¿Son los “niños” los que tienen trastornos mentales?

Aquella mañana, Elsa entró en la granja con la cara desencajada y muy nerviosa. Sentía su corazón en un puño, se mordía los labios para aparentar endereza y se esforzaba en contener las lágrimas. Venía de una reunión con el nuevo tutor de su única hija de 12 años, Patricia, en la que le informaron que la pequeña podía tener TDAH. ¡Hola, Dalila!

 

El pecado de Patricia.

La niña cursó toda la primaria en el mismo centro y sus calificaciones siempre fueron notables; incluso en sexto, cuando el centro decidió poner en marcha el curso piloto de “Escuela Siglo XXI”. La ESO para ella fue volver a una dinámica de aprendizaje memorístico, rígido y aceptación sin poder cuestionar ninguna información. El principal motivo para que profesores consideran que Patricia no se adaptaba al ritmo y dinámica del centro fue hablar en horario escolar y sus primeras notas. ¿Le prestaron una imparcial atención? ¿Valoraron el curso anterior y el historial académico para llegar a esa conclusión tan preocupante?

¿Qué dicen los expertos sobre el TDAH?

Leon Eisenberg fue el padre del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Era psiquiatra infantil estadounidense, educador social y educador médico. Meses antes de morir explicó que: “lo que debería hacer un psiquiatra infantil es tratar de determinar las razones psicosociales que pueden producir problemas de conducta”. Confesó que el TDAH no es un trastorno neurológico, «es un ejemplo de trastorno inventado»

Joseph Knobel Freud, miembro fundador de la Escuela De Clínica Psicoanalítica con niños y Adolescentes, dijo: «No todo es enfermedad mental. Las preguntas que se utilizan para diagnosticar la supuesta enfermedad de TDAH, en realidad, definen la infancia en sí misma».

Marino Pérez Álvarez, psicólogo Catedrático de la Universidad de Oviedo, especialista en Psicología Clínica, junto con Fernando García de Vinuesa y Héctor González Pardo son los autores del Libro “La invención de los Trastornos Mentales”. Posteriormente sacaron una extensión del libro al ámbito infantil “Volviendo a la normalidad. La Invención del TDAH y del Trastorno bipolar infantil”. Hacen una amplia reflexión y cuestionan que se patologicen problemas normales o lo que ni siquiera son problemas. Reiteran que: “se ha de comprender que los problemas de la vida no por serlo son problemas psicológicos, y que los problemas psicológicos no son problemas mentales”.

Allen Frances, uno de los psiquiatras más importantes del mundo, dirigió el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales-4 (DSM-4) En su manifiesto contra los abusos de la psiquiatría el libro “¿Somos todos enfermos mentales?” lanza un grito de advertencia porque nos afecta a todos. Considera que: “se tendría que ser muy cauteloso con los diagnósticos y los padres deberían buscar segundas opiniones y no asumir que sus hijos tienen un trastorno mental por no adaptarse a la escuela, al ritmo que los adultos marcan”.

¿Qué intereses se esconden tras el diagnóstico, peligroso e inventado, del TDAH y otros trastornos mentales?

Lisa Congrove, psicóloga estadounidense, en un estudio reveló que: “el 56% de los miembros que elaboran DMS tenían una o más relaciones financieras con las empresas de la Industria Farmacéutica”

Pérez Álvarez y sus compañeros apuntan: “muchos miembros del DMS consideran que la hiperactividad es una invención sin base científica”. Muestran que la Industria Farmacéutica logró que la timidez se le diera la categoría de fobia, que se recortaran los síntomas más somáticos de la ansiedad para sacar el trastorno de pánico. Todo como estrategia para comercializar ciertos fármacos. Allen Frances, en la reunión del DSM-5, confirmó sus temores. El manual de referencia para psiquiatras convertía comportamientos totalmente normales en enfermedades que no lo eran. Denuncia al sistema y a cómo se están haciendo las cosas en psiquiatría tras las publicaciones de los últimos manuales. Explica que según un estudio “el 89% de los menores de 21 años cumplen los requisitos para que se les pueda diagnosticar un trastorno mental y con el nuevo manual esta cifra se puede aproximar al cien por cien”. Asevera: “hay más visitas a urgencias y más muertes a causa de los medicamentos, las drogas legales, que por culpa de las drogas ilegales que se compran en la calle”. Afirma que las compañías farmacéuticas cuentan con la ayuda de gobiernos, la legalidad, y “pueden ser tan peligrosas como los cárteles de las drogas”.

Knoble Freud pregunta: “qué mensaje se les está mandando a los más pequeños si frente a los conflictos no se intenta averiguar la raíz de los problemas y se recurre a un elemento externo que es una droga, para lograr con rapidez una determinada conducta”.

Todos ellos coinciden en que el TDAH es una invención y que se busca medicar a los niños por ser movidos. ¿La psiquiatría está perdiendo de vista la diferencia entre lo normal y lo patológico? ¿No es un “a perfect business” el conseguir que mucha gente crea tener algún síntoma o trastorno mental y, si se piensa de nuestros hijos, el negocio estará asegurado por largo tiempo?

En la enseñanza se exige una total atención de los alumnos ¿hasta qué punto se predica con el ejemplo? ¿Qué motivos son los que nos obligan a creer que son los niños los que se han de aclimatar, cambiar, para entrar en un sistema excluyente? ¿Son las personas adaptadas las que han logrado cambiar las cosas y han provocado avances? ¿No tendría que resultar preocupante que profesores y centros encuentren alivio en diagnosticar a niños con TDAH o cualquier otro trastorno? ¿Qué estudios revelan las consecuencias que padecen los niños diagnosticados con falsas enfermedades mentales?

 

La pediatra de Patricia ha confirmado que no tiene TDAH y la anima a intentar averiguar qué es lo que más ilusión le haría aprender. Anima a que se esfuerce y estudie lo que le guste sin rendirse por duro que aparente. ¿A cuántas Patricias más se les diagnostica trastornos erróneos o inexistentes?

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2 comentarios

  1. Muy buen artículo. Ojalá se hablará más de esto. Una cosa es ayudar a crecer y proponer formas de afrontar las dificultades personales y otras tener que poner etiquetas. Sobretodo las que te hacen adquirír una actitud pasiva, en la que no hay una verdadera solución, sólo para el bolsillo de las farmacéuticas y el sistema.

    • Muchas gracias por tus palabras. También pienso que es un tema muy importante y que todo el mundo tendría que tener una buena información para evitar las “etiquetas”, diagnósticos engañosos o errroneos, y la hipermedicaión.
      Un saludo Pilar.

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