Hace días una amiga twittera, me contaba lo desesperante que resulta tener un trabajo y que no te alcance el sueldo ni para unas pequeñas vacaciones y me sugería que escribiera un artículo sobre algo tan habitual hoy día en España. Por supuesto me gustó la idea aunque no tenía claro si iba a ser capaz de hacerlo, porque no se trataba de hablar del desequilibrio social al que nos están abocando las políticas miserables de este gobierno al servicio del capital, más bien trataba de transmitir los sentimientos de desencanto y frustración de tantas personas que aún trabajando de sol a sol son tristemente conscientes de que salvo que los hados del destino les premien con un improbable premio en la lotería tienen pocas esperanzas de prosperar y acceder a los privilegios de los más afortunados.
He escrito antes sobre la pobreza absoluta, no me resultó difícil porque se empatiza mucho más con quienes lo han perdido todo, que con quienes aún conservan lo mínimo. El típico ¨no te quejes que hay quién esta mucho peor¨ es lo primero que oyen las personas que se lamentan de sus vidas mientras aún les llega para comer. Qué triste ¿Os dais cuenta hasta donde nos han llevado? A que tengamos que estar agradecidos por vivir en estado de semi-pobreza.
Cuando por estas fechas de «caloret» algunos empiezan a viajar en yates de lujo o lugares paradisiacos a pasar maravillosas vacaciones que pagamos entre todos, hay millones de personas que tienen a sus hijos metidos en casa bañándose en una piscina de plástico en la terraza y como único extra un viaje de ida y vuelta de dominguero a la playa. Hay familias que no se han tomado unas vacaciones desde hace años, y que temen al verano tanto porque no saben que hacer con sus hijos mientras están en el trabajo como por el calor insoportable que no pueden paliar porque si ponen el AA todo el día la factura de la luz se dispara y no llega para pagarla.
Me cuesta imaginar la terrible sensación de estrés y cansancio de las personas que viven en una situación de precariedad material constante. Ese cansancio al que se llega por estar agobiados y preocupados todo el día, de forma continua, sin pausa, hartos de llegar a casa sin ganas ni de jugar un rato con tus hijos. Hartos de de contabilizar cada euro para saber si este mes llegará para pagar la hipoteca sin tener que dejar de comprar carne el día 15. Hartos de que una avería de la lavadora signifique no poder comprarle al niño los zapatos que necesita. Hartos de que si llega una multa de tráfico inesperada, que por supuesto tienes que pagar sin que a nadie le importe si comes o no, se va al garete el presupuesto del mes.
Ser pobre no es solo estar desahuciado o acudiendo a un comedor social, esos son casos extremos. Ser pobre es también no poder hacer nada, nada en absoluto que te suponga un esparcimiento o un pequeño placer, es no poder ir a comer fuera, no poder llevar a los niños al cine, no poder comprarles juguetes ni ropa o llevarlos de vacaciones. Es no poder apuntarlos a un gimnasio, ni a clases de inglés cuando te están diciendo todo el día que es tan fundamental para su futuro. Ser pobre es tener que repetirte a ti mismo y los tuyos la palabra ¨no¨ cada vez que te gustaría permitirte un pequeño capricho. Ser pobre es no tener un salario digno o una cobertura social decente y mantenerse en el límite de la subsistencia. Y hoy en España, el 23% de la población es pobre.
Mientras Rajoy o economistas de la ¨talla¨ de Gonzalo Bernardos nos cuentan que estamos saliendo de la crisis y se está creando empleo de calidad sin que se les caiga la cara de vergüenza, un tercio de los españoles sigue en riesgo de exclusión social, las desigualdades se incrementan día a día gracias al reparto de puestos de trabajo, donde antes trabajaba una persona cobrando un sueldo medio decente ahora trabajan tres cobrando una miseria. Eso es para nuestro presidente y sus sicarios ¨crear empleo¨ llevar a familias enteras al borde de la pobreza para maquillar los datos del paro. A ustedes, miserables embusteros, quisiera verlos yo llevando una casa adelante con 1000 euros al mes.
Los medios oficialistas nos bombardean con noticias sobre el crecimiento económico, crecimiento que solo afecta a las élites económicas y políticas y que no nos engañemos, nunca nos llegará a nosotros. Nos dirigimos a una sociedad donde la brecha entre ricos y pobres cada vez es más evidente y lo que es peor, más aceptada. Nos están enseñando a conformarnos, a que admitamos cobardemente que las cosas son así y que no pueden cambiarse. Nos está enseñando que la lucha de la clase obrera ya no sirve para nada. Nos están enseñando que tenemos que conformarnos con sobrevivir.
VIVIR ES UN LUJO RESERVADO PARA LOS HIJOS DE LA BUENA ESTIRPE
Amiga, este artículo es para tí. Espero que te haya gustado.
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