¿Tolerancia por ser hombres, “ídolos”, personajes “relevantes”?
Tres hechos que estremecen 1: Unas 200 personas se manifiestan en apoyo a tres jugadores de fútbol de Arandina, que están en prisión preventiva por la presunta violación a una menor. Algunos compañeros consideran que los agresores cometieron un error. ¿Cometieron un “error”? 2: En el suceso de la manada el abogado defensor en su alegato final se atrevió a afirmar que los acusados “eran muy buenos hijos”. ¿Una forma de buscar que se empatice con ellos y no se vea la realidad de la acción premeditada? 3: En el caso de Diana Quer se la ha llegado a considerar responsable de su asesinato.
¿Por qué parte de la sociedad se cree con derecho a banalizar sobre agresiones sexuales?
Sabiendo que entre los miembros de la manada se encontraban dos guardias civiles y un militar ¿qué confianza han de tener las mujeres y cómo van a denunciar si entre los cuerpos de seguridad se ven actuaciones como los de la manada?
Resulta inquietante conocer que hay tantos abusos sexuales de hombres y ciertos “ídolos”, también del fútbol. ¿Cuántos casos no saldrán a la luz? Es muy preocupante ver el trato tolerante, transigente; que se empatice con los agresores y se banalice las agresiones, sin pensar en el daño que causas a sus víctimas. ¿Por qué se separa a la persona que comete la agresión del hijo, futbolista, artista, productor, policía, político…?
Es tal la transigencia con los ídolos, personajes relevantes, con los hombres “por ser hombres”, que a la víctima se la juzga por su vida privada. Se la cuestiona por su posible promiscuidad, cómo pueda vestir, si la actitud fue insinuante, si dejó claro el no querer tener “relaciones sexuales”, si iba ebria, si se resistió lo suficiente… En algún caso, compañeros de futbolistas, incluso desconocidos, se creen con derecho a hacer chantaje emocional a la víctima. Explican que el agresor no era dueño de sus actos al ir bebido, y consideran que así queda disculpada la violencia, ataque, atentado. Al estar arrepentido todo se le ha de perdonar.
Si el agresor intenta comprar el silencio y la víctima accede se la acusará de buscar satisfacción económica. Se utilizará todo tipo de “argumentos” para justificar la violación porque lo verdaderamente importante es que los actos del agresor se vean como imposibles de evitar y se le perciba inocente, incluso, víctima de la verdadera víctima. A la sociedad se le hace creer que es la mujer la que ha de tener la capacidad de controlar los actos “irrefrenables” de algunos hombres.
Las víctimas de violación pasan por un verdadero infierno sin importar si los o el violador son ídolos, personajes relevantes, o hombres anónimos.
En el momento de la violación muchas mujeres se paralizan, su cerebro parece desconectarse de su cuerpo para intentar no sentir nada. El horror las hace creer que pueden ser asesinadas. De hecho, muchas lo son. La sensación es de desespero, vulnerabilidad, total desesperanza, por ser otra persona la que toma el control de su cuerpo y la hiere de la forma más íntima sin que ella pueda hacer nada por evitarlo.
Después de la agresión también sufren un terrible trauma psicológico. Sienten temor, culpa, vergüenza, odio, desconfianza, ansiedad, estrés posttraumático, terrores nocturnos… Es una experiencia complicada de manejar en el día a día. Pasan por un calvario, una tortura permanente de la que no saben si algún día podrán salir. Algunas caen en problemas de adicción a ciertas sustancias como drogas o alcohol. Pueden llegar a dañarse. Incluso, al suicidio. Suelen experimentar problemas de autoestima porque la agresión ha sido física y psíquica, han sufrido una cisura, rotura, desgarro de su intimidad y su dignidad. Si han de seguir frecuentando el entorno donde han sido forzadas, el terror las puede hacer aislarse y marginarse.
El trauma tiene sus tiempos de recuperación que dependen de múltiples factores. ¿Cómo cumplir esos tiempos si al ser violadas por hombres toma más relevancia el cómo se sienta el agresor y se considera que la vida destrozada no es la de la víctima? ¿Cómo sobreponerse cuando periodistas sensacionalistas ven negocio en ese hecho y no tienen presente el cómo van o se va juzgando a la víctima?
Sensibilización y concienciación. No todas las mujeres víctimas de violación o que sufran algún tipo de maltrato son capaces de pedir ayuda. El número gratuito 016 lo puede utilizar cualquier persona de forma anónima que detecte o vea algún caso de Violencia de Género.
El hombre por ser hombre no tiene ningún tipo de derecho ni excusa para cometer un acto tan vil y despreciable como es la violación.
La mente del hombre no está en sus genitales. El agresor sexual, ídolo, personaje relevante o no, es el único culpable y responsable de sus actos por lo que es el único capaz de arruinar dos vidas: la de la víctima y la suya.
¿Por qué tener de referentes a jugadores, cantantes, productores, políticos, personajes relevantes, que no son capaces de respetar, valorar la libertad, considerar a la mujer de la misma forma que al hombre?
Las víctimas son las que han de ser protegidas y no cuestionadas al margen de cómo hayan vivido y cualquier reacción que tengan posterior a la agresión.
¿Hasta qué punto sería tolerante y transigente con un ídolo, por muchas hazañas que haya protagonizado, si la violada fuera su hija, madre, hermana, sobrina, pareja?
¿Cómo un padre puede explicar a su hija que es ella la que ha de tener la capacidad de controlar los actos “indómitos” de ciertos hombres, porque si no lo hace ella será la responsable del daño que le puedan causar?
Cuidado con las faltas de ortografía. Por lo demás: genial todo el artículo, no tiene desperdicio.
Sería de agradecer el puntualizar cuáles los las faltas de ortografía. Porque se intenta evitar esas «faltas» que puedan ser por teclear con rapidez y a la hora de leer ver como correcto algo que no lo es.
Gracias