Voy a empezar este artículo narrando una experiencia personal, sin que sirva de precedente y sólo porque creo que el ejemplo, puede ayudar a entender mejor lo que intento transmitir.
En cierto momento de mi vida, siendo aún bastante joven, y a raíz de un logro importante por mi parte, mi padre, un hombre bueno, cariñoso y conservador, que ha dedicado su existencia a cuidar y mimar a su familia, me dijo: «Hija, estoy muy orgulloso de ti, si fueras un hombre podrías llegar tan lejos como te propusieras». Nunca he olvidado ese comentario.
Ni que decir tengo, que mi padre, al que adoro, jamás se ha considerado machista, su trato hacia mi madre y hacia sus hijas no ha podido ser más afectuoso ni más protector. Pero lo es, lo es aunque nunca haya sido consciente de ello, lo es aunque se escandalice cuando se lo he dicho, lo es por muchos motivos.
Lo es porque sigue pensando que las mujeres que salen solas se exponen a esos ¨canallas¨ que las pueden acosar, lo es porque piensa que una mujer sin marido es una ¨pobrecilla¨ que debe sentirse muy sola, lo es porque, aún hoy, sigue preguntándonos que para qué trabajamos, si nuestras parejas, por suerte, se ganan bien la vida, lo es porque si viene a comer un domingo le extraña que yo esté leyendo periódicos mientras mi pareja hace la comida, lo es porque no entiende que a mis hijos y a mi hija los Reyes Magos les hayan traído cocinitas y cajas de herramientas de forma indistinta. Lo es porque le dice a sus nietos ¨vosotros tenéis que cuidar de la niña¨…
Mi padre no entiende que el machismo no es sólo maltratar a la mujer, que no es sólo intentar dominarla o controlarla. No comprende que también es intentar guiarla y protegerla, o inculcarle que por mucho que estudie y se prepare nunca tendrá las mismas oportunidades que un hombre, que machismo también es repetir constantemente que la obligación de un esposo es que a su mujer y a sus hijos no les falte de nada. Mi padre es un machista protector. Jamás le faltará el respeto a su mujer, por descontado jamás le pondrá una mano encima, pero si mis hermanas y yo no hubiésemos sido chicas de carácter, hoy estaríamos viviendo del sueldo de nuestros maridos y tomando el té con las vecinas. Y posiblemente votando al PP.
El machismo está instalado en todas las capas de nuestra sociedad y tiene muchas caras, la amable y la autoritaria, la protectora y la violenta, todas cada una en su medida, son perjudiciales. Entre los micromachismos y el terrorismo machista hay un camino que cada vez se hace más corto. Nadie sabe el daño que puede llegar a hacer ese ¨machismo dulce¨ que se está haciendo un hueco entre nuestra juventud.
El machismo es una limitación intelectual y supone un gran fracaso social y cultural. Que a día de hoy algunos hombres sigan construyendo su identidad a partir del dominio y la posesión indica el retroceso al que estamos asistiendo en esta cuestión. La lucha contra la violencia machista sólo podrá tener éxito si es integral y sostenida en el tiempo y de momento eso no se está dando. El feminismo es la herramienta que necesitamos para luchar contra el orden patriarcal.
El patriarcado sigue vigente como sistema de opresión, la dominación y la violencia se usan para proteger y mantener los privilegios sexistas de la mitad de la sociedad sobre la otra mitad y en muchos casos con la complicidad de una ¨quinta columna¨ que sabotea la lucha feminista desde dentro. Las de ¨yo no soy feminista, creo en la igualdad¨ mienten conscientemente o ignoran en qué mundo viven.
Discriminación laboral, brecha salarial, responsabilidades familiares, publicidad machista, falta de políticas de conciliación, cosificación sexual, todo forma parte de ese machismo todopoderoso que impregna la sociedad. La animadversión hacia todo lo que huela a feminismo demuestra que no estamos preparados para cambiar la estructura andocéntrica en la que está basado el actual sistema.
La lucha feminista debería implicar a toda la sociedad, no busca atacar a los hombres, no quiere arrebatarles nada, sólo luchamos por la verdadera igualdad, por acabar con cualquier tipo de opresión hacia las mujeres. No me valen los igualitaristas porque no tienen en cuenta que hombres y mujeres no partimos de la misma base. No somos iguales, falta mucho para eso, y sólo las y los feministas son conscientes de que nosotras tenemos mucho más camino que recorrer.
El feminismo ha sido y sigue siendo un espacio de encuentro de todas las formas de rebeldía de las mujeres, nos hemos unido, nos hemos organizado y hemos creado alianzas. Hemos roto esa enemistad histórica que el patriarcado, convenientemente, ha creado entre nosotras. No nos querían unidas, nos han querido enfrentadas. Pues bien chicas, eso se ha acabado, nos hemos puesto las gafas moradas y nos hemos dado cuenta que apoyándonos las unas en las otras podemos construir una sociedad incluyente, que no perjudique a nadie pero que nos beneficie a todas. Es posible que algún día, ojalá, el feminismo deje de ser necesario, pero en estos tiempos de lacra machista, es absolutamente imprescindible.
Tengo padre, hijos, hermano y un marido maravilloso, daría la vida por cada uno de ellos, no odio a los hombres. No podría. Sólo quiero que nunca nadie le pueda poner trabas a mi hija, que nadie le diga jamás que no puede, o que no debe, que le paguen el sueldo que se merezca, que no la guíen ni la protejan, que jamás se sienta culpable por las decisiones que tome, y que haga con su vida y con su cuerpo lo que le salga de las gafas moradas sin que se la señale con el dedo. Quiero para hija lo mismo que para sus hermanos, libertad respeto y felicidad, pero ella va tener que pelear mucho más por conseguirlo, por eso quiero que sea feminista, mucho. Como su madre.
No puedo terminar este artículo sin acordarme de mis amigas guerreras, contestonas, gatas, perras, koalas y buscadoras de verdades, que saben como pocas lo que significa la sororidad y la aplican en sus vidas. Nos queda mucho por hacer, nos queda mucho que luchar y espero que lo sigamos haciendo juntas, contra el machismo y contra los ¨caballos de Troya¨ que sienten pavor a pronunciar la palabra FEMINISMO. Una palabra tan bonita.
Y si papá, ya sabes que he llegado justo donde yo quería.
Aunque no sea donde me habrías querido tú.
Precioso y necesario! No me canso de hablar a la gente de feminismo cuando puedo y hacerles ver todo esto que tú tan bien has sabido plasmar en el texto.
Resulta muy difícil luchar contra un modelo socio-cultural q está implantado desde hace milenios en nuestras sociedades, inscrito en nuestro adn (y no en el sentido biológico del término); difícil pero no imposible. En esa lucha hemos de estar todos y todas.
Muy interesante y cierto aunque ese machismo dulce como dices no lo vean, pero sería sin duda un comienzo para que todo empezará a cambiar desde que somos pequeños y nos eduquen…
Coincido con Aizpa: necesario y bello. Muy bello.
Los auncios mismos son machistas totalmente retros, tienes razón y luchemos dia a dia
Siento llevarte la contraria, pero tu padre era o es un machista de tomo y lomo.
Te has parado a leer el artículo? No la estás contradiciendo, ella lo recalca varias veces…
Tu padre y el mío se llevarían bien
Cuando cambiéis vosotras empezará la igualdad. Veis machistas donde sólo hay un padre que te quiere. Que pena
Estoy de acuerdo en todo, los hombres muchas veces no somos conscientes de ese proteccionismo o de algunos comentarios que son machistas en un tono dulce y protector, pero creo que no has tomado en consideración a las mujeres que ponen trabas dentro de vuestras propias trincheras haciendo esos mismos comentarios o aprovechando su circunstancia de mujer para sacarle rédito. Si se trabaja la educación desde todos los frentes, está claro que sobre todo desde el hombre, podría llegar a buen puerto en un futuro no muy lejano.
Por desgracia, el sistema ha logrado que much@s piensen que el feminismo es una especie de «machismo a la inversa»… Como ya han apuntado antes el arma más poderosa para cambiar el mundo (en todos los ámbitos) sigue siendo la educación, pero para que sea efectiva primero hay que educar al educador…. En resumen, este camino sigue siendo muuyyyyy laaargoooo
Pues sí. Más necesario cuando se lee o se escucha que es una pena no aceptar el cariño sin más. Es triste leer o escuchar a una persona decir: «Ni macho ni feminismo igualismo»
Yo he sido una de esas personas que se han sentido culpables por intentar de todas las maneras posibles no quitarme las ‘gafas moradas’. Pero, y a pesar de todo, he seguido con ellas. Me han llegado a decir que ya no es lo mismo, así que la lucha no ha de ser la de siempre…
En fin. Gracias por la aportación y por ayudar a quitarse lastre y culpabilidades que no nos pertenecen.
Un saludo
igualdad….SI pero para TODO….ALBAÑILES…MINEROS…PINTORES DE BROCHA GORDA…PSYASOS…ZSPATEROS…..Enfob todos esos peaueños ¡¡¡trabajillos!!! que estas FEMINAZIS DESPRECIAN…..
MAS LUEGO.
Hola!!, me encanta tu forma de realizar el contenido, el mundo necesita mas gente como tu