No existe una única teoría aceptada por la ciencia sobre el inicio del lenguaje en el linaje humano. El lenguaje, entendido como la transmisión oral de información acerca de uno mismo y su entorno, tiene un origen aún difuso. Hay al menos doce teorías oficiales, o más o menos respaldadas científicamente, sobre el origen del lenguaje en el ser humano, tan diferentes que en 1.866 la Sociedad Lingüística de París decidió prohibir el tema porque estimó que jamás se llegaría a un acuerdo. Hicieron bien, 150 años después sigue cumplida la profecía.
Lo que sí parece estar claro es que cada lengua es la expresión de la idiosincrasia, la cultura, la forma de hacer y ver el mundo de un pueblo o una sociedad. Digo bien, “parece”, porque cuando sacas el tema del lenguaje, hay personas que son incapaces de ver este hecho tan sencillo, y piensan que el lenguaje es como unas tablas de la ley grabadas en piedra e inamovibles, que fue enviado al mundo cuando ell@s nacieron y seguirá así cuando se mueran. O piensan que es algo aséptico y científico, como un quirófano antes de una operación (y antes de los recortes en sanidad del PP) o la ley de la gravedad.
Es evidente que no es así, y que el lenguaje es el reflejo nuestra historia, de nuestra interacción con otras culturas y pueblos, de las costumbres y formas de hacer las cosas. Que es algo vivo, que evoluciona y se transforma cada día con quienes lo hablan. Aun así, el mundo está plagado de Academias de la Lengua, más de 50, más o menos oficiales, que intentan de alguna manera preservar, cuidar, estandarizar, promocionar o conservar distintas lenguas. Una de las más importantes es la RAE, presente en 22 países y encargada del difícil equilibrio de preservar a la vez que guía la evolución de la lengua castellana.
Pues bien, siguiendo un razonamiento “científico”, podemos afirmar que, siendo la nuestra (y casi todas) una sociedad machista desde tiempos inmemoriales anteriores al castellano, esta es una lengua machista. Y no sólo por lo más evidente
Muchas cosas asociadas a lo femenino son siempre malas, mientras que suponen grandes cualidades en lo masculino: esto es un coñazo o es cojonudo; un hombre tiene carácter pero una mujer es una mandona (véase Xavier Trías a Ada Colau). Y por supuesto, la casi infinita variedad de insultos hacia la mujer relacionados con su actividad sexual, por otro lado siempre ensalzada y admirada en los hombres.
Pero también por lo menos llamativo, que por asumido y común no nos paramos a ver en el contexto de la vida diaria, y es que, en el castellano, al no haber un género neutro como en otras lenguas, se asigna el genérico al masculino. Esto, a su vez, no deja de ser el reflejo de la realidad patriarcal de la nuestra, y casi todas las sociedades. El hombre (no el ser humano, sino el hombre), es la medida de todas las cosas. Las mujeres somos unas lloronas porque los hombres lloran muy poco, somos unas histéricas porque los hombres muestran mucho menos sus emociones, y unas máquinas de la multitarea porque los hombres son incapaces de hacer dos cosas a la vez bien hechas (algo bueno tenía que haber, pero poco, no emocionarse).
Bien, el castellano es machista, eso es evidente. Pero tenemos una de las Academias de la Lengua más importantes del mundo, así que tendremos que preguntarnos cómo es. Pues la central de todas ellas, la española, ha estado dirigida siempre por hombres, y actualmente sólo 5 de sus 44 académicos son mujeres, lo que es un fiel reflejo del porcentaje de castellanohablantes de cada sexo, ¿no?.
Así que con este panorama, el feminismo, mientras va cambiando la sociedad, propuso ya hace mucho tiempo algo elemental y sencillo, que se aplica, por ejemplo, en terapia psicológica y que es de primero de inteligencia emocional. Y es que, mientras se trabaja en la esencia de un problema para corregirlo, se puede incidir en los aspectos externos del mismo, no cuesta casi trabajo y nos ayuda a realizar la transformación “importante”. Por ejemplo, si estamos tristes, sonreír no va a disipar la tristeza o los problemas, pero nos ayudará a sentirnos mejor para afrontarlos. Y esto es lo que se pretende incluyendo la visualización de lo femenino en el lenguaje. No utilizar el masculino como genérico que nos incluya a las mujeres, sino incluirnos de hecho con el femenino, o hacer del femenino el nuevo genérico para contrarrestar. Es decir, hablar de los vascos y las vascas, o en genérico de las vascas y ya está. Esta última opción es la que más fuerza está cogiendo últimamente, sobre todo entre gente joven y concienciada. Mucha gente, y entre ell@s mucha gente que se considera feminista, se queja constantemente de lo cansadísimo que supone nombrar masculino y femenino para todo lo genérico. Y, por supuesto, la tan feminista RAE les apoya:
Pues voy a hacer un acto “revolucionario”, contradecir a la RAE. Sí, señores y señoras, sí se puede hablar. Hablar y escribir. Supone utilizar dos palabras más por frase en la que haya genéricos, sólo eso, pero a los académicos y académicas, dado su nivel de trabajo, debe de parecerles un esfuerzo ímprobo. Por supuesto, consideran así todo lo que tenga que ver con la igualdad en el lenguaje.
Es más, en el lenguaje escrito, tenemos otras opciones, como la arroba @, o utilizar la “x “en lugar de una “o” o una “a”. Opciones que también rechaza horrorizada la ilustrísima academia. La misma que incluye sin rubor el palabro “amigovio”, cuando no conozco a nadie que lo haya utilizado jamás, y que de toda la vida se llama “follamigo”.
A estas solicitudes de cambios en el género lingüístico se han unido recientemente los movimientos LGTBI, pidiendo la inclusión en el castellano del género neutro para las personas transgénero, agénero, etc., por medio de la letra “e”: elle, guape, todes. Lo que ha suscitado un pitorreo sólo comparable al que se oyó cuando la Ministra Aído habló de las “miembras”.
¿Y por qué se comportan de forma tan neanthertal con el lenguaje personas que no tienen ningún rubor en wasapear, tuitear, y darle patadas mientras conducen por una retonda o se comen unas cocretas? ¿Por qué está socialmente aceptado hablar como Belén Esteban mientras te ríes del lenguaje feminista e inclusivo?
Sí, por lo mismo de siempre, porque seguimos siendo una sociedad machista, qué novedad. Y por eso, yo elijo ser una miembra.
Ricardo:
Lo único cierto de este artículo es que las mujeres son lloronas, o al menos las feministas, ya que quejan de todo, hasta del lenguaje.
Y también es cierto que en castellano el genérico coincide con el masculino plural, lo que es un rollo y una confusión constante. Así cuando decimos “las pianistas” sabemos que hablamos de mujeres que tocan el piano, pero si decimos ” los pianistas ” es una confusión, ya que no se sabe si incluye o excluye a las mujeres, así si quiero excluir a las mujeres debo decir los ” los pianistas macho” para que quede claro que solo me refiero a los varones.
Obvio que los idiomas tienen fallos como este, y muchos otros que llevan a confusiones, que normalmente interpretamos según el contexto. Eso es, EL CONTEXTO.
Así como dice la autora todo el lenguaje relacionado con lo femenino es malo, supongo como el arte es malo: la danza, la música, la o el pianista, la o el violinista, la o el guitarrista, la o el futbolista, etc
La humanidad o la gente o las personas , están relacionada con la maldad por ser palabras de género femenino.
El árbol es masculino y es bueno, la flor es femenino , es mala?
El mundo y la tierra.
El mar y la mar.
La verdad y la mentira.
Puedo seguir hasta el infinito con innumerables ejemplos.
Si es un rollo decir, ” vascos y vascas” se puede decir “la comunidad vasca” “el pueblo vasco”, “la ciudadanía vasca”, “la gente vasca”, etc…
Digamos que el castellano es muy rico en formas de decir los conceptos y seguro espero las feministas tengan inteligencia para encontrar el modo de expresarse (y fíjate que inteligencia es femenino, que cosas, menos mal que la ineptitud también lo es, supongo que para compensar).
Por ultimo, la RAE no impone el vocabulario, ni la forma de hablar, sino que regula segun el idioma evoluciona y adopta o elimina las palabras o la forma de hablar según los usos mayoritarios, pero también evita apuntarse a modas pasajeras del idioma.
Así que si las feministas deciden crear nuevas palabras como “vasques”, les conductores, etc, son libres de crear y transformar el idioma, y si esto un día se convierte en costumbre la RAE lo aceptara. Pero bajo ningún conce la RAE impondrá un lenguaje nuevo porque a las feministas les parezca el castellano machista, porque no es esa la labor de la RAE.
Así que a las feministas tenéis dos opciones, usar la imaginación (también femenino) o intentar imponer por ley vuestro criterio. Supongo que queda en vuestro criterio elegir como.
Alberto S.:
El termino feminista aún podemos decir que es bueno, pero no está en esta batalla de la irrealidad virtual, son las feminazis y el feminazismo que si es un hecho un palabra las que deberían de ser incluidas en el diccionario y no están.
La mujer es definida en la ideología de género como estudio científico como un ser débil y corrupto, fácil de manipular y es una herramienta de implantación de la irrealidad a la que quieren someter a toda la población en el exterminio del ser.
Esa es la verdad. Lo demás es falsedades que repiten y repiten para tratar de normalizar y que se las auto crean.
con ello y como radicalización podríamos decir que todo lo que viene de la mujer puede ser un peligro para el ser humano, hasta quieren cambiar o anular la historia de la biblia , porque queda perfectamente definida la naturaleza humana ( hombre y mujer) y si nos remontamos y leen el gen sis aún se puede comprobar , como piensan los judíos, como fue creado el hombre y la mujer, y a él le llamo adán y a ella lilith ( un demonio) y que fue expulsada por su maldad, y ya cuando Adán estaba sólo le dijo a dios que todas las parejas poseían a su hembra, y fue cuando de su propia costilla volvió a hacer a la mujer.
Aura:
Ya solo con las primeras palabras era predecible el asco que iba a dar el comentario, ¿Se quejarían los hombres si el lenjuaje fuera completamente al revés? Cabría esperar que lo aceptaran de buen grado, ¿no? Existen muchos idiomas con plurales neutros y no por ello se acaba el mundo, de hecho me parece una buena manera de reflejar más claramente la realidad. La empatía de género femenino, ¿casualidad?
Manel_Bondia:
Estoy de acuerdo en que el lenguaje refleja la forma de ver la realidad de la sociedad que lo usa. Si no me equivoco, los esquimales tienen unas 100 expresiones para referirse a la nieve, los berber sobre 30 para la arena y así en cada cultura. El castellano, hay que reconocerlo, utiliza mucha terminologia machista. Como te he comentado via twitter, expresiones como “mujeriego”, que no se usa comúnmente de forma peyorativa, más bien lo contrario entre hombres, no tiene paralelismo en femenino, no hay hombreriegas, sino zorras, putas, facilonas y un sinfín de términos despectivos hacia la mujer. Cuando un chico tiene miedo, se le dice nenaza; si lloras, lo haces como una mujer…y la inefable expresión de “el sexo débil”, felizmente desterrada. Yo, personalmente, a mis hijos les he corregido si en ocasiones han utilizado esos tipos de expresión, tanto como el uso de “maricón” y similares como insulto o desprecio. Y creo que es por ahí por donde deberíamos incidir para corregir el lenguaje y la percepción que de él y para él se deriva. Siempre que se pueda, se debe llegar a la dualidad de género, pero existe el/la electricista, el/la miembro, el/la taxista… y así un sinfín de expresiones que todavía no la tienen.
Ricardo:
Ante la pregunta de si se quejarían los hombres si el lenguaje fuera al revés?
Bueno, por quejarse siempre habrá alguien que se queje, ya sea el lenguaje de una forma u otra o con plurales neutros. En fin, por haber habría quien se queje que el Sol salga por el este y se ponga por el oeste e ilumine antes a los catalanes que a los gallegos.
Pero como he dicho que dicho, yo me he quejado que es un lío lo de que coincide el masculino plural y el genérico. Pero en ingles el artículo es el mismo para todos y por ello no es una sociedad menos machista que la española, etc
En fin, pero como he dicho los idiomas no cambian por ley, ni la RAE puede cambiar el idioma a capricho de un colectivo, sino que es la sociedad la que genera los cambios y la RAE los oficializa. Aunque de vez en cuando metan la pata o declaren términos válidos como el de amigovio, términos estos que a los españoles nos pueden parecer raro pero que pueden ser habituales de otros hispanohablantes del otro lado del charco que son 10 veces mas.
Así que insisto, los usos y reglas lingüísticad no se cambian por ley o decreto sino por costumbre.
pasanlucar:
No voy a hablar de feminismo pero sí de uno de los argumentos que se han utilizado: “la RAE cambia por costumbre…” Dicen que la claridad es la cortesía del filósofo así que vamos a poner algún ejemplo. Veamos que dice la RAE de “gitano” en su cuarta acepción: adj. coloq. Que estafa u obra con engaño.
Vemos que NO se corresponde con la realidad y esta polénica acepción está registrada en diccionarios de ahora, 2015. De cambiar nada o poco.
Ahora veamos algunas palabras que sí se han recogido y que deberían estar fuera: toballa, biministro o murciégalo por citar alguna. Pena que no se recoja la “fragoneta” con la que el gitano roba y tal.
La RAE a perdido el norte y sólo he pretendido con un ejemplo, el de gitano, hacer ver que por costumbre no siempre esta institución incluye palabras, modifica acepciones etc. Todo ello por no mencionar palabras de mi tierra, Andalucía, que ni recoge y forman parte de nuestra cultura
Como decía al principio no voy a entrar en si el castellano es machista, en todo caso, sí que es reflejo de una cultura que hasta hace pocos años si lo era.
Interesante la reflexión, enhorabuena saludos a todxs.
@jimyvegga
Antes de hablar, por favor informarse. El término murciégalo es más antiguo que murciélago y deriva del castellano antiguo murcego. La RAE ha admitido la forma original aunque esté en desuso, ya que por ser más fácil de pronunciar se fue diciendo y extendiendo el término de murciélago. Por tanto, la RAE adopto el término murciélago como correcto ya que así se decía cuando se creo la RAE.
Si todo el mundo se empeñará en decir fragoneta, al final la RAE lo adoptaría como valido. Y es que aunque el objeto de la RAE es regular el idioma, tampoco es objetó de la misma evitar o prohibir que el idioma castellano evolucione.