A ilusión no nos gana nadie

Bueno, ya estamos a punto de entrar en campaña. Que bien verdad. Que ilusión para muchos, sobre todo para los que queremos el cambio de políticas, pues la verdad tenemos mucha ilusión. Los que quieren que todo siga igual también tienen ilusión, pero porque no cambien las cosas, verdad. Y después están los que les da lo mismo que pase en estos días, porque se conforman, o no han encontrado a nadie que les llene lo suficiente para votarles en las multitudinarias, y no en calidad, sino en cantidad, apariciones televisivas dando al mazo y escondiendo la mano. Son los que más miedo dan, porque al final si van a votar, lo harán al primero que les venga en gana, o al primero que se les ocurra, según lo que hayan visto el día antes o unas horas antes aparecer en cualquier medio informativo, prometiéndoles nada, pero arremetiendo contra los demás, sobre todo contra el de la coleta y sus amigos, que suelen ir descamisados y sin corbatas, con pelos largos, con barbas hasta los pies y dándose besos en las mejillas como si hiciese años que no se ven.

Refrescando quienes pueden ser estos últimos que he nombrado en el párrafo de antes, los que les da igual a quien votar, me vienen a la cabeza, los que tienen miedo porque algunos piensen que si llegan los nuevos, estos que muchos medios llaman, bolivarianos, antisistema, anarquistas, revolucionarios, y tantas barbaridades sin capacidad de demostrar nada de los que se les acusen, se puedan creer el mensaje de que “o gobierno yo o esto es el caos”.

También me vienen a la cabeza, los que sienten una nefasta atracción hacia los cambios “radicales”, en todos los temas de política social, pensando que muchos van a vivir sin trabajar, sin cotizar, sin producir, sin pagar impuestos, sin gastar, porque no tienen ni para comer, pero que hay un programa de gobierno que les quiere ayudar a salir de la situación de pobreza severa que viven. Con el lema de “si yo pago, los que vienen de fuera o de donde sea, que paguen también”, sin parar a pensar de donde vienen y que se necesita para poder cumplir los mínimos estándares para poder colaborar en que mejore el país en general. Al final todos pagaran, según lo que ingresen. Pero si no tienen ingresos, como van a pagar.

No me puedo olvidar, de los más importantes. Los que se creen que si llegan al poder los únicos de izquierdas que quedan en España, puede ser que el país se disgregue en tantos países como le paso a la antigua URSS, cosa improbable, y a la vez, insonora porque yo no he oído a nadie ni a ningún miembro del partido, decir que cuando ellos lleguen al poder, van a permitir que los catalanes, vascos, gallegos y todo el que se lo plantee se le vaya a consentir un referéndum para que se vayan de la unidad que significa conforme lo conocemos, España. Se les puede preguntar que prefieren, pero no solo a los implicados, sino a todos los españoles. Y buscar políticas para que no se quieran ir, no como pasa ahora.

Ahhh, pensaba que ya había acabado de nombrar a todos, pero no. Me quedan los que sin leer ni un periódico, del ramo que sea, liberal, neoliberal, vendido al poder, radical, capitalista, anarquista, xenófobo, imparcial, de futbol, independiente, da lo mismo, van a votar porque el vecino del piso de abajo, le ha dicho que el Pablo Iglesias quiere matar a los curas, quiere quemar iglesias, quiere terminar con la semana santa, con el papa Noel, con los reyes magos, con las empresas, con los empresarios. Vaya montón de mentiras e improperios.

Después de analizar estos tipos más importantes de votantes que más indecisión provocan a los que tenemos ilusión, solo nos queda por desgranar que partido estará dispuesto a compartir la ilusión de muchos españoles por cambiar el país, tanta que no puedo dejar de pensar que los nuevos guías del futuro de España, sean capaces de dejar fuera en la cuneta a tantos muertos en etapas nefastas para nuestro país, por ejemplo con los desahucios,  como sean capaces de dejar en la estacada más españoles que con estudios se han tenido que marchar fura de España para poder desarrollar su vida, que aquí no les han permitido,

Tampoco me merece olvidar, que en nuestro país, los cambios que debemos buscar, no nos eximirán de los ataques que todos los poderes nos van a administrar en diferentes dosis, para no dejar ejercer la soberanía que es necesaria para devolver a la gente lo que es de la gente. Estas zancadillas que nos vamos a encontrar en los próximos años si se cumple las expectativas que deseamos los que queremos un cambio  real de políticas, son las típicas de un cascarrabias que no se rinde ante la derrota, el típico perdedor que no acepta la derrota porque no sabe, porque sabe que les van a cambiar las leyes para que no puedan seguir haciendo de la política su cacería de poder y de dinero de todos los contribuyentes, y que utiliza las peores armas para desestabilizar a quien quiere dar al pueblo lo que es del pueblo.

Votar es libre, como país democrático, pero creo que tan importante es tener claro a quién votar, para no perjudicar en exceso al futuro de nuestros hijos, como importante es informarse de que camino es el que nos merecemos los que peor lo hemos pasado en estos años, teniendo que reestructurar nuestra vida que tan cómoda teníamos, dejando  a los seres queridos, que en todas las familias hemos visto salir de nuestro entorno.

Por eso hay que ser consciente de votar, cosa que nos obliga la ley, aunque por derecho propio, nadie está obligado en qué sentido introducir el voto, pero votar.

A los que de alguna forma nos interesa el futuro diferente de nuestro país, os debería dar más importancia la ilusión por el cambio, siempre pensando en el futuro, que la conformidad con lo que ya conocemos. A tiempo de cambiar siempre podrá estar aquel que se sienta defraudado.

Artículo de Paco Estarelles (@PilotoRojo73) para Alcantarilla Social

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