De hipócritas y fariseos

Ay de los hipócritas, escribas y fariseos. Que caiga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra…

Queridos amigos, es muy probable que a partir de ahora, cuando queráis acceder a mis publicaciones, en algunas de ellas os salga aquello de ¨este contenido puede herir la sensibilidad de las personas¨.

Tuiter te da esa opción y he decidido usarla. Nada más lejos de mi intención que hacer sufrir con mis crueldades a corazoncitos impresionables.

Según parece muchos usuarios (apostaría que católicos y patriotas) sintieron sus nobles almas heridas porque añadí a un tuit la foto de un niñito inmigrante que hace dos años murió ahogado en aguas de Turquía.

No voy a reproducir aquí el acoso, los insultos y hasta las amenazas que he recibido por ello, lo voy a pasar por alto porque creo que la causa de tanto odio, es algo mucho más preocupante que cuatro cuñaos rabiosos escupiendo bilis.

Mejor ser ateo que católico hipócrita. No son palabras mías, son del Papa Francisco. Espero que su santidad no entre mucho por tuiter porque se le iban a caer los palos del sombrajo.

Ay, la hipocresía! Lo que lacera algunos sensibles corazones no es que desde la muerte del niño Aylan, hayan fallecido en aguas del Mediterráneo más de 7.000 inmigrantes, ni que los traficantes de personas estén en el mejor momento para su negocio, ni que haya más de 20.000 refugiados menores atrapados en Grecia, ni que estén siendo víctimas de explotación sexual… Lo que daña sus ojos y sus sentimientos, es tener que verlo. Que se lo enseñes, que se lo pases por la cara, que lo cuentes, que lo denuncies, que se sepa. Porque hay ciertas cosas, a las que es mejor no darles difusión. La mierda, siempre está mejor debajo de  las alfombras.

A las personas que defienden a capa y espada el sistema vigente, les duele que se denuncie que la Europa de los mercaderes, esté dejando morir a miles de seres humanos sin mover ni un solo dedo para evitarlo. Les ofende que se señale que no se han cumplido los compromisos de los Estados de la UE, que no se esté aplicando ningún acuerdo sobre la protección de los derechos de los niños (CDN), que no se haya hecho nada para cambiar las políticas migratorias ni para mejorar mínimamente la vida de esas criaturas que huyen del horror y de la guerra.

Se sienten profundamente enojados porque el belén de Ada Colau se sale de los esquemas, o porque Manuela Carmena no vista a los Reyes Magos como Dios manda. Y es lógico que protesten, porque como todo el mundo sabe, hay pruebas gráficas irrefutables de cómo ocurrió aquella historia de hace 2018 años y a ellas debemos ceñirnos.

Todos esos fariseos que encorsetados en sus esquemas ideológicos defienden un sistema socioeconómico cruel y despiadado en el que no importan las personas, demuestran la inhumanidad que nos rodea. No me importa lo que ocurra, mientras no me ocurra a mi, y mientras no tenga que verlo…

No quiero ver niños ahogados ni cárceles para refugiados, no quiero ver hambre ni miseria, no quiero ver mujeres golpeadas, violadas ni asesinadas, no quiero ver colas en los comedores sociales, ni en la oficina del paro, ni a pobres durmiendo entre cartones, no quiero ver a gente reventada contra el suelo o ahorcada, suicidas víctimas de la desesperación… No quiero ver nada, elijo auto mentirme sin conciencia, porque así no tengo que enfrentarme a la realidad, a los remordimientos o a la evidencia de que soy un miserable incapaz de sentir empatía o compasión.

Vivimos en una sociedad inmoral e hipócrita, y tuiter es un reflejo más del mundo que hemos creado. No nos duele la verdad, nos duele que nos la muestren. No nos horroriza que mueran cientos de seres humanos, abandonados a su suerte, nos horroriza que nos obliguen a visualizarlo.

Ay de los hipócritas, escribas y fariseos. Que caiga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra…

Esto lo dijo uno de los suyos, Jesús le llaman.

Por cierto, murió crucificado por defender la justicia social,  por atacar a los mercaderes del templo y por organizar revueltas en contra del sistema y del poder establecido. Por sedicioso.