La sombra de Aguirre

¿Es un avión? No ¿Es un meteorito? No ¿Es Superman? No, es el buitre de Aguirre.

Como todavía en pleno siglo XXI seguimos fascinados con los fósiles políticos. La arqueología peligrosa a lo Indiana Jones nos gusta mucho pero seguir arriesgándose con un dinosaurio como la condesa Esperanza es ir muy lejos. Una persona que ofrece y retira su confianza con la misma facilidad con la que las aves carroñeras estiman el cadáver amigo.

¿Es que hay “Esperanza” en las políticas prehistóricas? El presidente Rajoy, que dentro de no mucho se pondrá los laureles del comienzo de la regeneración política, ha dicho que la lista del PP no se cambiará y que él seguirá siendo la cabeza visible de este buque en llamas. Y yo me pregunto: ¿Dónde está la Regeneración política? ¿Acaso piensan que si no se mueven mucho y se quedan muy quietos no se los tragaran las arenas movedizas?

No voy a usar el cliché de que si algunas cosas pasarán en otros países europeos el gobierno dimitía en pleno. Pero puedo señalar que la señora Aguirre esta tan metida en la m****a, tanto por sus contactos y “confianzas” como en su comportamiento cívico, que necesita de asesoramiento legal para no salir mal parada en los juicios.

¿Es justo que esta candidata nos proponga LIMPIAR las calles de la gente que ellos mismos han obligado a la trashumancia urbana? Sinceramente me niego a confiar en este gobierno hasta que no abran la Moncloa por la noche o el Congreso de Diputados que, sin pretender faltar pero faltando, muchos asientos se mantendrían calentitos para los días ocasionales que se dignan a ser usados por sus beneficiarios.

Y ahora sin florituras literarias no vaya a ser que no me entiendan: ¡Váyanse! ¡Escóndanse en sus señoríos y pisos de lujo! Rezad por que las cosas mejoren y no apuremos el ajuste de cuentas. Tuvisteis la OPORTUNIDAD de la democracia, una legislatura con mayoría absoluta, el Shangri-la de la política y la habéis desaprovechado. Os habéis reído de nosotros. Nos habéis “saqueado” como bien decía Cospedal, que entre tanta mentira le tenía que salir alguna verdad a la desgraciada. Ahora el reto es recuperar la CONFIANZA en la democracia y volver a ir con ilusión a las urnas.