No es nada nuevo ponerse a hablar de la polémica zona a la que llamamos medio oriente. Israel, Palestina, Líbano, Irak, Yemen, Arabia Saudí por poner unos ejemplos, y desde hace varios meses, Siria. La zona y especialmente lo que hoy es Siria y el estado ilegítimo de Israel con permiso de occidente, ha sido una zona clave durante lo largo y ancho de la historia. Clave por su situación geoeconómica para el mercado internacional entre Europa y Asia, y más concretamente, hoy en día por los recursos fósiles tan necesarios para el capitalismo económico; responsable de las recientes masacres humanas del pasado siglo y del actual.
Siria como país “independiente” entre otros, nace después de la primera gran guerra, momento en que desaparece el imperio Otomano que durante seis siglos habría dominado toda la zona. Francia y Inglaterra para acabar con este imperio, prometió a los pueblos de la zona un gran país: la Gran Arabia; motivación por la que desde dentro del imperio, el pueblo apoyó a las fuerzas occidentales derrotando a los Otomanos. Pero nada más lejos de la realidad, lo prometido por las fuerzas occidentales no era más que un engaño: en lugar de la Gran Arabia se constituyeron diferentes países (Palestina, Siria, Irak, Jordania, etc…), países que no serían autónomos políticamente hablando, sino países-colonia de occidente donde la organización administrativa y política internacional sería controlada por aquellos. Controlada no por un ánimo altruista para bienestar de los pueblos, sino evidentemente por los intereses de explotación económica de la zona por parte de los colonialistas occidentales.
Por si no fuera suficiente la inestabilidad política y social de la zona en ser dominada por intereses occidentales, después de la segunda gran guerra, occidente antes de marcharse colonialmente de la zona, crea el estado de Israel, convirtiendo el lugar desde entonces, en el gran polvorín que todos conocemos. Después y sin entrar demasiado en las razones de ideología religiosa y social que divide a los sirios y a éstos con otras corrientes de países vecinos, Siria se convierte en un polvorín con identidad propia; Al Assad, líder anterior al actual y padre de éste, para hacer prevalecer la identidad e ideología Chií (minoritaria en el país), combate sin piedad contra la propia población que osa sublevarse contra el gobierno con el apoyo de islamistas radicales Sunnies. El resultado son miles de civiles asesinados y otros tantos encarcelados por motivos políticos y/o penales.
Con la muerte de Al Assad, bajo el gobierno de su hijo Siria entraría en un nuevo amanecer de esperanza, pero el régimen no es amigo de la democracia ni de opositores políticos, lo que lleva al gobierno mediante sus políticas, a aislar al país del resto del mundo internacional. Ya en 2011 y con la conocida primavera árabe, ésta llega también a Siria en forma de reivindicación de mayores cuotas democráticas, a lo que el gobierno responde con muchas muertes de civiles hasta el punto de llegar a una guerra civil entre opositores al régimen (sunnies junto con el Frente Islámico religioso y otros grupos) y el gobierno con sus aliados internos y externos. Posteriormente junto a los opositores al régimen pero ya con otras motivaciones diferentes, van apareciendo en escena organizaciones radicales como Al-Nusra o el conocido Estado Islámico que en principio, también estarían en contra del régimen de Assad hijo, pero como ya se ha dicho, por motivaciones y objetivos algo distintos que ahora no vienen al caso.
Como buen polvorín que es toda la zona en general, por su situación geopolítica y económica e incluso militar, no podían faltar los agentes internacionales. En este sentido, el régimen de Al-Assad está apoyado por Rusia, China e Irán, y como ya es sencillo deducir de esto, internacionalmente el conflicto se logra por los apoyos en contrario, abanderados por EE.UU, Turquía, Arabia Saudí y otros países de occidente. El resultado a día de hoy, es una guerra civil con miles de muertos, con miles de niños inocentes víctimas del resultado de la influencia de la historia capitalista y avaricia occidental.
El pasado domingo en el programa @debatuiter (en su edición número 16) emitido por Radio5Stars, tuvimos el honor de oír música de boca de dos grandes personas que han vivido in situ la realidad de los refugiados sirios que sin cesar, van llegando a las costas de Lesbos en Grecia. No es música lo que de estas dos chicas se oía precisamente en sus palabras, pero sí lo es el tono de voz que tanto Laura y Nana pronunciaban mientras se dilucidaba en ellas la esencia más profunda del ser humano, al dedicar su tiempo y esfuerzo personal a la ayuda y asistencia humanitaria a cientos de personas que llegan mojadas, frías e hipotérmicas cuando no sosteniendo a un niño muerto, a las costas de Lesbos.
Fue duro oír el programa por la crudeza de lo que se describía y sencillo a la vez imaginarse las situaciones que habían vivido estas dos héroes anónimas, no obstante no deja de contrariarme que a tan solo unos pocos kilómetros de España, la miseria y la desgracia sea tan patente en personas inocentes y sin posibilidad de defensa, y en occidente lo que más preocupa sea la velocidad del router wifi, la ropa de marca y en acceder un móvil a la última. Por suerte para nuestra sociedad, no todos los individuos se muestran de acuerdo con las políticas de sus gobiernos. Gobiernos que a principios de otoño y en el marco de la Unión Europea, se repartían el número de refugiados sirios que adoptarían para acoger temporalmente, y que ya en pleno invierno de 2016, han hecho poco más que invertir millones y millones de euros en políticas y recursos fronterizos para evitar la entrada en la unión de estas personas; hoy casi apátridas incluso para la Declaración Universal de Derechos Humanos a tenor y a lo visto de lo aplicado por la comunidad internacional para con su situación.
Deportados de nuevo a su origen por gobiernos como el de Noruega; víctimas del deambular por una tierra indigna de lo que ella misma proclama por hipocresía pura y dura. Ya vimos lo acontecido en Hungría en otoño; un éxodo de perseguidos incluso por quien había proclamado cuidado en el marco de la unión. Un despropósito humanitario sin precedentes, y el mundo humano sigue girando; unos atónitos ante su propia impotencia y otros ciegos ante la miseria que nadie lo quiera, tal vez hayamos de vivir en nuestras carnes algún día. No pretendo con este artículo expresar empatía ni sentirme algo mejor ante mi incapacidad de poder ayudar directamente a estas personas, pero sí acercar algo más la realidad de estas personas a quien pueda leer estas palabras. Y si con ellas consigo que alguien con capacidad para convertirse en héroe, lo haga, este artículo habrá tenido mucho más sentido del que ahora tiene mientras lo escribo. Así que en este sentido, paso a dar a conocer la ONG creada por estas dos heroínas en motivo de la desgracia siria, y que no es otra que Refugee Care, que podéis encontrarla en Twitter como @Refugee_Care.
Para ir finalizando diré que hay opiniones para todos los gustos con este asunto. Hay quien opina que los gobiernos occidentales debieran abrir sus brazos ante la miseria humana que hoy viven los sirios; otros ante esta opinión, te dicen que si tanto deseas que occidente los ayude, que los acojas tú en tu casa. Y yo les digo a éstos últimos: pues para todo lo que te ha aportado la influencia occidental en la zona para con el progreso industrial y económico de occidente a través de todo lo allí robado, ¿poco has opinado verdad, indigno de llamarte persona?
En cualquier caso, prefiero olvidarme de esas opiniones y quedarme con la inestimable calidad humana de cientos de personas que como Laura y Nana, dedican de forma altruista su tiempo y esfuerzo por hacer de este podrido mundo un lugar algo mejor de lo que realmente y a nivel general, nos merecemos el maldito animal humano.
Va por vosotros hermanos sirios. Por vuestros inocentes niños, por todos los pequeños Aylan:
“Vistas a un oeste incierto acompañadas por el vaivén de un Egeo bravo e indómito…
Egeo salado por las lágrimas de quienes atrás dejan las vidas de los más débiles y desafortunados…
Egeo que baña tierras de esperanza para quienes desconocen que el mundo camina con una mano tapando uno de sus ojos; el otro no sabe adónde mirar…
Aguas y tierras cuyos muertos vivientes deambulan ajenos a la realidad, sin calor que ofrecer a quienes de frío perecen…
Pequeñas mentes embadurnadas de miedo y terror que se traducen en miradas vacías sin comprender el por qué de tanto desprecio…
Y el mundo gira con un ojo tapado y el otro mirando a Marte como futuro destino; mientras, aquí, la muerte camina por un pueblo que huye del hambre y la guerra entre los hombres…
Dólares y Euros arrugados por lágrimas y restos de sangre; restos cubiertos por un manto de oro negro que quita los males cegando a quienes sin conciencia gobiernan…
Un puñado de arena resbalar por un puño ya sin fuerza. Un cuerpo tendido y arropado por las olas, pide sin poder gritar que la justicia de los buenos hombres recaiga en el infortunio de los pueblos del mundo…”
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