¿Con qué sentimientos hay consentimiento?

Estos días estamos viviendo una marea de inconformismos por cómo son tratados los casos de abusos sexuales que sufren tantas mujeres.

Ciertas resoluciones judiciales, ¿Son un claro reflejo de la educación social del sistema capitalista patriarcal y machista?

Eva Giberti, psicóloga, que ha dedicado su vida a desarrollar teorías sobre violencia de género, afirma:

«Lamentablemente muchos hombres sienten placer al lastima, violar y matar a una mujer. La gran mayoría de los violadores son gozadores del abuso de poder. El sistema judicial debería entender que el número de violaciones, femicidios y Trata de Persona para la prostitución, aumenta porque es creciente la escala de violencia hacia la mujer»

Aspectos machistas y sexistas en la educación.

Libros de texto escolares continúan llenos de prejuicios de género. El varón sigue siendo el centro de estudio y el referente de todo avance en la totalidad de las materias. Mientras la mujer es sistemáticamente borrada o se la muestra en roles de subordinación. La ONU ha advertido de que: «las actitudes sexistas son tan ubicuas que los textos escolares terminan socavando la educación de las niñas y limitando sus expectativas.»

A través de las redes sociales llegan denuncias de comportamientos sexistas en centros educativos. En ellos que se critica la vestimenta de algunas alumnas. Sean ciertas o no las narraciones, se leen comentarios en los que se culpa a las estudiantes de poder distraer, tanto, a compañeros como a profesores al usar ciertas prendas. Se llega a juzgar a las madres por dejar que las niñas acudan así a clase.

Universitarias hablan de hacer trabajos en los que van a generalizar en femenino, cuando se trate de grupos de niñas y niños, para intentar dar una lección por la actitud machista de algunos profesores.

La explotación del cuerpo de la mujer es una losa muy pesada.

La UE, con el Reglamento nº 549/2013, obliga a incluir en el PIB el impacto del consumo, entre otros, de la prostitución. Para España ha supuesto un aumento del 0,35% de su PIB.

Dos modelos de explotación, que mueven grandes cantidades de dinero: el lobby del proxenetismo, industria del sexo, y los vientres de alquiler. Ambas convierten el cuerpo de la mujer en objeto y su libertad queda supeditada al deseo y caprichos del consumidor. ¿No son un claro abuso de poder? Esto supone una lacra y deja a la mujer en una situación de desventaja y vulnerabilidad, puede ser usada y desechada; causa injusticias, mezquindad, violencia, violaciones. ¿El sistema capitalista incita a querer acumular grandes cantidades de capital a costa del sacrificio de terceros? La falta de oportunidades, la pobreza y el aumento de la misma, fomenta que se produzcan abusos y las mujeres vuelven a ser las más perjudicadas.

Machismo y sexismo no es algo biológico se aprende.

Psicólogos confirman que nadie nace machista, maltratador, ni víctima. Es algo que se trasmite a través de la educación social. En la revista Science, se publicó un estudio donde demuestran que cuando una Inteligencia Artificial (IA) aprende un idioma, ésta termina por asumir los sesgos humanos que están incluidos implícitamente en el lenguaje. Detallan que el aprendizaje automático vuelve machista, porque el lenguaje contiene ese tipo de sesgos. Las investigadoras afirman que: «Sabemos que el lenguaje refleja nuestros prejuicios. Si el lenguaje fuera más inclusivo las asociaciones estereotípicas disminuirían. La IA que desarrollemos no podrá ser del todo imparcial, hasta que lo seamos los seres humanos.»

María Castañeda a través del libro «El machismo ilustrado», explica: No se trata de una actitud consciente y medida, es simplemente que hemos sido educados en una sociedad machista y, por tanto, reproducimos aquello que nos enseñaron».

Expertos afirman que la violencia no es innata al ser humano.

“La verdadera naturaleza del ser humano es la cooperación, altruismo, empatía, no la competencia, ni la violencia.”

El libro «Origins of Altruism and Cooperacion» (Orígenes del Altruismo y de la cooperación), sale de una conferencia en St Louis, en la Universidad de Washington. Participaron especialistas de todo el mundo de distintas disciplinas, como: antropología, psiquiatría, religión, psicología, evolución humana, biología, educación, medicina. A través de evidencias empíricas, hechos científicos, explican: «El comportamiento prosocial es un componente esencial de la salud y de la felicidad humanas. Por el contrario, el comportamiento egoísta y competitivo generan muchos tipos de violencia, son señal de disfunción mental, y están fuertemente asociados a la insatisfacción vital. La violencia y la crueldad son componentes propios de la inadaptación.” Manifiestan que la cooperación, la empatía son inherentes al ser humano y que: «A través de la selección natural hemos desarrollado áreas del cerebro que generan sensaciones de placer y de satisfacción a partir de la cooperación o de la amistad, aunque éstas impliquen sacrificios personales.»

¿Cómo transformar un sistema que somete a las mujeres?

El sistema ha modificado la psique colectiva y es la mujer la más perjudica. Se la «cosifica» para sacar beneficios económicos, y para provecho de ciertos varones.

Para evitar que la mujer siga sufriendo violencia estructural se ha de corregir y reorientar actitudes aprendidas, no innatas. La enseñanza debería tener un carácter formativo, preparado para desarrollar la capacidad del pensamiento crítico, cooperación, empatía, respeto. Conseguir que las mujeres estén más presentes en los libros de texto como referentes en todas las disciplinas. Aportar iniciativas que favorezcan la igualdad entre hombres y mujeres; prevención de la violencia de género a través del respeto mutuo. La psique colectiva ha de asumir que el único culpable de violación es el agresor. No es la mujer la que excita, es la forma que tiene la otra persona de mirar.

Hibai Arbide Aza, corresponsal de Telesur, deja una bonita y buena explicación en Twitter: «La sentencia de la Manada deja claro que el concepto «consentimiento» es problemático en una sociedad patriarcal. No se trata de que los hombres hagan mientras las mujeres consienten. El sexo debe ser algo deseado por todas las partes, no algo «consentido».

¿Son importantes la empatía y la cooperación en una relación sexual? ¿Qué sentimientos nos han de cautivar para consentir?

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