes se abandonan en cualquier vicio, hay quienes son abandonados y no hallan puerta donde cobijarse, perdidos en las calles entrando a formar parte de esos sin techo que parecen hechos de película, pero que son muy reales.
Y aún hay otros/as que acaban peor, los que verdaderamente acaban desahuciados, porque desahucian su vida para no seguir sufriendo mas.
En verdad, no desahucian su vida. Los asesinan.
Porque es un asesinato, lo pinten como lo pinten. Tras 9 años de crisis, los 7 últimos los más sangrantes, se sigue desahuciando a las personas de sus casas, con total impunidad ética y moral.
Más de 100.000 millones de € dados a la banca para rescatar y perpetuar un sistema económico que no van a devolvernos. Que les permite seguir rigiendo el mercado y nuestro trabajo, gestionando y robándonos el dinero con todos los medios a su alcance, ya sea por comisiones como por estafas de preferentes, mientras ellos aumentan su poder adquisitivo con nuestros dineros.
Y a pesar de ello, ni un gesto, ni una sola medida de constricción, ni por el Gobierno ni por la Banca.
Se sigue desahuciando, se sigue suicidando la gente, por mucho que lo oculten o quieran ocultarlo. No hay ciudad, barrio o pueblo que no conozca del caso de algún vecino/a que se haya quitado la vida por desesperación. Y aún así, lo siguen permitiendo.
Yo, acuso de cómplices subsidiarios al Gobierno, y a todo político que no haya legislado nada para evitar todos los desahucios.
Yo acuso a la banca en general, a TODOS, como actores directos de dichos asesinatos, y no me sirve aquello de que la ley está así, o cualquier otra de las excusas que se inventan.
El caso de Barakaldo, una mujer de 53 años, es uno más. No quiero entrar a valorar más detalles o conclusiones de este caso particular, que las hay, pero de nada me sirven las lágrimas de cocodrilo de políticos o banqueros o jueces.
La justicia se arma de acciones, y donde no se disponen, se imponen.
En 2013 el 34% de los suicidios correspondían a personas desahuciadas. Las cifras hoy día no variaran mucho, ya que las ejecuciones hipotecarias siguen produciéndose.
Hasta cuándo vamos a seguir permitiéndolo.
@blogarroba
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