¿Por qué los deberes escolares suscitan polémica y los niños pierden el interés por el aprendizaje? ¿Qué está pasando para que el fracaso escolar aumente?
Tanto docentes como padres y tutores buscan que los niños tengan buenos resultados académicos. No siempre están de acuerdo en cómo lograrlo. Por ejemplo: con el tema “deberes” hay opiniones encontradas.
Los colectivos que están en contra, entre otras cosas, alegan, que:
- Sólo sirven para alargar innecesariamente la jornada escolar y son antipedagógicos.
- Aumentan las desigualdades entre los alumnos que se pueden beneficiar de la ayuda de sus familias y los que no.
- Quitan tiempo a los niños para poder desarrollarse con el juego, en el parque, y trabajar su imaginación.
- La sobrecarga de deberes demuestra que la escuela no responde adecuadamente a las necesidades educativas.
- En Francia, ya en 1956, editaron una circular que prohíbe los deberes escritos a los escolares de primaria. En muchos casos no se cumple.
- En España la Confederación Española de Asociación de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) emite un comunicado donde explican que en los últimos años se ha incrementado significativamente el tiempo que los menores han de dedicar a los libros fuera del colegio.
Los que están a favor de esta actividad argumentan que:
- Crean un hábito que todo alumno debe adquirir.
- Favorece la disciplina, el esfuerzo, la constancia, los valores, y genera responsabilidad.
- Esta actividad hace que los padres se impliquen en la enseñanza de sus hijos, colaboren e interactúen más con los pequeños.
- Algunos académicos resaltan que el rendimiento de los niños mejora.
- El Reino unido creó una guía pedagógica del gobierno dónde hay una pauta de deberes que es: Niños de cinco a siete años deberían trabajar, al menos, una hora semanal. De siete a once se debería trabajar una hora y media todos los días.
¿Son las actividades extracurriculares el problema? ¿Hasta qué punto interesa saber por qué unos niños logran aprender y otros parece que no?
El sistema educativo va cambiando sus leyes y aumentando la burocracia que han de cumplimentar los docentes. También se ha de tener en cuenta la masificación de las clases. A pesar de tanto cambio, el patrón de enseñanza sigue siendo el de la escuela tradicional. Éste es un modelo rígido donde el maestro es al que se debe imitar y obedecer: «magistrocentrismo». El método de enseñanza ha de ser igual para todos los alumnos. El repaso, la repetición, los deberes son los que sirve para consolidar lo que el maestro acaba de decir: «verbalismo y pasividad».
¿Qué y cuántos problemas provoca este tipo de educación?
Esta rigidez contribuye a que no se consiga el objetivo que se persigue con los deberes. Lleva a un número importante de alumnos al fracaso escolar que desencadena miedos, estrés, recelos, inseguridad, agresividad, desconfianza, angustia… Eso se traduce en una sociedad con problemas complicados de solucionar.
Algunos entendidos como Ken Robinson, uno de los mayores expertos internacionales en el desarrollo de la creatividad; Petra María Pérez, catedrática y miembro del Instituto de Creatividad e Innovaciones Educativas de la Universidad de Valencia; Fernando Alberca, formador de maestros y autor de “Todos los niños pueden ser Einstein” coinciden y concluyen que este sistema mata la creatividad. La creatividad tiene que ver con el hemisferio derechos del cerebro. Es el que rige las emociones, la imaginación, los sentimientos… Y el sistema educativo se centra en el hemisferio izquierdo que es el del análisis, la razón, la secuencia uno a uno. Explican que tanto los alumnos como los maestros, todas las personas, disponemos de los dos hemisferios cerebrales. Por tanto, las formas de enseñar también han de ser diversas para desarrollar, potenciar, enriquecer los dos hemisferios.
Para lograr mejorar la educación, conseguir que todos los niños se interesen por aprender, se han ido desarrollando distintas teorías y escuelas del aprendizaje tales como:
- Waldorfpedagogía desarrollada por Rudolf Steiner. Propone un sistema educativo que respeta el proceso madurativo del alumno equilibrando y fomentando su intelecto, su sensibilidad artística y su voluntad, para capacitarlo ante los desafíos de la vida.
- Las inteligencias múltiples.Consiste en respetar las muchas diferencias que hay entre los individuos, las variaciones múltiples en las maneras de cómo se aprende. Sirven para resolver problemas cotidianos, transmisión de valores, conocimiento, capacidad crítica.
- Sistema de enseñanza de la doctora María Montessori. Busca cambiar el concepto tradicional de colocar al niño como receptor pasivo del conocimiento para que pase a ser el centro activo del mismo. No tiene exámenes, apenas incluye deberes. Cada persona trabaja a su propio nivel y ritmo desde sus características. Lo importante es “la persona” por encima de lo que aprenden.
- El pensamiento laterales el que desarrolla una forma específica de organizar los procesos de pensamiento, que busca una solución mediante estrategias, que no la tendríamos en el pensamiento lógico.
- La reflexión que va muy ligada a la empatía. Si somos capaces de comunicarnos a través de un lenguaje empático la reflexión surge como proceso. Intentar ponerse en el lugar de los demás para, sin juzgar, llegar a la reflexión.
Estas y otras disciplinas demuestran que, en la actualidad, el sistema educativo no se adapta a las necesidades de cada grupo o alumno. No son los niños los que tienen problema de aprendizaje, son poco inteligentes o fracasan en los estudios.
¿Por qué algunos políticos, docentes, asociaciones de padres y alumnos se centran en si los deberes son o no aconsejables? ¿No resulta alarmante el número de alumnos que, ya antes de llegar a la ESO, «fracasan» en la enseñanza?
Si se asume que todas las personas tenemos diferentes ritmos y formas de aprender, distintas capacidades y aptitudes para desarrollar y potenciar la inteligencia y la imaginación, se logrará que los niños tengan interés en lo que más les gusta y lo que los adultos consideramos importante para ellos. Se evitarán problemas de adaptación, clichés, miedos, estrés innecesario y tantas inseguridades que no conducen a buenas decisiones. Todo esto se puede lograr con la ayuda, la colaboración y la complicidad del sistema educativo, los padres, tutores, incluso, con personas del entorno social de los alumnos y de los centros educativos. Se cosechará una sociedad más responsable, respetuosa, receptiva, cooperativa y social, en pocas palabras, más sana y capaz de solucionar problemas que se puedan presentar.
Artículo de @dalila_sin para Alcantarilla Social
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