Todos conocemos a Silvio Berlusconi. Un señor con el pelo teñido color mesilla de noche, que aparte de acumular juicios y denuncias en su faceta como empresario, un buen día decidió que un país era una empresa, se presentó a las elecciones y gobernó Italia durante el tiempo que los italianos estimaron conveniente.
Berlusconi, acusado de tener relaciones directas con la mafia, controlaba los medios televisivos durante sus mandatos, se relacionó con todo tipo de dictadores y está considerado el hombre más rico de Italia. Pero quizá el rasgo por el que todos recordamos a Berlusconi es sin lugar a dudas su faceta machista. Desagradable, grosero, faltón y viejo verde hasta los tuétanos, nunca dejó escapar la oportunidad de mirar el culo de una mujer, de hacerse fotos en gestos provocativos y soeces, llegando incluso a ser condenado por prostitución y corrupción de menores. Sus famosas fiestas eran legendarias, donde crías de pocos años se paseaban desnudas para deleite de gordos babosos adinerados, achispados por el buen vino que Il Cavaliere repartía a discreción.
Y ahora cuando habíamos superado la etapa berlusconiana, los EEUU han encumbrado hasta la pole position a otro macho alfa, en este caso teñido de rubio, proclamándole como el candidato del Partido Republicano a la presidencia del país. Nuestro queridísimo Donald Trump, va a lidiar por la presidencia nada más y nada menos que con una mujer. No quiero de ninguna manera llevar a confusión a los lectores, intentando que piensen que Hillary Clinton es a mi modo de ver una buena candidata. Ni mucho menos. Pero al menos está mucho más preparada políticamente hablando que su contrincante.
Trump es la cabeza visible del sueño americano. Un hombre rico, poderoso y hecho así mismo a base de trapichear, robar y sabe dios cuantos ar más, destacando en el mayor exponente de la política neoliberal del mundo. En EEUU los políticos comprar su candidatura. Campañas políticas privadas, financiadas por donaciones de los seguidores y mucha mano izquierda dando donde duele, han hecho de este impresentable un futuro presidente.
Sus declaraciones contra los emigrantes le han hecho enfrentarse abiertamente con el gobierno mexicano. La política de exterminio del gobierno israelí es una fuente de inspiración para un hombre que quiere construir un muro a lo largo de la frontera y que desea, si gobierna, impedir el paso a su grandioso país de personas de origen musulman. Todas esas y otras muchas perlas salen de la boca del empresario que se ha metido en el bolsillo al lado más reaccionario y perverso de los Estados Unidos. Multitudinarias ovaciones, han encumbrado al Berlusconi yanqui que tiene opciones de gobernar uno de los países más importantes del mundo. Al menos ese al que todos los países neoliberales, capitalistas y occidentales miran constantemente y con el que la UE mantiene relaciones comerciales altamente sospechosas.
Y si todo esto fuera poco, Trump se ha mostrado en sus declaraciones, cien por cien machista. Frases que escandalizarían en cualquiera cuanto más en un representante de los ciudadanos. Estos días ha salido a la luz, un video de una “conversación” con un periodista, donde nos deja a la altura del betún. Asegura que un famoso puede hacer lo que le de la real gana con una mujer porque como todas somos idiotas y lo único que nos interesa en esta vida es pillar a un famoso; aunque tuviéramos que vomitar a diario solo por el roce de sus manos; por dinero seríamos capaces de dejarnos sobar hasta el coño por un tipejo como él.
Piensa que el acoso sexual en el ejército es algo completamente normal, solo por el hecho de que haya mujeres y hombre en el mismo trabajo. Podría decir lo mismo de un hospital, una cafetería o una empresa como la suya, tendría la misma lógica aplastante. Para que no haya acoso lo mejor sería que las mujeres estuviéramos expuestas en jaulas, siendo todo lo sexys que nos permita nuestro cuerpo a la espera de que un baboso seboso como él se fijara en una de nosotras y le dejásemos meternos mano. Nuestra función vital es esa.
Él, perfecto, impecable y maravilloso tiene siempre una palabra amable para una mujer. Sus declaraciones contra algunas actrices le han hecho aún más famoso si cabe. Gordas, feas, desastrosas o indecentes son solo unos pocos de los adjetivos que utiliza para definirlas.
Pensar que alguna vez este hombre esté al frente de un país como EEUU, da miedo. Miedo porque el que piensa así, jamás podría ser un buen gobernante. Emigrantes, árabes, mujeres, homosexuales y demás serían perseguidos y expulsados de su muy perfecta sociedad encabezada por grandes banqueros y empresarios, que irían comprando políticos como si fueran chicles, destrozando la sociedad hasta hacerla digna de ellos.
Muchas son las barrabasadas que los sucesivos gobiernos norteamericanos han hecho a lo largo y ancho de este nuestro planeta. Han puesto y quitado gobiernos con sus respectivos dictadores, torturan, matan y humillan sin pruebas a pueblos enteros. Se saltan las leyes a la torera para invadir países con justificaciones absurdas y sin ninguna prueba. Comercian con la vida de los demás y no dudan en empobrecer a poblaciones enteras solo para salvar sus cosechas subvencionadas por el estado.
Hablar del mal que le han causado a la humanidad ha dado para muchos libros y películas. Se han metido en guerras o directamente se las han inventado. De hecho, ahora mismo los militares estadounidenses están metidos hasta el cuello en la destrucción de Siria. Apoyan a los países que están masacrando a la población de Yemen y su gran aliado es Israel, al que defienden a muerte en su cruzada exterminadora del pueblo palestino.
Pues si todo esto fuera poco, ahora tendrán que decidir entre una mujer que ha contribuido con sus políticas a todo lo anterior o un cafre, que no solo apoya incondicionalmente esa labor destructora, sino que además echa leña al fuego contra todo bicho viviente.
En EEUU hay un sistema bipartidista, al que todo el mundo quiere imitar, donde dos partidos, uno de derechas y otro de más derechas, se disputan el gobierno, del que aunque a muchos nos pese, es el país más importante del mundo. Ahora les toca elegir y les aseguro que hagan lo que hagan, se van a equivocar. O se meten (arrastrando a todo el planeta con ellos, como siempre hacen) en Guatemala con una rubia o lo hacen en Guatepeor con un rubio.
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