Todo era hablar de confluencia, había diferencias que podían ser salvables, de hecho se tiró para adelante con esas aristas. Desde una parte se buscaba la unidad de la izquierda, hablamos de IU, pero entendieron que esa no era la confluencia que se buscaba, era otra cosa de la que se estaba hablando, era unidad popular, de personas, no de siglas ni de izquierdas. No era de troskistas, leninistas, socialdemócratas… era de arriba y de abajo de lo que se hablaba, de que muchos ya están hartos de que haya clases privilegiadas. Eso finalmente se entendió y por ahí se empezó a llegar a algún acuerdo, pero entonces salieron las otras aristas que no se esperaban, las mochilas que se tienen y que se llevan de un lado a otro.
Una vez conseguida la unión en el fondo, era la forma la que preocupaba. Eso se podía saber desde un principio, pero no se quería sacar a relucir por parte de los que la portan. El problema real es que IU tiene que aparecer en el registro de partidos políticos que concurren en esa confluencia, no basta con confluir, tiene que ser parte del nombre y figurar jurídicamente en el Ministerio del Interior ¿por qué? Por las subvenciones. Para poder recibir dinero tiene que figurar en el Ministerio, así recibe lo que correspondería en función del número de votos, lo contrario sería no recibir nada.
Las subvenciones que actualmente se dan a los partidos consisten en un dinero por número de votos, siempre y cuando se saque representación. Para poder subsistir hasta ahora esa ha sido la fórmula, por eso a IU no le interesa ir en ningún tipo de unión que signifique no mantener sus siglas, tiene una deuda (principalmente en Madrid) que podría llevar a la bancarrota no solo al partido, sino a perder el patrimonio con el que se avalaron los préstamos para las campañas, además de tener que despedir a los empleados que tienen en plantilla. Esa mochila tiene que ir con ellos hasta el final, pero claro no todos son capaces de aceptarla.
Desde IU se busca saldar la deuda, pero desde PODEMOS no se puede aceptar incluir una deuda en su economía, precisamente ellos que funcionan a través de aportaciones y no de préstamos para no caer en los errores que están llevando a partidos como IU a tener tal mochila que lastra sus opciones políticas, ya que para el partido de Garzón es más rentable actualmente sacar un solo diputado (aunque tenga un millón de votos) que confluir con otras fuerzas de unidad popular, ya que eso les supondría no poder pagar la deuda.
Al final el partido que busca la unidad de la izquierda y anticapitalista ha sido derrotado por el capitalismo de los bancos. Paradojas de la vida.
Pilar Tavora Ferrer:
Me gusta leer vuestros artículos, reflexionar y abrirme a nuevas ideas, a otros pensamientos. Pero últimamente lo único que, salvo honrosas excepciones, encuentro son críticas hacia IU. Parece que el único que no tiene cargas es Podemos, tal vez es que otr@s no nos dedicamos a desprestigiar, sobretodo por consideración a los ciudadanos que representan. Quizá tenemos claro que los que nos manifestamos en el 15M y en las movilizaciones que siguieron merecen todos los respetos, ya sean de Podemos, de IU o de las Mareas. Es difícil que alguien pueda creer que el problema de Podemos sea IU.