Con la llegada del Partido Popular al gobierno por primera vez en el 96 de mano de Aznar, el pensamiento neofranquista inició su periplo por la estrecha mira democrática de este país. Entonces aún la existencia de otros partidos, los diferentes gobiernos se repartían por legislaturas entre el PSOE y el PP. Aún y las políticas sociales que Felipe González aplicó en la construcción de aquel nuevo país, diferente tanto en forma de estado como de gobierno, éste no supo, no quiso o bien no pudo contener la borrasca capitalista y de ciertas políticas neoliberales que se cernían desde hacía años en la Europa que hoy conocemos a merced de la embestida de una unión europea y de unas políticas internacionales con una cabeza pensante tan emblemática como incisiva; los E.U.A y el Reino Unido.
No obstante los gobiernos socialistas de Felipe González, con la llegada de Aznar al gobierno, las políticas neoliberales se abrieron camino a pasos agigantados por lo ancho y largo de los montes de España. Y cuando hablo de montes, nunca mejor dicho, pues con la liberalización del suelo en el 98 lo que en la mayoría de casos se había tratado de suelo público, pasó a convertirse a bajo precio en el bien básico del enriquecimiento de las empresas y entidades amigas de aquel gobierno que como el que hemos tenido hasta ahora, entiende lo público como algo a privatizar a favor de cuatro manos interesadas que para comprarlos, reparten jocosas comisiones a los “gestores” neoliberales de lo público.
De la mano del gobierno de Aznar, también descubrimos la politización y utilización de las víctimas del terrorismo como forma de aumentar el censo votante a su favor; como si fueran el único partido cuyos políticos hubieran luchado contra el terrorismo de E.T.A. Pues no se olviden señores del PP, con quien E.T.A desistió de sus actividades armadas fue con el gobierno del señor Rodríguez Zapatero, no con el vuestro. Imaginémonos hasta donde fue capaz de llegar el gobierno de Aznar, que incluso culparon de los atentados del 11M de 2004 a E.T.A cuando esta misma organización se avanzó a aclarar que ellos no tenían nada que ver con el asunto (cuando antes nunca habían negado un atentado perpetrado por ellos, lo que a priori debería darles cierta credibilidad). Así mismo, también siguieron erre que erre con que había sido E.T.A cuando las diferentes fuerzas de seguridad del estado estaban aportando diferentes datos que apuntaban como mínimo, a que no había sido E.T.A la responsable de aquellos atentados. Por no hablar ya de lo que quedó demostrado por la justicia en relación con los autores de aquellos desafortunados hechos. Esto no hace más que hablarnos de la mediatización y uso de la información que hace el PP para perpetuarse en lo alto de la cúspide del poder político; todo no vale en política señores del PP, hay que tener unos principios éticos y morales de naturaleza democrática y clara como el agua para gobernar un país que se quiere en primera línea.
Con los ocho años de gobierno de Aznar, el neoliberalismo tomó suficientemente la base conductora de las instituciones administrativas y se inmiscuyó en el subconsciente de parte de altos funcionarios y cargos políticos, que envueltos por un grandilocuente discurso antiterrorista y de crecimiento salvaje de la economía (el milagro liberal de Aznar, el mismo que luego nos llevaría a la crisis que aún vivimos), mientras el pueblo se lo creía, mangaban a manos llenas.
Luego vendrían más de siete años de gobierno socialista de mano del Sr. Rodríguez Zapatero. Habrá quien esté de acuerdo conmigo y quien no, por supuesto, pero para mi ese hombre fue el líder socialista de ese partido que más políticas sociales y de igualdad para el conjunto de la sociedad llevó a cabo. Salvando, eso sí, las inevitables políticas neoliberales de base para con el comercio que constan en cada estado miembro de la comunidad europea, a merced de la legislación internacional y por la que nos encontramos jurídicamente obligados.
Con la llegada en 2011 del gobierno de Mariano Rajoy sí que podemos decir sin lugar a dudas, que el PP es el nieto del franquismo, hijo a su vez de Alianza Popular; sí, aquel partido democrático (bueno, que existía en la nueva época democrática española) cuyos líderes habían firmado sentencias de muerte en los anteriores gobiernos franquistas. Nunca habíamos visto a una conferencia episcopal tan contenta con la llegada de un gobierno desde la llegada de Aznar en el 96. Y es que se debían oler las derogaciones de los derechos de la mujer para abortar, la exclusión de la asignatura Educación para la Ciudadanía por la implantación obligatoria de la religión, y cómo no, una nueva etapa liberadora para la inmatriculación contínua de bienes inmuebles a favor de la iglesia, así como asegurarse una buena isla a modo de paraíso fiscal en mitad de un estado que se financia mayoritariamente con los impuestos que pagan las clases media y baja.
Por si no fuera suficiente con eso, Don Mariano nos encasquetó a algún que otro ministro que vamos, como para tirar cohetes. Nos endiñó a quien los más amables llamaban: “Franco ha Werto”. Un sujeto siniestro que sí o sí, quería que nuestros hijos estudiaran religión católica por la gracia de Dios, entre otras perlas educacionales que por respeto a quien lee, prefiero no citar. También nos encasquetaron al señor Gallardón, un ministro de Justicia (que más bien debería haberse llamado de Injusticia, el ministerio digo) que eludiendo la ya complicada y retrasada justicia española, nos la hacía aún más lejana aplicando unas cargas económicas para poder acudir a solicitar justicia. Por si no fuera suficiente con eso, el gobierno de Don Mariano y mientras la Sra. Merkel hacía y hace todo lo contrario con su pueblo, nos aplicaba diferentes recortes en educación, investigación, sanidad y cualquier tipo de política social; así, como el que no quiere la cosa, como algo de lo más normal, pues nos lo dictaba la Führer, digo la canciller alemana y su estimada Troika. Eso sí, los once mil millones de euros que se lleva la Iglesia Católica cada año, que no falten eh, que las creencias religiosas son mucho más importantes que la educación, la salud, la investigación científica o los servicios sociales y públicos de nuestros ciudadanos.
Lo anterior y sin haber sido en absoluto exhausto, fue la implantación de las bases de lo que yo llamo el neofranquismo. Su máxima expresión ha venido dada por nuestro querido ministro del interior, el señor Fernandez-Díaz, que con su conocida afinidad por la Iglesia Católica, la religión y por su alergia (intratable incluso con antihistamínicos) a las libertades civiles y sociales, nos bendijo con la tan esperada ley mordaza, esa que tanto vigila por la tranquilidad y paz de las mayorías silenciosas, esas mayorías que nadie ha visto nunca, pero que cualquier mente neofranquista es capaz de visualizar en uno de sus viajes astrales o divinos que se tercien, cuyo conductor no podría ser otro que nuestro estimado ángel Marcelo.
Y por si esto no fuera suficiente, de las negociaciones que se han ido dando después del 20D, resulta que el PSOE se ha dado la mano con Ciudadanos. Donde dije digo ahora digo diego, y es que el Sr. Pedro Sánchez obligado a mi juicio por los dinosaurios de su partido y otros halos de mala influencia – unos en primera línea política como Susana Díaz y otros con su simple presencia cual espíritu errante por los pasillos de Ferraz – no ha tenido otra opción que la de pactar con la ultraderecha neoliberal que representa ese partido llamando Ciudadanos (los suyos claro). Y después de esto, el responsable de negociaciones del PSOE, el Sr. Antonio Hernando, aún tiene los mismísimos de dirigirse a PODEMOS pidiéndole que se sume al nuevo pacto “reformista” y de “progreso”. Pero Sr. Hernando, ¿en serio creen ustedes que un gobierno con ciudadanos puede ser reformista y de progreso? Pero si Ciudadanos no es más que la representación 3.0 del neofranquismo, por favor. Así está el PSOE, ese partido al que aún con cuatro letras como siglas, se le han caído las dos del centro sin haberse dado ni cuenta el groso de su electorado.
Señores del PSOE, no nos traten como a idiotas a los que gracias a PODEMOS hemos comprendido otras formas de democracia diferente y otra forma de entender la política y la gestión pública. Dedíquense a mermar las mentes de su electorado haciéndoles creer que PODEMOS hace pinza con el PP para evitar su gobierno “reformista” y de “progreso”, que nosotros sabemos muy bien que aquí el único que hace pinza si un caso, es el PP con PODEMOS para evitar no un gobierno de derechas, sino que su antológico enemigo político, ustedes, se hagan con el poder, aunque sea muy condicionado por políticas que a ellos ya les vendrían bien. Señores del PSOE, no vendan gobiernos de reformas y de progresos, ustedes saben muy bien que el Sr. Sánchez prometió derogar la ley mordaza, derogar la reforma laboral, subir el SMI a más de 1.200 euros o aumentar los permisos de paternidad siendo intransferibles entre otras promesas, y ahora a merced de la presión ejercida por la masa dinosaurica y de su pacto con Ciudadanos, todo eso queda en papel mojado, no nos traten como a idiotas. Habrán perdido muchos votantes (eso espero por el bien de la verdadera izquierda española), pero desgraciadamente aún les deben quedar muchos otros que sin saberlo, o bien no son socialistas, sino como ustedes, neoliberales modestos escondidos detrás de unas siglas que ha quedado demostrado, no merecen lucir, o bien simples engañados por su discurso.
Dice el título de este artículo que el Neofranquismo continúa abriéndose camino, y es que a mi humilde entender, así queda demostrado a tenor del pacto de los que hasta estos días parecían ser socialistas; ahora ya solo “socialistas”.
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