Todas las semanas son negras

Lo que sucedió en París el viernes 13 fue un horror. Eso no tiene discusión. Se nos iba encogiendo el alma al leer lo que estaba pasando, nos imaginábamos sentados en una terraza viendo aparecer a alguien empuñando un Kalashnikov, … Supongo que esa es una de las claves del por qué nos estremece más lo que sucedió la semana pasada en París que lo que pasa todos los días en Siria, por poner un ejemplo. Es algo muy humano, que cualquier psicólogo explicaría mucho mejor que yo. Cuanto más cercana la persona, su vida a la nuestra, su situación, etc., más empatía sentimos, y de ahí que suframos más cuanto más cerca nos toque. Tanto como lo de París nos estremeció el 11S y mucho más el 11M.MUPp7t7o

Pero eso es piel, sentimiento, no algo a lo que dar continuidad con un supuesto pensamiento racional. Tiene una explicación racional, sí, pero hasta ahí su recorrido. Todos los días, repito, todos los días, hay atentados, matanzas, violaciones, crímenes terribles, en casi todo el mundo. Es materialmente imposible que nos enteremos de todos, ni siquiera de muchos, pero sí nos llega bastante información. Sobre lo que sucede en Siria, en Iraq, en Palestina, en Libia, en Yemen, y esto por mencionar solo lo relacionado al ataque del viernes 13.

Estamos en el s. XXI, no en la Edad Media. No tenemos excusa para justificar que solo nos importen “los nuestros”, para mirar hacia otro lado cuando estallan las bombas en mercados de Iraq, cuando silban las balas en Palestina, cuando ruedan las cabezas en Siria.

A estas alturas todos los que no tenemos la cabeza metida dentro de una lata sabemos quiénes crearon, financiaron, adiestraron y armaron a esa bestia llamada ISIS, EI o DAESH. Y sabemos también quiénes somos sus víctimas, los humildes, el pueblo, los que pagamos sus desmanes aquí y sobre todo allí. Los que pagamos siempre todo en todas partes.

Pero la deplorable prensa de este país se ha apuntado a ese juego macabro. Una prensa que es hace tiempo el hazmerreír de sus “colegas” en todo el mundo. Salvo honrosas excepciones, periodistas y medios se han revolcado en el fango esta semana sin pudor alguno.

Antena3 y La Razón publicando imágenes trucadas de un periodista como si fuera un terrorista suicida. Ridiculizados por ello hasta por la BBC, en lugar de rectificar, han echado la culpa a internet. Así, con seriedad y profesionalidad, igual que los niños de 5 años.

Antonio García Ferreras se ha pasado varios días en un cruce de calles en París, poniendo carita de circunstancias y señalando agujeros de bala en las paredes y charcos de sangre en el suelo. Imágenes imprescindibles de premio Pullitzer, en cuya “difícil” obtención le ha sustituido la inefable Ana Rosa Quintana.

Por seguir con el esperpento, en el programa de Mariló Montero confundieron un logo de la Guerra de las Galaxias con el símbolo del EI. Y su ex, el gran líder de “fósforos” Carlos Herrera, se ha hecho el selfie más ridículo e insultante de la historia.

Pero ninguno de ellos se acerca a Siria, donde sufren al EI cada día, ni a Yemen, ni a Líbano. Sólo refuerzan la empatía con “los nuestros”, “los occidentales”, “los cristianos”, para que traguemos más fácilmente una guerra, una intervención militar, el cierre de fronteras y dejar morir de hambre a los seres humanos que vienen huyendo de ese mismo horror. La división cada vez mayor entre “ellos” y “nosotros” que nos ayude justificar cualquier inhumanidad.

Esta tendencia natural a tener mayor empatía con los más cercanos tiene al menos dos excepciones, una buena y una mala.

La mala, aunque me critiquéis, aunque me tachéis de pesada o monotemática, no deja de ser verdad. Y es el terrorismo machista. Sucede en nuestro país, en nuestro pueblo, nuestra ciudad, tres calles más allá, a mujeres como nosotras, que incluso conocemos de vista, que llevan una vida parecida a la nuestra. Pero muy poca gente parece empatizar con ellas. Es como si fueran extraterrestres, daría igual que estuvieran en Nigeria o en Tombuctú. Casi no salen en los medios, aunque las maten más cruelmente que el EI, y ningún periodista dice sus nombres, ni nos cuenta su vida, sus sueños truncados, sus logros. De hecho, la inmensa mayoría de las veces, ni nos cuentan que las han asesinado, como mucho se mueren, como las heroínas de las novelas románticas del XIX.

La excepción buena es que creo que cada vez somos más las personas que sentimos como nuestro el sufrimiento de cualquier ser humano en cualquier lugar del mundo. No porque seamos santos, ni seres excepcionales, sino porque no nos dejamos llevar por las modas y somos algo más conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor. Obviamente, nadie puede luchar por todas las causas del mundo, aunque sufra por ellas. Por eso cada uno vamos eligiendo las nuestras, mientras seguimos apoyando las demás en la medida de nuestras posibilidades. Sabéis cuál es la mía. Y cada vez voy conociendo más gente, cada uno con las suyas, pero siempre apoyando las demás.

Porque todas las semanas son negras para el ser humano, pero en todas ha de haber esperanza también, al menos la esperanza de que hay mucha gente que no se va a rendir.

Sobre zurine3 10 artículos
Feminista, roja y contestona. Una más en la Asociación Feminista Gafas Moradas @afgafasmoradas Sororidad, mesedez

3 comentarios

  1. Nunca te podría criticar, ni tachar de pesada o monotemática. El terrorismo machista es una cuestión de la sociedad, de todas y fundamentalmente de todos. Si los hombres no apoyamos y encabezamos la lucha contra la violencia/asesinato de mujeres, ésta sociedad no pasará de ser una sociedad injusta e imperfecta. Nadie se puede sentir conforme mientras haya seres con los que se cruza todos los días que son agredidas y muertas. Todas y todos somos cómplices. No debemos, no tenemos derecho a rendirnos.

  2. De la Wikipedia se extrae la siguiente definición de terrorismo:

    El terrorismo es el uso sistemático del terror[1] para coaccionar a sociedades o gobiernos, utilizado por una amplia gama de pseudoorganizaciones políticas en la promoción de sus objetivos, tanto por partidos políticos nacionalistas y no nacionalistas, de derecha como de izquierda, así como también por corporaciones, grupos religiosos, racistas, colonialistas, independentistas, revolucionarios, conservadores y gobiernos en el poder.[2]

    El terrorismo, como táctica, es una forma de violencia que se distingue del terrorismo de Estado por el hecho de que en este último caso sus autores pertenecen a entidades gubernamentales. Se distingue también de los actos de guerra y de los crímenes de guerra en que se produce en ausencia de guerra.[3] La presencia de actores no estatales en conflictos armados ha creado controversia con respecto a la aplicación de las leyes de guerra.

    La palabra «terrorismo» tiene fuertes connotaciones políticas y posee elevada carga emocional y esto dificulta consensuar una definición precisa.

    Es común el uso de la palabra por parte de gobiernos para acusar a sus opositores.[4] [5] También es común que las organizaciones e individuos que lo practican rechacen el término por injusto o impreciso.[6] Tanto los unos como los otros suelen mezclar el concepto con la legitimidad o ilegitimidad de los motivos propios o de su antagonista. A nivel académico, se opta por atender exclusivamente a la naturaleza de los incidentes sin especular sobre los motivos ni juzgar a los autores.

    Vemos que el término es muy discutido y discutible pero hablar de «terrorismo machista» esta completamente fuera de esta definición y es el último escalón en demagogia lingüística que han dado las pseudo feministas de este país. Supongo que el siguiente paso será hablar de genocidio machista, o armagedon machista puestos a exagerar, o holocausto.

    Sólo pido que se use el lenguaje de forma correcta, no lleguemos a estar exageraciones ya que en mi opinión solo desacreditan a los que las realizan quitándose razón o argumentos, los cuales son muchos para estar en contra del machismo o de la violencia ejercida por unos hombres ( y mujeres si fuera el caso) sin llegar a estos extremos del lenguaje.

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