Es indignante el uso que se hace de las frases y de las palabras por parte de algunos medios. Es descorazonador que los medios más relevantes de este país hayan decidido hacer, del periodismo, una suerte de panfleto, para defender las tesis políticas de los accionistas del periódico.
Recuerdo películas como Ciudadano Kane, Los hombres del presidente, La sombra del poder, o, más recientemente, Spotlight, donde se recrean sucesos de la vida real, que acontecieron en Estados Unidos, y que destaparon periodistas, cuyo único objetivo era encontrar la verdad, y contarla, y donde los medios eran realmente independientes, convirtiéndose en un instrumento de la ciudadanía para controlar al resto de poderes. Esa, y no otra, es la razón de que el periodismo sea conocido como el cuarto poder. Un cuarto poder, muy poderoso, utilizado convenientemente – bueno, y también inconvenientemente.
No sucede lo mismo, aquí, y ahora. El periodismo de algunos medios consiste en opinar, en lugar de informar, o en utilizar vocablos que determinen un juicio, en lugar de en suministrar una determinada información.
Existen ejemplos muy próximos en el tiempo. Determinados medios han publicado, o dicho, que Rajoy ha sido reelegido con el 95,6% de los votos de la militancia, mientras que afirman que Iglesias se hace con el poder en Podemos (como si se hubiese dado un golpe de mano, vaya). Cuando resulta que en el Congreso del PP, sólo se presentaba un candidato, ante un grupo de compromisarios, y en Podemos se presentaban dos personas a la Seretaría General, y tres distintos documentos para ser sometidos a la elección de la militancia.
Otra de las magníficas frases del articulado de algunos medios, que me ha llamado poderosamente la atención es la frase “Pablo Iglesias arrasa a Errejón e impone la línea dura en Podemos…” ¿Esto es información, o es la emisión de un juicio? ¿Qué es la línea dura? ¿Quién define lo qué es duro o blando? ¿En relación con qué, o con quién?
Todo, a juicio del que escribe, o de la línea editorial del medio. ¡No son informaciones, son juicios de valor! ¡No es periodismo, es intoxicación!
Otras palabras de cuyo manoseado uso se genera una indiscutible manipulación son “radical” y “estabilidad”.
La palabra radical, porque se le ha otorgado un carácter peyorativo e indeseable, cuando dista mucho de ser eso (leer mi entrada ¿Por qué soy radical? Pinchando aquí)
La palabra estabilidad, porque el que la utiliza, lo hace tratando de convencer de que lo estable es lo que él defiende o representa, y que nada diferente a eso puede serlo. Cuando, en la vida del día a día, todo es inestable. Un claro exponente más del intento de manipulación. (Leer mi entrada ¿Qué es la estabilidad? Pinchando aquí)
Lo peor de todo esto, lo que más me entristece, lo que más me duele, lo que más me deprime y lo que más me indigna, es que, con todos estos ardides, consiguen su propósito: manipular y engañar a muchos.
Dejar una contestacion
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.