Tipos de voto

Hace ya un par de años, mi amiga Miriam y yo nos enfrascábamos en una de esas conversaciones que empiezan como algo banal, casi frívolo, y terminan con algunas conclusiones que como poco dan para pensar.

El tema era simple, se trataba de discernir si existían (generalizando) unos estándares de tipos de votantes con características comunes, que patrones seguían, y si realmente se les podía agrupar. Como no éramos duchos en la cuestión y ni siquiera estábamos documentados sobre el tema, nos limitamos a hacer coña sobre el asunto. Al fin y al cabo hay empresas que hacen estudios de mercado caros y encuestas elaboradísimas que terminan teniendo la misma validez que nuestro estruje mental, es decir, ninguna.sdfsef

En el colmo de nuestra desfachatez y poca ortodoxia científica llegamos a la conclusión de que alguien tendría que hacer una lista con los distintos arquetipos.

Ahora que las campañas electorales ya no se parecen a nada conocido, repesqué aquellas elucubraciones y decidí plasmarlas de forma escrita. Eso sí, profundizando más en prototipos de votantes y además de vestirlos de caricatura; al fin y al cabo todo lo que nos rodea es muy duro y triste; si no nos tomamos algunas cosas con cierta sorna, posiblemente terminaremos mordiendo esquinas. O peor aún, guiñando el ojo como con un tic, mientras vamos hablando solos por la calle.

Que nadie espere rigor, no es el lugar, y si quienes tanto saben de esto fallan como escopeta de feria, yo me puedo permitir desvariar a sabiendas.

No están todos y tampoco es necesario identificarse con ninguno, si alguien se siente ofendido no lo sentiré, esto es tan solo producto de alguna tarde de desvarío.

He aquí la lista nada científica ni rigurosa de tipos de votantes

Votante de rebote:

Se distingue por que no es alguien que tuviera intención de votar, pero bajó a por churros y terminó haciéndolo, mejor no imaginar a qué opción política terminaría haciéndolo.

El hooligan:

Sigue a su partido desde lustros al igual que su club de futbol, da igual que llueva, truene, su piñón fijo solo va a una marcha. ¿Qué su partido roba? Eso lo hacen todos, justifica. ¿Qué le perjudican? Lo acepta resignado como algo necesario. Es inútil preguntarle por  el programa, ni lo conoce ni le interesa, es lo de menos, es fiel hasta la muerte, así que no se le pueden pedir argumentos.

El buscapiés:

Debe su denominación al legendario artefacto pirotécnico que una vez encendido desarrolla un rumbo incierto. Es capaz de pasar por todo el espectro político recorrerse la mayor parte de opciones cambiando repentinamente su trayectoria hasta depositar su voto en los mismos cerros de Ubeda.

El ultraortodoxo:

Puede que sea el más ducho a la hora de razonar su voto, puede que conozca el programa electoral mucho mejor que quienes lo hicieron, puede que con su convicción total no admita demasiado debate con personas con otras preferencias. Pero sin duda lo que más exaspera es que es cansino, pesado y plomizo como un abuelo contando la mili en bucle. Incluso es tan purista que llega a ser odiado por quienes comparten su elección, pues considera sacrilegio, cualquier atisbo de apartarse una coma de la línea y programa oficial del partido.

El furtivo.

Es alguien que por motivos dispares rehúye compartir hasta en sus círculos más íntimos su decantación ideológica. Suele ser desconfiado y es el que siempre se mete en la cabina para escoger su papeleta. Inútil por tanto intentar saber que le mueve a elegir algo concreto entre el amplio abanico de partidos.

El cuñado

Es especial, todos los cuñad@s lo son. Jamás de los jamases tomará partido por una alternativa de entre las más conocidas, más bien todo lo contrario. Si en un colegio electoral con 10.000 votos aparece en las urnas una papeleta al Partido Reformador del Espíritu Santo ese, sin duda es del votante cuñad@.

El veleta.

Como su nombre indica sigue la dirección del viento, de Este a Oeste de sur a norte allí va lanzado, defiende con fruición esa nueva elección que cambiará en cuestión de días, al abrigo de encuestas, arribismos mediáticos y siempre, por supuesto apostando a caballo ganador.

El cerril.

Si tuviéramos que buscar una razón de por qué mucha gente sigue votando a quien le ha esta machacando vivo durante lustros, la encontraríamos en este tipo. Es similar al votante hooligan pero con menos razonamiento aún si cabe. Es cabezón y poco crítico hasta extremos que asustan. A la pregunta vd por qué ha votado… hay una respuesta repetida, única e inmutable: “por que sí” es animal de costumbres y como tal aprendió un comportamiento que será incapaz de cambiar.

El irresoluto

Es el terror de las encuestas, pues su única respuesta fiable sería dos minutos antes de votar buscando entre las papeletas. Es influenciable, vacilante, inseguro, supersticioso y entre los motivos que le llevarán a decidirse (siempre en tiempo de descuento) están su humor, si descansó bien o la humedad relativa del aire. Se les reconoce bien al verles preguntando al presidente de mesa si por favor puede sacar la papeleta pues se acaba de arrepentir…

El versátil

Es anatómico, moldeable adaptable y ergonómico. Conformista como pocos, todo le viene bien. Su juicio es siempre rápido y su opción la más cómoda , es decir, la lista que tenga más a mano en la mesa.

El jurado

Llamado así por parecer más un jurado de simpatía o belleza que un potencial votante. Suena duro, lo sé, pero “haberlos hailos” y muchos: “me cae bien, es simpátic@, parece maj@, es conocid@ razones de peso todas ellas como se puede comprobar.

El “rara avis”

He querido finalizar con este por algo, es un ser llegado de otro planeta, que quiere cambiar las cosas. Ese ente extraño que se lee los programas, que sabe lo que vota, que sabe lo que implica para el/ella y para los que llegarán. Suelen ser personas que piensan en los demás. Hasta ahora muy escas@s, quiero pensar que tal denominación está desapareciendo, y por primera vez en mucho tiempo habrá una gran generación de votantes que se repare en que votar no es frívolo, que te cambia la vida y cambia la de muchas personas. Que esta especie extraña se extienda y deje de serlo. Que este país respire otros aires, que respire verdadera democracia.

Sobre andresnosenada 9 artículos
Harto de tanta impunidad y prepotencia. No me dan ningún miedo los cambios. El futuro es nuestro, no dejemos que nadie siga secuestrándolo… Se puede y se debe

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