Si algo nos ha enseñado la historia, es que el mejor sistema del mundo mundial y parte del extranjero, es el capitalismo.
El capitalismo te ama con una fuerza tan grande, que es imposible de explicar, pero lo intentaré:
Pues eso, ya está, espero que lo hayáis entendido y hasta la semana que vien…¿cómo? Me dicen que lo explique mejor, vale…
Empecemos por la propiedad privada: en el capitalismo, todas las propiedades son privadas, ¿que tienes una casa? Pues es tuya, no del Estado, como en el malvado comunismo, que te da la casa pero no es tuya. Vives en ella, sí, pero la casa es del Estado. Mientras que en el capitalismo, la casa es tuya, a no ser que no la puedas pagar, que entonces te la quita el banco, pero de guay y el Estado no se entromete para no molestarte y si te quedas en la calle, papá estado te deja a tu libre albedrío y no te agobia dándote una solución habitacional y cohartando tu libertad para dormir bajo un puente con tus hijos, pues eso haría peligrar tu estado del bienestar.
Solamente en Sevilla, en lo que llevamos de 2016 han muerto cinco personas de frío, pero han muerto libremente y sin verse condicionadas por el Estado, cosa que hemos de agradecer, sólo nos faltaba que el Estado se preocupase de las personas y se nos subiese la prima de riesgo, nos bajase la bolsa y Stalin resucitase de entre los cien millones de muertos del comunismo.
Muchos diréis: «Es que son seres humanos«, y sí, son seres humanos, pero seres humanos a los que el Estado no impide morirse de frío, o de hambre, cosa que estaría muy fea desde un punto de vista no comunista.
En un sistema capitalista, todo se regula solo, ¿qué tú no puedes pagar la casa o los medicamentos? Pues en el primer caso te regulas en la calle y en el segundo, tu cuerpo se regula muriéndose y todo arreglado.
¿Qué los bancos roban los ahorros de tu vida engañándote con las preferentes? Pues el Estado te deja a tu bola, para que disfrutes quejándote cuando te apetezca y ahí no se mete. Lo peor le toca a los bancos, que con ellos sí se mete y no les deja el libre albedrío que te deja a ti. A Bankia, por ejemplo, le dio 26.000 millones de euros por estafar a miles de familias y no contento con ello, papá Estado le dice: «Malo, malo, malo, no lo vuelvas a hacer«, por eso a Rato le vemos tan mala cara, porque papá Estado se ha metido en su vida, eso sí que es triste, que coharten su libertad para estafar y defraudar como les venga en gana, eso es cosa de los comunistas esos y mientras el pobre Rato aguanta las regañinas, los preferentistas estafados pueden seguir a su bola, sin que el Estado se meta en su vida, ¡cómo les debe envidiar Rato!
Por eso, amigos, recordad: el capitalismo es vuestro amigo, como muy bien dicen en la FAES: «Las subvenciones son el cáncer de la sociedad» y sólo por esa frase, se merecen los más de 30 millones de euros que les hemos dado en subvenciones.
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