Y ahora…¿Qué?

Las elecciones sirven para mostrar la voluntad de los ciudadanos a la hora de elegir a sus gestores, cuando esto sucede no hay una premisa previa donde se mencione que esa elección deba ser a gusto de todo el conjunto de los otros partidos o de los grupos de poder. Eso es la teoría, la práctica está demostrando todo lo contrario.

Las fallidas negociaciones han dejado en evidencia las contradicciones de todo el sistema, es la perversión a la que están sometidas las democracias dentro de la UE. Con unos márgenes reducidos para los gobiernos resultantes totalmente condicionados por las normas y acuerdos que se adoptan en el parlamento europeo, condicionantes de la vida política.

¿Qué significa esto? ¿Que acaso cada vez que votemos tengamos que pensar en las preferencias de los grupos fácticos, so pena de que nuestra opción no sea del gusto de los estándares políticos de la UE o del Banco Central Europeo?

Habría entonces que valorar si todo esto de la negociación tiene mucho de representación, si los partidos tradicionales de forma intencionada han intentado dinamitar desde el minuto uno la entrada de esos “chicos extravagantes” de Podemos a los que nadie tomaba en serio hace dos años.

Con ello no estoy diciendo que dentro del proceso negociador las cosas se hayan hecho bordadas desde la formación de Iglesias, no se debe eximir de la crítica algún momento desafortunado; que dicho sea de paso tampoco ha sido nada del otro mundo, solo que quizá por motivos evidentes la lupa mediática ha estado pendiente del menor suspiro de los de la formación morada, para sacar toda la artillería posible.

El error de cálculo de los partidos mayoritarios residió en que jamás pensaron que cinco millones de personas daríamos nuestro apoyo a un partido al que llevaban meses y meses tachando de radical y extremista, preocupándose de buscar puntos, comas y microbios en cada una de sus esquinas.

¿Que pensaron que ocurriría después?

Confiaron en que los recién elegidos diputados podemitas serían fagocitados por el aparato y las prácticas parlamentarias, que el acercamiento a tan magna y podrida institución les contagiaría de un modo u otro, que pronto traicionan su programa electoral bajo la premisa de “que es lo que hay”. Pensaron que harían lo mismo que han hecho casi todos los partidos: incumplir su programa electoral desde ya (para más inri, algunos como el PSOE lo han dado la vuelta sin haber siquiera gobernado aún)

Se apela por parte de los socialistas a un pretendido cambio, asumiendo como cambio aceptar el 80 por cien del programa de Ciudadanos que por su parte mantiene como referente el ideario principal del PP, y va más allá queriendo meter en la sopa al propio PP.  Curiosamente el más claro causante de los peores males de este país, el partido con mayor nivel de corrupción a nivel europeo, al que quieren meter con calzador los de la formación naranja. Traducido al castellano un cambio basado en una mano de pintura.

Ahora acabada la escenificación queda claro lo que muchos ya sospechábamos, que no había desde un principio intención alguna de gobernar con Podemos. Que desde el propio PSOE ya estaban marcadas por los barones instrucciones concretas, pero que, pese a todo había que lavar la cara a ese acercamiento y romance con C´s, para que pareciera que se hacía por que no había más remedio.

Da igual lo que se diga, da igual que Iglesias no hubiera mencionado aquella vicepresidencia o ministerios, es indiferente que hubiera hecho alusión o no a la afición a la cal viva del Gobierno de Felipe Gonzalez, era indistinto que Podemos hubiera maquillado el referéndum (solicitado por cierto hace no mucho por el PSC) y daba lo mismo por que ya se sabía que implícitamente se buscaba el apoyo incondicional de Podemos a Sanchez, o eso o nada.

Se equivocaban también quienes pensaban que los morados querían el poder a cualquier precio, tal como están demostrando PSOE y C´s.

No se trata de un gobierno a lo loco, NADIE ha votado para que ahora se gobierne de cualquier manera solo por no repetir elecciones.

Por supuesto que repetir comicios se puede considerar una contrariedad, pero solo por celebrarse en un periodo próximo a los anteriores. Aún así no se cae el mundo amig@s, es parte de las reglas de la democracia, si a estas alturas obviamos la voluntad popular y se monta un gobierno que nada tiene que ver con lo que en conjunto elegimos originalmente, no nos estaremos haciendo ningún favor de cara al futuro.

Ahora ya casi en modo electoral se busca culpable de cara a pagar los platos rotos, para variar se sigue montando el acoso orquestado hacia Podemos, con la esperanza de acusarles de todo lo acusable.

Todo ello con un doble fin, hastiar a base de repetir y que cale que han sido ellos los culpables hasta de la muerte de Manolete.

Y lo que es peor, buscar el desánimo y cansancio probable de parte del electorado induciendo a una abstención mayor que quizá debilite a quien más costó movilizar, la propia izquierda real.

Todo puede ocurrir, tanto que se repita el resultado como que haya sorpresas de gobiernos globales por “el bien de España” y para pánico de la mayoría.

Podemos ha cometido un claro error de última hora, y no soy yo solo el que lo piensa, el error de la ingenuidad. El fallo de pensar que los socialistas no se lo pondrían tan complicado, justo a ellos, a quienes aspiran a algo más que cambiar el color del parlamento; sabiendo que se busca cambiar la forma de hacer política, que es al fin y a la postre, lo que más nervioso a puesto al establishment político tradicional de los dos partidos principales de este país.

Soy incapaz de hacer una quiniela, pero tengo claro que estoy orgulloso de la opción que defiendo, máxime cuando veo el ataque feroz desde muchos flancos, signo inequívoco de que Podemos está en un camino que puede aproximarse al correcto. Quiero que cambie el gobierno, pero si no puede ser ahora, quiero que esta formación siga creciendo y empujando cambios, que por mucho que se niegue, algunos ya se están produciendo sin haber llegado a gobernar.

Visto lo visto y ante enredo actual no me queda otra que recurrir irónicamente al recuerdo de una antigua serie de televisión americana llamada justamente Enredo (Soap título original) ,sátira de las telenovelas donde dos familias, los “Tate y los Campbell” vivían entre tramas entrelazadas surrealistas basadas en el caos. Los que tengáis mis años o más, recordareis también que cada capítulo finalizaba con una serie de preguntas absurdas e inconexas, hechas por la “voz en off” sobre el contenido de los próximos programas.

Poneros pues en situación y sustituid a las familias por el laberinto político vigente, y si aún podéis recordar la música mientras, pues tanto mejor. Allá van las preguntas para el siguiente episodio:

-¿Logrará Pedro convencer a sus electores de que han sido los podemitas radicales los culpables de que caiga en brazos de Rivera?

-¿Esperará Susana a cortarle la cabeza a Sanchez a navidad por lo del pavo?

-¿Rivera quiere recambio original o prefiere los del desguace del PP?

-¿Cuántas veces más se va pedir investigar los tweets de Zapata y la financiación de Podemos?

-Si según dicen hemos votado mal y volvemos a hacerlo… ¿Repetimos curso en septiembre?

-¿Cuántas camisas blancas tiene Pablo Iglesias?

-¿Por qué cuando voy al ascensor y veo que va a entrar alguien al portal cierro deprisa y subo?

-¿A que huelen las nubes?

Estas y otras preguntas quedarán respondidas en nuestro próximo capítulo…